Capitulo 25

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POV CRISTIAN

Llevamos tres días en la cabaña y me ha servido mucho, ya que estoy aprendiendo a conocer a Anastasia y sus gustos. Sigue siendo ingenua en muchas cosas porque tiene un gran corazón y creo que va a tener que comenzar a confiar menos en la gente y confiar más en sus instintos.
Ahora no sé dónde está, ya que siempre está buscando la manera de hacer algo nuevo, creando un gusto nuevo, creando algo y es difícil llevarle el ritmo, pero es divertido, ya que nos ha llevado a hablar. Si bien tenemos muchas ideas para mejorar el pueblo, eso lo hicimos el primer día, los demás días solamente hemos hablado de nosotros y de nuestros gustos, de lo que queremos en esta vida y me sorprende lo muy parecido que son sus sueños con los míos.
Quiero ser padre, quiero formar una familia en la cual puedo entregar amor, respeto, los valores que me han dado a mí y que si bien en un tiempo los perdí, ahora están volviendo a mí, eso es lo que debería haber pasado hace mucho tiempo. Ella no quiere vivir en un palacio, ya que quiere vivir en una casa, la cual tenga una cocina grande donde todas las mañanas podemos tomar desayuno junto a niños, a un perro, un gato y se puede también un conejo y un hámster.
Eso me dio risa, ya que no soy muy amigo de los roedores, pero si los encuentro tiernos pero de ahí a tenerlo cerca de mí, no es mucho lo que los tolero. Bueno, nunca los he tenido tan cerca tampoco.
Ella dijo que quería tres hijos y que no tuviera mucho tiempo de diferencia, dos años quizás. Yo quiero más hijos, quiero muchos hijos. Ellos crecen muy rápido y al final del
día terminamos solos, ya que el tiempo avanza y quiero ver a nuestros nietos en un futuro. Ambos somos jóvenes y sacando las cuentas correcta, nuestros hijos en un futuro nos hacen abuelos y seríamos abuelos jóvenes para que disfrutaremos de la vida y disfrutaremos de la locura de nuestros nietos, ya que tendríamos la fuerza suficiente como para frenarlos o incluso ser parte de las travesuras que ellos hagan. No todo tiene que ser responsabilidad cuando se habla de los niños.
También coincidimos que es hora de olvidar el por qué paso este matrimonio, sino vivir el matrimonio. No hemos hablado de la intimidad, ya que ninguno de los dos piensa que hay la confianza correcta como para entrar en ese camino, pero vamos a dejar la posibilidad abierta por si cabe la posibilidad de tener algo más en un futuro.
Somos jóvenes y nos falta la confianza y una vez que esté, la intimidad va a llegar por sí sola. Es más, pensándolo mejor fue bueno que no hubiera una chance inmediata para el sexo, ya que mucha gente confunde lo que es el sexo sin amor con mostrar el sexo con amor y no quiero que nuestra primera vez, nuestra primera relación juntos, no represente lo que realmente quiero demostrar o quiero mostrarle a ella.
Eso hace que muchas de las mujeres no se sienten queridas, ya que logra que muchos prejuicios entren en su mente y  las hace sentir que no las queremos, salvo por sexo y eso está mal. La mujer no es un objeto, la mujer es una compañera en la vida que puede ser una ayuda o que puede dificultar un poco tus metas, pero ser usadas o ser consideradas como una cosa dentro de una relación, no es lo mejor y no es lo aconsejable para tener una relación buena.
Y eso es lo que quiero que Ana entienda. Yo no la estoy buscando por sexo, la estoy buscando porque realmente quiera estar con ella y aunque nos demoramos un poco, yo sé que al final del día cuando estemos juntos, lo que digan los demás ya no nos ver a importar.
-Cristian, ¿me estás escuchando o estas en el mundo de Bilz y Pap?- la voz de Ana y me da risa al verla con una ceja levantada y con una carta en su mano.
-lo siento estaba pensando en otras cosas. ¿Qué me estabas diciendo?- preguntó y Ana niega con la cabeza.
-te estaba diciendo que es tu turno para jugar y si no te concentras te voy a volver a ganar. Te quedan muy pocas cosas para perder y terminar desnudo antes de lo que imaginas- dice y frunció el ceño. Es cierto, comenzamos a jugar hace un poco más de una hora y he perdido el par de zapatillas, el par de calcetines y mi polera. Sólo falta que pierda los pantalones y los boxers y que quedaría como Dios me trajo al mundo. Ella sigue con la misma ropa que empezamos el juego y supongo que las subestimado.
-sólo te estoy dando una ventaja para que después no llores cuando quedes completamente desnuda ante mis ojos. Fue tu idea hacer este juego de cartas con pérdida de prendas y aunque es divertido no sé si estarás muy cómoda cuando termines tal cual como Dios te trajo al mundo- digo de forma arrogante y ella muerde sutilmente su labio inferior. Maldita sea, eso hace estragos en mi mente y en mi cuerpo. Parezco un chico hormonal.
-eso lo vamos a ver aún, aún quedan dos juegos y un poco más y llegas a ganar este, pero cómo tienes la mente por las nubes, supongo que vas a volver a perder- dice y frunce el ceño. Está bien señorita Steele, esta es mi jugada. Dejó la carta en la mesa y ella tira inmediatamente una para atacarme y acabo de perder otra jugada más. Odio esta cosa, odio el hecho de que ella me esté ganando y no puedo ganarle o darle vuelta a la partida.
-estás jugando muy mal Grey. Al parecer vas a tener que usar mejor tus neuronas. No puede ser que estés perdiendo este juego siendo que están fáciles- dice burlándose de mí. Esta mujer es tan diferente a las demás mujeres con las que he estado, ya que me hace dar cuenta de las cosas que son distintas y que muchas veces el dinero no es un argumento válido para cambiar o mejor dicho llevar a una mujer a la cama.
-sólo estoy calentando. Ya verás cómo te ganó señorita Steele o cómo te llamas ahora la señora Grey- digo y ella se ríe.
-no le tengo miedo al apellido, solamente soy una chica que quiere lograr su cometido y qué es derrotarte y para ver qué vas a hacer si quedas completamente desnudo- dice con franqueza y me da risa. Vuelve a tirar una carta, contrataco, vuelvo a poner otra carta y la vuelvo a contratar. Frunce el ceño por unos segundos y pienso que por fin le estoy ganando hasta que me devuelve todos los ataques y vuelvo a terminar como con 20 cartas en la mano.
-estás haciendo trampa. Alguien no puede ganar así como así o devuélveme todas las jugadas- digo. Ella niega con la cabeza.
-nunca he hecho trampa en mi vida y hoy no va a ser la primera vez. Tienes la cabeza en cualquier lado y por esa razón estás perdiendo. No es culpa mía que estés distante e incluso que no estés usando las neuronas que Dios te dio- dice mirándome y le entra la risa a modo de burla.
Con eso, varias emociones que pasaron un momento, hace que me abalancé sobre ella sin importarme un pepino por donde caigan las cartas y la atacó simplemente haciéndole cosquillas por todo su cuerpo. Si no puedo ganar en el juego, creo que podré ganarle con un ataque de cosquillas.
Al inicio ella se resiste, pero cómo se da cuenta que no quiero o no puede quitar mis manos de su cuerpo, se ríe como una niña pequeña y me hace reír a mí también. Esto es como mis recuerdos cuando era pequeño donde mi abuelo y mi madre me atacaban con cosquillas para olvidar algún mal día, como por ejemplo cuando tuve mi primera nota baja o cuando me caí y me fracturé un brazo y no pude hacer las actividades de la escuela.
-está bien, cometí un error, pero para mí está costando respirar. Por favor, me rindo… me rindo… me rindo…- dice Ana apenas, ya que el aire se le está acabando muy rápido de sus pulmones.
Dejo de hacerle cosquillas y ambos nos quedamos mirando por unos segundos. El azul de sus ojos es casi hipnotizante para mí. En ellos no encuentra maldad, encuentro la serenidad que muchos de nosotros necesitamos para ser felices. Ese azul te recordar el azul del mar, el azul del cielo, el azul del agua, qué son los elementos que nos tranquilizan, lugares donde tuve las mejores vacaciones.
Es como si ese color que solamente ella tiene, me hace ser un hombre más tranquilo y es capaz de tranquilizar mis miedos y mis temores.
Algo me llama estar más cerca de ese color, el calor de su cuerpo me llama estar más cerca de ella y sin desviar nuestras miradas, poco a poco mi cuerpo toma la iniciativa y cuando solamente quedó a unos cuantos centímetros mi mente reacciona y mis labios terminan en los suyos.
Es un beso que nació de la nada, es un beso sincero y cuando ella responde el beso, mi corazón se acelera y mi sangre se calienta. Tanto ella como yo saboreamos cada centímetro de ese beso y no hay nada que apure el beso, ya que es un beso despacio en el cual estamos diciendo más que las mismas palabras podrían decir en este momento.
Me siento completo. Me siento feliz y es la primera vez que siento que estoy en una familia propia, que estoy en mi hogar, un hogar que solo me pertenece a mí.

AQUI DEJO EL CAPÍTULO DE LA SENANA...

ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO...

LOS QUIERO Y NIS LEENOS PRONTO...

BESOS...

Reina de mi corazón: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora