No sabía qué hacer. Es cierto que no quería mojarme por la lluvia, pero también era cierto que no debía montarme en coches de desconocidos, así que agradecí a aquella persona por su buena voluntad, pero no quise entrar a su coche.
-Vamos, estoy siendo amable y me encanta ayudar; te llevaré a tu casa -insistió el sujeto.
Hice una mueca de desagrado
-Podrías ayudar a cualquier otra persona -opiné, algo confusa.
-Es cierto, pero he elegido ayudarte a ti.
Lo supe, desde aquél instante, que aquella persona era muy -o quizás demasiado- sospechosa. ¿Por qué querría ayudarme sólo a mí? Además, pareció molestarle bastante mis negativas.
-Mire, yo no le debo nada y no quisiera molestarle, así que creo que me iré corriendo hasta mi casa -le informé, en estado nervioso, y salí corriendo de allí, tal y como dije.
Por suerte no me resbalé a causa del suelo mojado y conseguí hacer desaparecer de mi vista aquél coche misterioso. Mi corazón latía con fuerza tanto por el esfuerzo físico como por el susto.
Cuando llegué a mi casa, empecé a tomarme una ducha, y en mi mente aún divagaba el rostro de esa persona; sobretodo aquellos ojos de color dorado tan exóticos. De alguna forma, me daba mala espina, y empezaba a preguntarme qué es lo que habría hecho él si yo hubiera accedido a montar en su coche.Moena's POV
Me encontraba en un cafetería, por extraño que pareciese, ya que el clima lluvioso no me dejaba estar afuera. La gente allí dentro me miraba con desprecio, y yo les devolvía la mirada de peor forma. Estaba apunto de salir de allí, así que caminé hasta la puerta, sin importarme si caían cuatro gotas o no, pero algo más aparte de las miradas de la gente me hizo querer salir de aquél antro: el rostro de aquella persona la cual me empujó contra un pared había aparecido ante mí. Le vi conduciendo un coche negro, e iba en dirección hacia alguna parte. Me dispuse a seguirle hasta que me percaté de algo bastante importante: si no me equivocaba, iba en dirección hacia la cafetería de Lydia.
Al saberme la dirección con atajos incluídos, conseguí llegar allí en menor tiempo que el sujeto, lo cual era algo beneficioso para mí y para Lydia, porque sabía perfectamente que algo no pintaba bien en toda esta situación.
Penetré el local y busqué a la chica con la mirada. Al encontrarla, me acerqué a ella lo más rápido que pude.-¡Lydia! ¡Lydia! -la llamé.
Ella frunció el entrecejo.
-Moena, ahora no tengo tiempo para tus charlas, ¿No ves que estoy trabajando? Luego si hay tiempo podemos-
-¡Déjate de rollos y hazme caso! -le interrumpí- tienes que acompañarme a un lugar -pedí, y la agarré del brazo hasta llevarla al baño.
Una vez entramos en el habitáculo, ella se zafó de mi agarre y me preguntó que por qué hacía esto.
-Escucha, alguien va a venir, y no te recomiendo que le veas -respondí.
-¿Jason va a venir? -me preguntó con nerviosismo.
-¡No es Jason! Se trata de una persona peligrosa a la que aún debo investigar. No quiero que te encuentres ni un sólo segundo con ese sujeto -le hice saber.
-¿Qué sujeto? ¡Ay, por favor, desearía poder acabar con todos mis dramas en un segundo! -lloriqueó.
-¡Céntrate! -exclamé. Iba a seguir con mi perorata, hasta que un estruendo proveniente de fuera captó nuestra atención.
«¡Necesito hablar con Lydia!» escuchamos desde aquí. La miré y ella parecía tener un semblante pálido, como si supiera quién era la otra persona.
Los demás empleados decían que no la podían encontrar, y escuchamos un gran número de platos y vasos caer estruendosamente al suelo.
-Esa voz... -murmuró ella, queriendo salir de allí, pero antes de que ella pudiera hacerlo, le agarré del brazo.
-¿Le conoces? -pregunté dubitativa.
-No le conozco, pero le vi esa mañana, me pidió montar en su coche. Estoy segura de que era esa voz -ahora me miró a mí-. ¿Y tú? ¿de qué le conoces?
-Digamos que no fue por pura simpatía.
Volvimos a escuchar más cosas rompiéndose y aquello hizo que Lydia saliera de nuestro escondite.
Al salir, vimos que la gente de la cafetería se encontraba apelotonada en una esquina, y además había disminuido el número de clientes, que seguramente muchos de ellos habrían salido despavoridos de allí. El suelo estaba hecho un caos, con un montón de cristales rotos, esparcidos por el lugar.
-¡Yo soy Lydia! ¡Aquí me tienes! -exclamó la muchacha, temblando de miedo como un caniche.
A veces no entendía de dónde sacaba la fuerza para hacer ciertas cosas; supongo que la subestimé demasiado.
El chico de ojos dorados sonrió, y se mostró ante todos en su forma original, haciendo que su sonrisa se iluminara con un color dorado al igual que la última vez, y sacando una hilos de sus manos, los cuales envolvieron a la chica y la condujo hasta su coche.
Todos gritaban del miedo y habían entrado en pánico.
Debía avisar a Jason antes de que lo peor suceda. Nadie sabe qué podía ocurrirle a Lydia a manos de ese ser, y yo apenas tenía la mitad de fuerza suficiente como para acabar con él.___
Ya me disculpé en mi perfil por la tardanza. Aún así, quisiera hacerlo de nuevo. Siento muchísimo la demora, y sobretodo me molesta a mí, porque adoro escribir y adoro que disfruten con la novela pero no puedo actualizarlo tanto como me gustaría.
Espero tener más tiempo en estas fechas navideñas. Un beso y disculpadme.PD: hemos creado una cuenta de Instagram (@/fanficscreepys) donde intentaremos subir dibujos de los personajes y las escenas que queráis que representemos.

YOU ARE READING
Fix Me Up 『Jason The Toymaker』
Random«Algunos humanos parecen demonios; algunos demonios parecen ángeles». Desde el día en el que Jason entró en la cafetería, la vida de Lydia empieza a tener otro sentido. Éste siempre le está ayudando, aunque ella a veces tan sólo le de problemas; pro...