IX

3.9K 460 104
                                        

Aquel vestido rojo era muy sugerente.
No sabía en qué estaba pensando cuando accedí a que Beth eligiese mi vestido para esta noche. Se trataba del típico vestido ceñido al cuerpo, color rojo, carente de toda decoración.
Sí, era soso, algo elegante, pero sobretodo era provocativo, y eso era exactamente lo que Beth quería conseguir en mí.

Un mensaje apareció en la pantalla de mi teléfono.

De: Beth.
«Avísame cuando llegues».

Contesté un «sí» y lo guardé.

Me puse un poco de máscara de pestañas después del eyeliner y algo de rubor y salí de mi casa hasta.

Una vez estuve en el coche, le di vida al motor y me puse en marcha.

Jason dijo que él mismo podía ir al local donde quedamos, así que no tenía por qué recogerle.

...

-¡Hola Beth! -saludé una vez la vi.

-¡Lydia! -exclamó mi amiga con los brazos abiertos y me envolvió en un abrazo.

Deshaciéndonos de éste, saludé a su novio.

-¿Qué tal, Johansen? -saludé con una sonrisa.

-Hola Lydia -devolvió él.

-¿Aún no ha llegado Jason? -preguntó Beth.

Cierto, tal vez él estaría de camino.
Escruté con la mirada todo el local desde mi posición, pero lo único que alcancé a ver eran personas bailando al ritmo de la música mientras las luces me mareaban.

-Tal vez esté por llegar -respondí.

Regresando mi vista hacia la pareja, vi a lo lejos a Leo.
¿Qué hacía él aquí? Es decir, podía venir pues este era un lugar público, pero me sorprendí del hecho que hubiese venido justo aquí y en este momento; aunque más sorprendente fue ver que Jason entró tras de él.

Hice una seña con la mano para que se percatase de que nos encontrábamos aquí, pero por error, Leo fue quien se percató de ello... Y se acercó hasta nosotros.

-Lydia, ¿te encuentras bien? Tu rostro ha cambiado por completo... -me preguntó Beth, hasta que la pregunta fue respondida sola en cuanto Leo hizo su aparición entre nosotros.

-Espero que ahora podamos hablar -me dijo Leo, ignorando la presencia de Beth y Johansen.

-Creo que no -contesté sin saber muy bien cómo quitármelo de en medio.

-¿Por qué no quieres perdonarme? -preguntó.

Resoplé.

-Escucha, Leonardo, ya puedes irte por donde viniste, o al menos deja de molestar a Lydia. Estamos aquí para pasarlo bien, ¿de acuerdo? -habló amenazante el novio de Beth.

Leo se giró hacia él y le dio un rempujón el cual le tomó por sorpresa.

-No digas que soy una molestia. Esto no te incumbe así que deja tú de molestar -contraatacó Leo, alzando la voz.

Johansen se levantó del suelo y no hizo ningún otro movimiento más.
Eso era lo que más admirada de Johansen. En situaciones como estas, siempre intentaba encontrar la calma.

-Entonces te pediré por favor que te vayas de aquí -decía Johansen mientras se limpiaba la ropa.

-No pienso irme. ¿Acaso tú eres alguien que deba elegir qué tengo que hacer? Acompáñame, Lydia -dijo Leo, y me agarró del brazo mientras me arrastraba hacia algún lugar.

Vi que tanto Johansen como Beth quisieron hacer algo al respecto pero les hice una señal indicando que no pasaba nada.

Una vez Leo me llevó a un lugar apartado de la multitud -tal y como él suele cooperar-, empezó a hablar.

-No entiendo por qué no quieres perdonarme -empezó a decir.

Me toqué la frente, cansada.

-¿No puedes olvidarlo y ya está? ¿de qué te sirve mi perdón? ¿te va a ir mejor en la vida con si te acepto las disculpas? -pregunté hastiada. Esto no tenía ni pies ni cabeza.

¿No se suponía que hoy debía estar pasándolo bien?

-Entonces te haré la misma pregunta, Lydia. ¿Por qué no aceptas mis disculpas? ¿Acaso te va a ir peor en la vida si no las aceptas? -preguntó.

Se veía infantil. Siempre se había visto infantil, pero esta vez realmente lo parecía.
Estábamos peleando por un «acepto tus disculpas», esto no debería ser así.

-Es que... -prosiguió-, realmente quiero cambiar. Pero siento que no puedo hacerlo si no te escucho aceptar mis disculpas, ¿es que no puedes entenderlo?

Me mordí mis uñas, nerviosa. No sabía qué hacer.

-Lo que no puedo entender es por qué siempre has actuado tan infantil. Tú y yo sabemos perfectamente qué ocurrió entre nosotros dos, y cada vez que te miro a los ojos... -hice una pausa a causa de mi nudo. Este nudo en la garganta no me dejaba seguir. Aún así, trague saliva y lo intenté- cada vez que te miro a los ojos veo a la misma persona que me torturaba cada día y me hacía sentir la persona con menos valor en este jodido mundo.
»me estás pidiendo algo que no puedo darte, Leo. Pides que te comprenda, ¡pero no puedes ni pudiste comprenderme! No puedo aceptar las disculpas de alguien que me hizo tanto daño en el pasado, no puedo -zanjé.

Vi cómo la cara de Leo cambiaba paulatinamente. Esta vez se mostraba realmente enfurecido.
No había cambiado y eso siempre lo supe.

-¡No lo pasaste tan mal conmigo, Lydia! ¡Hablas de mi como si yo hubiese sido un maltratador! -exclamó con ira.

Ya empezaba.

-¡Es que fuiste un maltratador! -exclamé también.

De repente, alguien apareció, echando a un lado a Leo.

-No te encontraba por ninguna parte -dijo Jason.

Le miré a los ojos.
Nunca había estado tan feliz de que apareciese.

Leo intentó empujar a Jason de la misma forma que él hizo, pero no obtuvo resultado.

-Es de mala educación interrumpir -dijo Leo, notablemente molesto.

-Desde mi punto de vista, siempre es bueno interrumpir ante argumentos desagradables. Estoy seguro de que Lydia está más que alegre de haber interrumpido. Es más, también es de mala educación acaparar toda la atención de una meseta en horario laboral. Que tenga una buena noche -y dicho aquello, Jason me agarró de la mano y me llevó junto a los demás, aunque como siempre, Leo tenía que arruinarlo todo.

Él se puso delante de nosotros, obstaculándonos el paso.

-Tengo que seguir hablando con ella -avisó Leo amenazante.

-¡No quiero seguir hablando contigo! -exclamé exasperada.

-¡Si yo quiero que hables conmigo, hablas conmigo! -exclamó de vuelta Leo.

Noté a Jason algo tenso, y supe que algo iba mal cuando miré hacia su rostro.

-Ya has hecho dos cosas mal, donjuán. Le has gritado a una señorita y le has ordenado a hacer algo a una señorita. ¿Eso no te convierte en poco hombre? -decía mientras soltaba mi mano y caminaba tranquilamente hacia Leo.

Jason tenía... esos ojos amarillos los cuales irradiaban todo tipo de sentimientos negativos.

Leo trataba de mantener las distancias mientras caminaba retrocediendo atemorizado.

Debía hacer algo antes de que todo acabe mal.

Fix Me Up 『Jason The Toymaker』Where stories live. Discover now