Fix Me Up 『Jason The Toymaker』

XLI

Jason's POV

Al abrir la puerta, me desilusioné al ver el rostro de Moena y no el de Lydia. De alguna forma, tuve la esperanza de que fuese ella.

-¿Tú, llamando a mi puerta? -pregunté, extrañado por que no se hubiese colado por alguna ventana o algo más a su estilo.

Sin embargo, aquello no le hizo cambiar su semblante lleno de preocupación. Aunque tampoco pretendía hacerlo.

-¿Lydia recibió el mensaje? -preguntó de repente.

Levanté una ceja. No sabía sobre qué mensaje estaba hablando.

-¿De qué hablas? Enserio, Moena, no quiero hablar con nadie más ahora.

Intenté cerrar la puerta, pero me sorprendió que la pelirroja diese un salto hasta dentro.

-Estoy hablando enserio, Jason. Lydia recibió un mensaje que tiene que ver con tu habitación secreta. ¿Lo vio? ¿Ella lo vio? -me explicó con más detalle. Preguntaba con insistencia.

¿Un mensaje que tenía que ver con mi habitación secreta? ¿Lydia recibió algo así? Apreté mis puños con fuerza y caminé decidido hasta Moena. Le agarré con fuerza la muñeca y le miré de la peor forma que jamás había mirado a alguien. Mi calma se desvaneció por completo una vez más.

-¡¿Cómo se te ocurrió enviarle algo así!? ¿Ya tienes lo que querías? ¡¿Estás satisfecha?! -empecé a gritar.

Debí haberlo pensado antes. Nadie más que ella sabía sobre el lugar secreto. ¿Por qué no desconfié un poco más?

-¡Te equivocas, Jason! ¡No fui yo quien lo hizo! -exclamó sin vacilar, y se separó de mí consiguiendo escapar de mi agarre.

-¡¿Quién podría ser si no?!

-¡Fue la asquerosa de Catherine!

Los ojos de Moena probablemente estaban tan llenos de furia como los míos.
¿Había escuchado Catherine? ¿Ella había hecho aquello? ¿Cómo sabía que yo guardaba algo como eso en un lugar como éste? Y si lo sabía, ¿por qué insistió en servirme? ¿Era este su punto desde el principio?

-¿Lydia supo... mi secreto? -pregunté devastado.

Di que no, di que no, dime que no es cierto...

-Sí -asintió.

Me senté en el sofá, con las manos en la cabeza. Sentía que mi corazón iba a salir del pecho en cualquier instante. Tenía que contenerme, debía contenerme... Aunque ya era demasiado tarde para eso.

-Lo siento, Jason. Cuando llegué, ella ya había terminado con su cometido -se disculpó Moena, pero eso no era lo que yo quería.

Ahora mismo, un «lo siento» me daba lo mismo que un «te jodes». Porque nadie más que yo lo sentía, y nadie estaba más jodido que yo.

Moena's POV

Jason me asustaba en este momento. Cuando algo que le hace perder sus papeles sucede, él puede ir contra todo sin pensarlo dos veces, aunque tenga miles de armas apuntando en su cabeza en contra de un movimiento suyo. Puede estar tan calmado como un monje, y puede estar tan agitado como un gato en el agua. Él siempre era de ambos extremos y nunca de un punto medio.
Me pregunto qué es lo que hará. Está sentado en ese sofá, con sus manos a ambos lados de su cabeza. No sabría decir exactamente si está calmado o agitado. Supongo que le está costando la misma vida mantenerse tranquilo; él también se conoce a sí mismo, a sus demonios internos. Esta parte de él era la que más lástima me producía, porque él debe estar haciendo un esfuerzo titánico por mantener su calma.
No le quería ver así.

-Jason -dije al fin. Él no me miró, pero sabía que me estaba escuchando-, voy a irme. Estoy contigo en lo que sea, ¿de acuerdo? Sólo házmelo saber.

Y dicho aquello, sin esperar una respuesta por su parte, me fui.

Lydia's POV.

Aún estaba asustada. Borré el archivo de vídeo, claramente me había asustado demasiado. Jamás en mi miserable vida vi algo parecido. Si eso era cierto, si Jason había hecho eso... ¿Podría haber estado planeando mi muerte también? ¿Así era como él trabajaba?
Un escalofrío recorrió mi espalda, y me asusté al escuchar la puerta. Yo estaba en mi habitación, y me encontraba tan asustada que por nada en este mundo me atrevería a abrir la puerta. La idea de que pudiese ser Jason me hacía temblar más aún de temor.
Al minuto, escuché que mi ventana se corrió para abrirse. Me giré hacia ella y me asusté al ver que alguien intentaba colarse por ella. Instintivamente, agarré una pila de libros y empecé a tirárselos a la cabeza.

-¡Ah, ah!, ¡Para!, ¡para!, ¡QUE PARES DE UNA MALDITA VEZ, JODER! -se quejó y me acurruqué de miedo en una esquina de mi habitación.

Al instante, pude percatarme que se trataba de Moena. ¿Debería estar asustada? Después de todo, ella ha intentado matarme innumerables veces, y era amiga de Jason.

-¡Aléjate de mí! -pedí atemorizada.

-¡No vengo como enemiga, sino como amiga consejera! -respondió.

Le miré a los ojos, pensando que se trataría de alguna broma antes de atacar, pero no parecía querer burlarse de mí. Su mirada... había cambiado a como usualmente solía ser.

-¿Una amiga? -pregunté con suspicacia.

-Así es, tengo que hablar contigo -dijo, y se sentó en la orilla de mi cama, palmeando un lugar junto al suyo, invitándome a sentarme junto a ella. Pero... ¿No se suponía que eso debía hacerlo yo?

Fuese como fuere, le hice caso y me senté junto a ella. La miré, esperando escuchar lo que tenía que decirme.

-Quisiera hablar... acerca de Jason -dijo, y todo mi cuerpo se estremeció al escuchar su nombre-. Supongo que ya sabes un punto importante sobre su pasado, ¿cierto? -no asentí, pero ella sabía perfectamente que así era, y prosiguió-. Jason y yo no somos personas corrientes, pero no podría explicarte esto de forma que lo entiendas, así que probablemente te costará comprender lo siguiente... -Moena suspiró y siguió con su relato- Todos tenemos nuestro propio pasado, y todos hemos hecho cosas que nos disgustan y que desearíamos borrar pero es imposible, así que continuamos nuestra vida intentando ignorar lo que no se puede remediar. Creo que no puedes juzgar a una persona por su pasado, y más aún cuando ya se arrepiente de él. Lo creas o no, por mucho que a mí me duela, Jason te ama. Ahora mismo está sufriendo, Lydia. Tendrías que haberle visto, casi parecía un cuerpo sin vida. Lo que él hizo fue casi inhumano, lo sé, pero él ahora es una persona corriente que desea tener una vida corriente, y está enamorado.

-Pero Moena... ¿Cómo puedes estar tan segura de sus acciones? ¿Cómo puedo confiar en él ahora? -pregunté con un nudo en la garganta.

-Pues exactamente como lo hacías antes de saber su secreto. Sólo necesito que me respondas a una cosa: ¿amas a Jason?