Jason
Un día más, seguía en la cama. No tenía empleada de la limpieza, ni de nada. Nadie se había preocupado por mí está última semana. No había comido desde hace días, ni había bebido nada. A estas alturas y en estas circunstancias, un humano corriente habría fallecido, pero yo, como monstruo que soy, sigo vivo, a pesar de que no lo merezca.
¿Qué hago aquí? Sigo preguntándome.
Me gustaría saber cómo está Lydia, pero sé perfectamente que desea verme muerto, así que cumplo con sus deseos y vivo como si alma se hubiese desprendido de mi cuerpo, puesto que desde el día en el que ella me dejó, me sentí muerto. O más que eso. Ahora mismo, desearía estarlo. Creo que enloqueceré en menos tiempo de que el Sol se esconda. Llevo encerrado en esta habitación días y días. He aborrecido la vida. ¿Por qué mi corazón sigue latiendo si el motivo por el cual debería hacerlo se fue? ¿Por qué mi corazón seguía latiendo si estaba roto? ¿Por qué sigo respirando si lo único que quiero respirar es su aroma? Siento que el oxígeno me quema. Si todo pecador paga sus pecados, sentía que los había pagado todos de golpe. Y se sentía tan mal...
Sigo vivo pero esto no es vida, y ni siquiera es muerte. En la muerte, uno debería descansar en paz y no tan revuelto y desanimado. No hay peor castigo que el sufrimiento, y envidio a la muerte en este mismo instante.No sabía si ya empezaba a enloquecer porque empecé a escuchar que alguien me reclamaba. ¿Por qué deberían necesitarme? Ya no sirvo.
Entonces, escuché que alguien consiguió abrir la puerta de mi casa.
Aún así, seguí impasible. ¿Me querían robar? ¡Adelante! Nada tiene valor para mí, ahora. ¿Querían matarme? Le reto a que lo haga y se lo agradecería si lo consiguiese.
Escuché cómo aquella persona subía las escaleras y caminaba hasta mi habitación, luego giró el pomo y, finalmente, logró penetrar el cuarto. Ni siquiera me molesté en ver quién era o gritarle por qué allanaba mi hogar.—Aquí estás —dijo una voz que me resultaba familiar.
—Preferiría simplemente no estar —respondí, aún con la mirada perdida en el techo.
La chica se acercó hasta mi cama y se sentó en la orilla de la misma. Su olor a perfume penetraba en mis fosas nasales. Hacía tiempo que no sentía aquellos olores.
—¿Cómo te sientes? —preguntó la muy insensible.
—Por tu culpa, me siento peor que un judío en un campo de exterminio nazi, me siento peor que un ratón en el estómago de una serpiente... pero nada de eso se le acerca a este sufrimiento, te lo aseguro.
Catherine tardó unos segundos en responder.
—Sé que te sientes devastado, pero ella debía saberlo tarde o temprano, ¿A caso creías que-?
Me levanté de la cama de repente y la miré directo a los ojos.
—¡¿Y quién mierda eres tú para decidir las circunstancias de mi vida?! ¡¿Por qué no simplemente te dedicas a buscar un trabajo o una vida?! ¡¿Por qué te empeñaste en esto, Catherine?!
Me sentía furioso y colérico. No podía tolerar esto por más tiempo. Había conseguido hervirme la sangre en cuestión de segundos.
La chica retrocedió y se levantó de la cama.
—¡Porque te odio y te amo! —respondió la rubia, con lágrimas en las mejillas.
—¿De qué hablas, Catherine?
No entendí el giro tan drástico que dio la conversación.
—¡Jason, tú me llevaste a la ruina! —dijo, recalcando el pronombre personal— por tu culpa, hace ocho años murió mi hermana, y por tu culpa también, me enamoré de su asesino. ¡Me volviste loca! Si alguien te separó de Lydia fuiste tú y solamente tú, por hacer lo que hiciste, y por hacerme así —escupió la rubia, llena de ira.

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Fix Me Up 『Jason The Toymaker』
Random«Algunos humanos parecen demonios; algunos demonios parecen ángeles». Desde el día en el que Jason entró en la cafetería, la vida de Lydia empieza a tener otro sentido. Éste siempre le está ayudando, aunque ella a veces tan sólo le de problemas; pro...