Capitulo 36

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POV CRISTIAN

Debería considerar el hecho de ponerle unas campanas o decirle a mi abuelo que no es necesario que venga a tratar algo en la noche o hablar conmigo de algo y que tiene solución en la mañana.

Cuando volví a la habitación, Ana estaba acurrucada y a su lado estaba Bola de nieves, ambos durmiendo plácidamente, no me dio ganas de despertarlos, ya que estaban tan cómodamente en la cama que decidí acostarme con ella y ver si puedo lograr algo en la mañana. Todos dicen que el sexo mañanero es genial y mis experiencias en la mañana, eran levantarme solo, ya que mis relaciones siempre las tuve de noche y no duraba más de unas tantas horas y se despertaba con la mujer era para despedirme y salir corriendo de la habitación.

Entro en la cama y me dejó caer y miro a mi lado cuando escucho que Bola de nieve se queja porque moví la cama.

-no te acostumbres tanto a estar en la cama. Cuando cumplas el año de vida, serás un perro gigante y no entraras y tendrás que dormir en el suelo- le digo y deja salir un gruñido y me hace reír. Este perro se cree el dueño de la cama, pero no es el dueño de la cama, ese soy yo y también de la casa y de la mujer que duerme abrazado a él.

A la mañana siguiente cuando despierto, siento que un pequeño cuerpo está a mi lado y al abrir bien los ojos y ver a mi lado, Ana duerme profundamente y tiene todo su cuerpo en mi cuerpo. Pareciera que estuviera pegado al mío y tengo que reconocer que ciertas curvas están comenzando a provocar ciertos problemas con mi amigo.

Le quitó el pelo de la cara y comienza a besar su frente, sus mejillas, su nariz, su mentón y para terminar con sus labios. Sé que debería esperar a que ella estuviera despierta para poder decir sí quiero o no, pero no puedo alejarme de ella.

Había visto este matrimonio como algo para poder llegar a ser rey y al final de cuentas se ha convertido en algo importante en mi vida y sin ella, sin su motivación para hacer cosas por el pueblo, para ella misma o incluso para ayudarme, ya no sé qué pasaría con mi vida.

Ana pasó a ser como la sazón que le faltaba a mi vida. Tomó a Bola de nieves y lo dejó en el suelo, ya que me va a molestar para intentar hacer lo que quiero hacer con mi esposa. El gruñe cuando se da cuenta que está fuera del alcance de Ana y comienza a morder el cubrecama y a tirarlo. No lo voy a tomar en cuenta porque tengo una sola misión.

-aunque hagas lo que quieras con la cama, no subirás porque la cama es mía y tengo que resolver ciertas cosas con mi esposa, que por cierto es mi mujer y no la tuya- digo y es cuando escucho la risa de Ana a mi lado.

-no puede seguir tratando el perro de esa manera. Él no tiene la culpa de que estés celoso y que te comportes como un cavernícola. Debes entender que el perro es en realidad un niño con la edad que tiene- me dice Ana y dejo salir un suspiro pesado. Me devuelvo para mirarla sin importarme que la tapa comienza a correr hacia él suelo.

-ya lo sé, pero él se cree dueño de todo lo que hay. Pero eso no está lo importante, tengo que hablar de ciertas cosas que están pasando en esta cama y que debe tener una solución pronto- digo y ella me mira con una ceja levantada.

-no entiendo a lo que te refieres. Si quieres algo más, vas a tener que hablar directo y sin rodeo- dice y asiento con la cabeza.

-pues... me estoy muriendo aquí en la cama. Mira cómo estoy- digo y hago que mi erección que está doliendo, choque con parte de su cuerpo. Ana abre los ojos asombrada al darse cuenta de lo que le estoy diciendo.

-eso no es problema mío. Además como te podría ayudar si esa cosa es gigante- dice y sus mejillas están muy roja y me dan ganas de reír.

-eres la culpable de esto. Has tentado mi cuerpo durante toda la noche y tus curvas no me han dejado indiferente. Eres la razón porque tengo una erección del tamaño de un buque y sí, me duele. ¿Podríamos hacer algo para ayudar a que esa hinchazón baje aunque sea un poquito?- preguntó y me tiento de la risa al ver que Ana se comporta como un pez fuera del agua. Su boca forma una O perfecta y es lo mismo que hace un pez cuando está fuera del agua.

Reina de mi corazón: Cristian y AnastasiaWhere stories live. Discover now