XXVI

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Empiezo el maratón. :) Serán 3 capítulos.


A medida que iban hablando, empezaban a subir el tono de sus voces. Empecé a sentir miedo, no sabía qué era lo próximo que podía ocurrir pues esa chica estaba loca y ambos parecían estar bastante enfurecidos.

Por lo que había escuchado cuando Jason vio a la pelirroja, su nombre era Moena. Nunca antes había escuchado un nombre como ese. Cuando pareció que la conversación había terminado, Jason caminó hacia el coche de nuevo, y vi cómo esa chica me saludó con un semblante siniestro, hasta que se marchó.

  —Siento este incidente. Es mejor que vayas ya a tu casa —se disculpó.

—Sí, claro —respondí nerviosa—. ¿Qué ocurre con ella, Jason? ¿qué quería? ¿qué quiere? —empecé a cuestionar.

Me miró preocupado por unos segundos antes de responder, parecía estar meditando la respuesta.

—Te lo contaré mañana, cuando salgas de trabajar si quieres, pero ahora es muy tarde y has dicho que tenías que madrugar, así que buenas noches, Lydia —respondió.

Asentí con la cabeza y salí de su coche para entrar a mi casa.
Antes de quedarme dormida recordé el rostro siniestro de aquella chica cuando me saludó antes de marcharse. Debía admitir que ahora estaba incluso más asustada que antes.

...

—...el trabajo es para el martes que viene, así que no me vengáis con excusas sobre que no tuvisteis tiempo para realizarlo —decía el profesor de ciencias, ya que el mes pasado tan sólo nos dejó dos días para hacer un trabajo de diez mil palabras.

Salí de clase apresurada, tan metida en mis pensamientos que me asusté cuando sentí que una mano había agarrado mi brazo.

—¡Mierda, qué susto, Oz! —exclamé con las pulsaciones ligeramente aceleradas.

—Lo siento, no pretendía asustarte —respondió.

—¿No puedes llamarme como las personas suelen hacer y ahorrarme sustos como estos? —pregunté mientras me tranquilizaba.

—¿Aún sigues viendo a Jason? —preguntó de repente.

Le miré seria. ¿Aún insistía con eso? Creí que le había dejado claro que no iba a dejar de verle.

—No, Oz, aún sigo siendo su amiga —respondí, hastiada de escuchar siempre la misma historia, y seguí mi camino hacia delante.

—Pero no lo entiendes, Lydia, es peligroso —insistió Oz, siguiéndome.

Dejé de caminar y me giré hacia él, enfadada.

—¿Por qué insistes con eso, Oz? ¿por qué?; de todas formas, en el caso de que él sea peligroso o no, ¿por qué quieres ayudarme?

—¡Está muy claro! No quiero que te ocurra lo mismo que le ocurrió a mi amiga Maggie.

—¿Qué? ¿de qué estás hablando? —pregunté más seriamente.

—Es un caso el cual no me gusta hablar, pero mientras pueda ayudar a salvar la vida de una persona contándolo, valdrá la pena...

—Disculpad, alumnos, es hora de que volváis a vuestras respectivas aulas. Vamos, rápido —habló uno de los profesores de guardia.

—Claro, ahora mismo —le dijo, y luego se dirigió a mí—. ¿Cuándo tienes tiempo libre? Me preguntó.

—Tal vez consiga un hueco mañana después de trabajar.

Fix Me Up 『Jason The Toymaker』Where stories live. Discover now