¡Por favor, no me matéis!
He estado 100% ocupada con mis estudios estos meses y ahora tengo las vacaciones de verano, por lo que trataré de acabar algunas de las novelas en este tiempo.
Soy consciente de que tal vez tenga público que ya me ha abandonado por la tardanza, y otros que tal vez son nuevos, pero bueno, supongo que al final siempre quedaran los más fieles, y siento confesar que yo he sido la menos fiel en esta novela. Bueno, no es por que no quiera, es que no he podido.
Por eso, hoy les traigo este nuevo capítulo; espero que lo disfrutéis....
Moena
Estaba dando las indicaciones a Jason, hasta que nos quedamos en un punto muerto. No sabíamos hacia dónde podrían haberse dirigido. Jason no dejaba de ponerse nervioso y colérico.
—¡Enserio, esto no ha servido de nada! ¡¿Qué podemos hacer ahora, dime?! ¡Ahora mismo Lydia podría estar siendo maltratada, o tal vez podría estar muerta, y yo estoy aquí, en medio de ninguna parte, haciendo nada! —gritaba Jason en un momento de impotencia.
—Bueno, tranquilo Jason, ponernos nerviosos tan sólo nos puede perjudicar, simplemente hay que seguir buscando, no creo que hayan ido demasiado lejos —intentaba tranquilizarle.
Jason se giró bruscamente y me miró con su cara endemoniada, y luego posó su vista hacia Catherine, quien se mantenía impasible hacia todo, con un aura de calma a su alrededor.
—¡Tú! —exclamó el pelirrojo e hizo que la rubia posase sus ojos en él— Tú sabes perfectamente dónde se encuentra. Dijiste que ambos estábais tras esto, ¿no? ¡Habla!
Catherine rodó los ojos y se acomodó en el asiento. Parecía no importarle nada de lo que estaba ocurriendo, aunque realmente no debería importarle demasiado ya que su plan parecía estar saliendo a la perfección.
—Es cierto que esto tiene algo que ver conmigo puesto a que yo he ayudado a ese patán, pero lo que le ocurra a esa chica no corre a cuenta mía, yo sólo acataba órdenes —respondió.
—Te lo juro, Catherine, voy a matarte ahora mismo si no empiezas a hablar. No estoy para tonterías ni cuentos infantiles, ¡quiero que me digas de una puta vez dónde está el desgraciado de Puppetear y Lydia! —Jason estaba a punto de estallar cual bomba atómica. Yo de Catherine haría lo que él le estaba pidiendo si no quería encontrarse con el mismísimo diablo.
—¡Estoy agobiada! Debo salir de este coche primero. Yo también tengo mis propios problemas, ¿vale? —dijo Catherine, y se fue.
Jason golpeó con fuerza el volante y luego echó su espalda al asiento, suspirando con profundidad.
En este momento, ni siquiera lo odiaba. Recuerdo que habíamos tenido muchos rifi-rafes en el pasado, y por eso le detestaba, pero ahora mismo, viéndole de esta forma, de la forma en la que yo deseaba verlo, no me producía ninguna satisfacción. Quién sabe, tal vez yo no era la villana en esta historia, ni mucho menos la heroína, simplemente era aquella persona que estaba ahí, y comprendía, y cambiaba, y evolucionaba... Esa persona que al fin podía ver sus propios errores... En fin, alguien más.—Busca a Catherine, no confío en ella —habló Jason, casi sin fuerza.
En el momento en el que iba a abrir la puerta, aparecieron unos asaltantes, y lo siguiente que vi fue la oscuridad.
Lydia
Me dolía la cabeza, tenía la boca seca, mi cuerpo parecía encontrarse inmóvil. Un lado de mi cara tocaba el frío e incómodo suelo. Empecé a mover las puntas de los dedos de mis manos, pero incluso eso parecía un esfuerzo titánico para mí.
—Parece que recuperaste la conciencia —escuché decir a una voz que reconocía bastamente.
Hice una mueca de desagrado.
Abrí mis ojos con esfuerzo, y vi las piernas cruzadas de aquél sujeto. Moví mis ojos hacia arriba, intentando ver su rostro, pero no podía; tan sólo hacía que mi migraña aumentara.
—Disculpa, qué clase de anfitrión soy, ahora mismo te pongo más cómoda.
Entonces, colocó sus manos en mis caderas y me posicionó pegando mi espalda a la pared, de forma que podía mirar su rostro. Además, tras escrutar la habitación, me fijé en que en ésta habían manchas rojas... Probablemente, era sangre.
—Detesto que me toques —dije, arrastrando las palabras.
Supongo que él había adormecido mi cuerpo, y ahora estaba empezando a recuperarme.
Él achinó sus ojos en medio de una sonrisa.
—Lo siento, no parecías estar muy cómoda en la otra posición —respondió él.
—¡Dime qué hago aquí! —grité, o al menos eso intenté. Apenas podía hablar como usualmente.
Aquella persona acercó su rostro al mío y lo movió lentamente hacia un lado. Luego, agarró con sus dedos mi mentón.
—Está muy claro, es por tu belleza —sonrió cínicamente, dejando ver sus dientes dorados, y abrí mis ojos con sorpresa, a pesar de que no era la primera vez que lo veía—. Sin esa belleza que posees, Jason jamás se hubiese fijado en ti. O eso figuro —se separó de mí, sin dejar de mirar mis ojos—. Yo no entiendo de bellezas ni estándares, pero sí entiendo sobre masacres. ¿Te parece bien que nuestra fiesta se convierta en una habitación roja*? Ya sabes, esas habitaciones en las que haces mucho daño a una persona mientras hay un público mirando espectante. Tal vez no es igual que un concurso de belleza como loa que conoces, pero para mí, no hay mayor belleza que eso —habló totalmente serio.
Estaba loco, ido de la cabeza. Empezaba a sentir miedo, mucho miedo. Si mi cuerpo llega a recuperar sus funciones, temblaría como un caniche. Empezaba a incomodarme su compañía.
—Por cierto, te estarás preguntando quién podría ser el público invitado, ¿no es cierto?
Entonces, escuché un ruído venir desde fuera. Cuatro personas vestidas de negro aparecieron ante el cristal que había a un lado de mí, en una de las paredes, luego, aparecieron Jason y Moena, que estaban inconscientes, y los sentaron en unas sillas mientras eran atados de pies y manos. Mis ojos estaban al borde de las lágrimas. Entonces, como guinda del pastel, pero no con demasiada sorpresa, vi aparecer a Catherine, quien sonreía con felicidad al ver todo el espectáculo que iba a presenciar.
—En una hora y varios minutos ellos despertarán, entonces estaremos listos para empezar este maravilloso espectáculo. ¿Qué te parece, Lydia? ¿No estás nerviosa? ¡Eres la protagonista! —exclamó con una sonrisa y ojos vacíos.
____
*| Red Room: Habitación donde descuartizan, matan y dañan a personas anónimas, mientras son grabadas por una cámara, con una audiencia en red. Suelen ser normales en sitios de la Deep Web y debes pagar con bit coins. Dependiendo del dinero, puedes ser espectador o puedes decidir cómo dañar a la persona.
En este caso, los espectadores son Jason y Moena; no hay ninguna cámara grabando.

YOU ARE READING
Fix Me Up 『Jason The Toymaker』
Random«Algunos humanos parecen demonios; algunos demonios parecen ángeles». Desde el día en el que Jason entró en la cafetería, la vida de Lydia empieza a tener otro sentido. Éste siempre le está ayudando, aunque ella a veces tan sólo le de problemas; pro...