Una pequeña niña llevaba un hermoso libro en el parque... Mas en vez de sonreír, estaba triste, pues el libro contenía hermosos dibujos, mas la pequeña niña aun no sabia leer, y sus historias con imágenes no llegaba a entender...
Una hermosa joven que por allí pasaba, en nuestra pequeña reparó, y con dulce sonrisa a la niña con interés le preguntó...
La niña a la joven miró, y sus pequeños ojos de emoción observó... La joven era realmente hermosa, portaba un hermoso vestido de una pieza, y un bonito sombrero de paja a juego. Sin dudar, la niña a la joven se acercó, y sin pensarlo dos veces, un favor le pidió...
- ¿ Puedes... Puedes leerme un cuento ? - ¿ Un cuento ? La joven extrañada le preguntó... - Ummm... Ahora no se me ocurre ninguno, la joven prosiguió.
La niña sonrió, y con confianza a la joven el libro le mostró...
- ¿ Puedes... Puedes leerme un cuento de este libro ? La niña le insistió... Yo soy pequeña y aun no se leer, con tristeza concluyó.
La joven entonces comprendió, y con dulce sonrisa a la niña complació. Juntas se sentaron en el banco de un parque, y durante un buen rato nuestra joven, hermosos cuentos a la niña contó.
Tan bonitos y emocionantes eran, que finalmente nuestra pequeña en el regazo de la joven dulcemente se durmió, y en un curioso sueño, a la joven vio. Ella era una linda gatita, y por el parque jugaba feliz, mientras a veces se ocultaba, cuando a los niños divisaba, pues temerosa estaba de ser descubierta, y los niños de ella se burlaran.
Al atardecer finalmente la niña despertó, y de forma tierna como una linda gatita se estiró....
- Ummm... ¿ Ya despertasteis mi linda gatita ? La joven con dulce sonrisa le preguntó... - Si, la niña respondió... ¿ Y sabes qué ? La niña le cuestionó... - ¿ Qué ? La joven sonriente se interrogó... - He... He soñado contigo. Soñé que estabas aquí mismo, en este parque. Jugabas feliz, y parecías una hermosa gatita. Pero cuando a los niños veías venir, corriendo te escondías, y yo triste te veía... ¿ Porqué ? La niña triste le preguntó. - ¡ Vaya ! La joven exclamó... Así me viste en sueños ? La joven se interrogó... - Y dime... ¿ No tuviste miedo al ver que era una chica-gato ? Con curiosidad a la niña preguntó... - No, la niña respondió... ¿ Porqué tendría que tener miedo ? Con lógica inocencia se preguntó. - No se... La joven prosiguió. Igual soy una gata mala, y a los niños cazo para comer, con dulce sonrisa a la niña contestó.
La niña por un momento dudó, y después de observar con detenimiento a la joven, finalmente le respondió...
- No... No eres una gata mala. Solo eres una gata que está sola, y aunque algo temerosa, con niños querrías jugar, la niña con inocencia concluyó. - ¡ Vaya ! La joven sorprendida exclamó... ¿ Así soy una gata buena ? ¿ No te puedo comer ? Con dulce sonrisa a la niña interrogó... - No... No me puedes comer, la niña contestó. - ¿ A no ? La joven se interrogó... ¿ Y eso porqué ? Sonriente le preguntó... - Porque si me comes... Si me comes mis papás se pondrán tristes, y además tu sola te volverás a quedar... Con inocencia la niña le respondió. - Ummm... ¡ Vaya ! La joven sonriente exclamó. En eso tienes razón... ¿ Entonces que hago ? A la niña le preguntó... ¿ Qué comeré ?
La niña sonrió, y con inocencia le respondió...
- Te traeré comida todos los días, y a cambio tu me leerás cuentos, eh ? - Ummm... ¿ Todos los días ? La joven sonriente se preguntó... ¿ Ya te dejarán tus papás vanir todos los días ? - Si, la niña le respondió... Vivo aquí cerca, y todos los días mis papás me dejan jugar en el parque. - Ummm... Tienes unos papás muy buenos, la joven respondió. ¿ Pero no tienes miedo de estar sola en el parque ? La joven con lógica se interrogó. - Si, si que tengo miedo, la niña respondió. Pero mis papás a veces deben salir, y ningún vecino de mi se quiere cuidar, la niña con tristeza concluyó. - ¡ Vaya ! La joven algo molesta exclamó... Tienes unos vecinos muy malos... - ¡ Está bien ! Desde hoy serás mi amiga, y también me darás de comer, vale ? La joven con dulce sonrisa concluyó.
La niña al escuchar eso, los ojos de lágrimas se le inundaron, y sin que la joven se lo esperase, fuertemente a ella se abrazó. Lloró lloró y lloró sobre la joven de felicidad, y la joven con dulce sonrisa con cariño su cabeza acarició, y poco a poco, el llanto la niña calmó.
Ambas se cogieron de la mano, y una suave brisa se levantó, y el sombrero de paja de la joven voló. Unas encantadoras orejas de gato aparecieron, y la niña feliz, a nuestra joven gata adoptó.
La inocencia de un niño... La timidez de una joven gata... El destino las unió, y como siempre una hermosa lección nos dio. No importa como seas... Si eres grande... O si eres pequeña... La bondad de nuestros corazones hablará por nosotros, y la amistad con el tiempo, por siempre perdurará.
😻💗😽 Y colorín, colorado... Esta pequeña historia, yo ya he finalizado 😻💗😽
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