—No sé cómo hacer eso, Marie —contesté sincera.
—¡No te hagas la tonta! Mencionó tu nombre varias veces —me dijo ella y me sorprendí. ¿Había hablado de mí?
—¿Cómo? No sé, Marie —dije cansada y quería volver a mi trabajo, pero la chica insistió.
—Le diré a mi tío que te despidan como no me digas qué hacer con él —amenazó.
Me giré sorprendida hacia la chica.
No podía estar hablando enserio. ¿Tan grande era su obsesión hacia Jason que incluso se atrevería a dejarme sin trabajo?—No puedes hacer eso. No tienes motivos para que me despidan —me defendí.
Ella sonrió cínicamente.
—Es cierto, no los tengo, pero me los puedo inventar —dijo y rió.
¿Podría ser capaz de hacer eso?
Beth tenía toda la razón... esa chica era una caprichosa la cual conseguía lo que quería sí o sí.Me crucé de brazos.
—¿Y cómo quieres que te ayude? —pregunté suspicaz.
—¿No le podrías preguntar qué clase de chicas le gusta? ¡Sí! Haz eso. Y dime cuál es su respuesta en cuanto antes —ordenó mientras me empujaba hacia la barra—. Pregúntaselo ahora —me dijo y acepté a regaña dientes.
Me giré hacia Jason y le vi beber al café. Puso mala cara ante éste. Estaña segura de que Marie no supo prepararlo exactamente como debía.
Caminé hasta él y me miró.
—Es genial volver a verte, Lydia. Dime, este café no lo hiciste tú, ¿cierto? —me preguntó.
Miré hacia otra dirección, nerviosa, sin saber bien qué decir.
Ignoré su comentario y le formulé la pregunta.—Esto... Me gustaría saber... —empecé a decir. No podía hacerlo. Me costaba bastante trabajo hacer una pregunta como esa. Aunque no podía relajarme ahora, mi empleo estaba en juego. Tomé aire y decidí preguntarlo sin más—. Me gustaría saber qué tipo de chicas te gustan —dije de sopetón.
No pude mirarle a la cara. Me tapé el rostro con algunos mechones de cabello los cuales se soltaban y esperé impaciente a la respuesta.
Escuché una risa y más tarde sentí su mano tomar la mía.
—¿Qué ha...? —preguntaba mientras me hacía sentar en una silla al lado suyo.
—¿Por qué me has hecho esa clase de pregunta? —preguntó él, divertido, aunque para mi nada de esto tenia gracia.
—Porque yo... es que... —balbuceaba mientras miraba mi delantal y lo doblaba inquieta.
No podía decirle la verdad. No podía decirle que quería saberlo porque la sobrina de mi jefe estaba obsesionada a primera vista de él.
Simplemente no sabía qué excusa poner.—Está bien, no me respondas a esa pregunta, sin embargo, yo responderé a la tuya. ¿Quieres saber qué clase de chicas me gustan? —asentí con la cabeza avergonzada—. A mi me gustan las chicas... como tú —confesó mientras tomaba mi mano y la separé de la suya al instante mientras le miraba sorprendida.
¿Acaso me estaba gastando una broma?
—Jason... No... Dime la verdad... —pedí, sin creer en su palabra.
—Estoy siendo sincero, Lydia, me gustas —insistió Jason.
Me quedé sin palabras. Me levanté del asiento y empecé a caminar hasta la barra no sin antes despedirme de él, diciendo que debía atender al personal.
¿Y ahora qué podía hacer? Debía decirle a Marie el tipo de chicas que a Jason le gustaba pero no podía responderle sin que yo salga herida, seguro.
Vi que Marie se acercaba a mí y pensé rápidamente en una estrategia.
—¿Y bien? —preguntó seria, con sus característicos brazos cruzados.
—Esto... Me dijo que a él le gustaba las chicas... sencillas. Es decir..., una chica elegante y sabia. Coqueta y risueña —mentí.
Ella pareció pensar algo. Tal vez analizaba mis palabras.
—¿Y cómo crees que soy yo? ¿crees que tengo algo de eso? —me preguntó.
Pasé mi vista de pies a cabeza por toda su anatomía.
Como odiaba usar uniforme, ella vestía con su ropa de casa.
Tenía una minifalda, una camiseta blanca con rayas negras y una chaqueta amarilla. Usaba unos tacones rojos y de aguja.
Su maquillaje consistía en polvos para la cara, colorete, sombra de ojos azul, eyeliner, abundante máscara de pestañas y su cabello estaba recogido.Torcí el gesto. Ella no tenía nada de lo que acababa de nombrar en cuanto a gustos de Jason.
—Podría... ayudarte —dije, muy a mi pesar.

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Fix Me Up 『Jason The Toymaker』
Random«Algunos humanos parecen demonios; algunos demonios parecen ángeles». Desde el día en el que Jason entró en la cafetería, la vida de Lydia empieza a tener otro sentido. Éste siempre le está ayudando, aunque ella a veces tan sólo le de problemas; pro...