Al día siguiente, después de haber salido de trabajar, Jason me acompañó de nuevo a casa, pero hubo un contratiempo: Oz ya estaba esperándome en la puerta.
Jason se fijó en eso, y me preguntó qué hacía él aquí.
—Tenemos que hacer un trabajo de ciencias —le mentí.
Jason no despegaba la mirada del rubio, y Oz se acercó hasta nosotros.
—¿Sois pareja? —preguntó de repente.
Mis ojos parecía salirse de su órbita tras escuchar aquella pregunta.
—Sí, ¿por qué? ¿te supone un problema? —preguntó Jason, a la defensiva.
¿Jason y yo éramos pareja oficialmente?
—Me alegro, Lydia es muy guapa. Casi como... una muñeca —comentó Oz.
El semblante de Jason lucía más y más enfadado por momentos, mientras miraba a los ojos al rubio. Entonces, se acercó a éste y le dijo algo al oído, luego, se giró hacia mí.
—Lydia, ¿puedes esperar un momento? Entra en casa mientras tanto, hace frío.
—¡Ni se te ocurra empezar una pelea callejera, Jason! —le advertí.
—No será eso, sólo me interesa hablar con él —explicó.
—En ese caso... Oz, te espero dentro —dije.
Mi compañero asintió con la cabeza y siguió a Jason.
Estaba preocupada. No sabía qué era lo que Jason tenía que decirle a Oz, así que esperaba que no fue de algo que desatase una guerra aún mayor entre ambos.Minutos más tarde, Oz volvió, pero él parecía estar más cambiado.
—¿Ocurrió algo entre ustedes dos? —pregunté preocupada.
—No, nada. Escucha, Lydia, olvida por lo que vine aquí. Tienes razón, Jason es una buena persona. Hubiera pasado lo que hubiere, no debes juzgar a nadie por su pasado. Lo que quiero decir es... que lamento haberme interpuesto entre ustedes dos. Sólo espero que seáis felices.
Abrí mi boca, sin creer lo que estaba escuchando. ¿A qué venía aquél cambio tan repentino? ¿Fue, acaso, tras la conversación con Jason? ¿puede ser posible que su actitud hacia él pudiese cambiar con unos minutos y un intercambio de palabras?
—¿Cómo dices, Oz? ¿por qué de repente...?
—Siento haberle juzgado mal, Lydia. He estado hablando con él y me he dado cuenta de muchas cosas. Escucha, olvida todo lo que te dije, enserio. Él merece ser feliz ahora, de verdad.
Sentía que todo se volvía confuso por momentos. Aunque lo cierto era que me alegraba el hecho de que Oz hubiese cambiado de parecer en cuanto a Jason, pero más aún me sorprendió el hecho de que empezaran con miradas hostiles y acabaran bien con tan sólo escuchar hablar una vez a Jason. Él debía tener un don con las palabras.
—En ese caso... ¿se acabó el conflicto entre tú y Jason?
—Definitivamente —asintió.
—¿Y por qué decías que él era peligroso?
—Eso no es algo que yo deba responderte, Lydia. El pasado de Jason no es algo de lo que yo debería hablarte, sino más bien él es quien debería hacerlo, y yo no pienso hacer algo que no me concierne en lo absoluto.
Tras haberlo comprendido, Oz y yo nos despedimos y él se fue camino a su casa.
Me sentí más tranquila al saber que al fin la guerra entre Jason y Oz había acabado. Un problema menos era un problema menos.
Giré mi cabeza hacia la hucha y recordé que debía entregar el dinero que Jason me dio para pagar la condena de mi padre y hacer justicia de una vez.
Las cosas parecía mejorar por momentos. El único problema que ahora tenía era el de la loca que me acosaba. Entonces imaginé que tal vez se encontraría cerca de mi casa, ¿podría ser eso cierto? ¿estaría ella merodeando por aquí cerca? Un escalofrío recorrió mi columna vertebral. Tal vez deba instalar unas cámaras de videovigilancia con llamada directa de la policía. No me sentía segura durmiendo sola sabiendo que ahí fuera había alguien que quería acabar con mi vida....
Al día siguiente, después de las clases, el café abrió como cada día y había tanta clientela como usualmente.
—Parece que aquí tenemos una nueva pareja —canturreaba Beth, muy cerca de Connie.
Rodé los ojos.
—¿Ah, sí? ¿Lydia al fin encontró a alguien? —preguntaba Connie intrigado.
—¡Oye! Lo dices como si el hecho de que yo tuviese pareja fuese casi imposible —me quejé mientras limpiaba la barra.
—No es difícil que encuentres pareja, cariño, lo difícil es que alguien te resulte lo suficientemente correcto para ser tu pareja —decía Connie.
—¿A qué ha venido ese comentario? —pregunté irritada.
—Vamos, Lydia, es súper extraño que un chico pueda llegar a gustarte.
—Connie, por favor, no dramatices las cosas —reí, aunque me sentía algo molesta.
—Al menos esta vez ha tenido mejor gusto porque el afortunado es Jason —confesó Beth.
—¿Mejor gusto? —pregunté.
—Admite que él es mejor que las mierdas con las que estuviste antes —insistió mi amiga.
—Beth, no llames a las personas «mierda» —le regañé.
—Eres una vieja aburrida, ¿qué será lo que vio Jason en ti? —rió Beth.
—Si soy tan aburrida, por qué sigo siendo amiga tuya.
—Esa es una muy buena pregunta —bromeó.
—¡Así que te lo cuestionas!
—Chicas, chicas, dejad esta conversación. Primero son risas pero acaba con tirones de pelo, os lo digo por experiencia. Tuve una conversación así con la pvta de la Rosie riendo por cosméticos y ella acabó con media melena menos, tres uñas rotas y los cosméticos en la boca.
Beth y yo nos reímos de aquél comentario hasta que vi entrar por la puerta de la cafetería a aquella loca pelirroja. Mientras hacía su camino hasta la barra, se llevaba la mirada de todo el mundo.
—Uy, ¿quién es esta? —susurró Beth.
—No lo sé, pero adoro su vestido negro —comentó Connie.
Una vez tomó asiento en la barra, empezó a mirarme fulminando su mirada, y sonrió.
—¿Podrías atenderme, Lydia?
Alcé mis cejas con sorpresa. ¿Cómo era posible de que supiese mi nombre?
—¿La conoces, Lydia? —preguntó mi amiga.
—Desgraciadamente, sí.
Miré el reloj. Faltaban siete minutos para que Jason apareciese por aquí, como cada día. ¿Podría encontrar una manera la cual hiciese que ella se marchase de aquí lo más rápido posible?

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Fix Me Up 『Jason The Toymaker』
Random«Algunos humanos parecen demonios; algunos demonios parecen ángeles». Desde el día en el que Jason entró en la cafetería, la vida de Lydia empieza a tener otro sentido. Éste siempre le está ayudando, aunque ella a veces tan sólo le de problemas; pro...