- ¡ Ehhh ! - Quieres... Quieres que yo... Que yo cuente lo que es la amistad ? - Etto... No se por donde empezar, me dijo ella con su hermosa timidez... - Se tu misma, le dije - Abre tu corazón, le insistí con cariño...
Ella me miró con su dulce rostro sonrojado, y temblando como una hermosa hoja mecida por la brisa del atardecer, suspiró profundamente, y llevándose las manos sobre su pecho, me dijo...
- La amistad... La amistad para mi, es como algo inmaterial, como algo que no puedes tocar simplemente con las manos... - Pero a la vez... A la vez la sientes aquí, cerca de tu corazón... - Es cálida... - Es agradable... - Es algo que te inspira confianza, y sabes que si alguna vez estás en problemas, esa amistad no durará un instante en ofrecerte su apoyo... - Es como el amor, pero con un vinculo mucho mas fuerte, algo que va mas allá de lo meramente cordial... - Un amor puede ser de un dia, de un verano de pasión, de una vida entera de casados... - Pero una amistad es algo que nace dentro de ti, y te unirá por siempre a esa persona por toda la eternidad, incluso si por cosas del destino, se separan y viven muy lejos el uno del otro... - ¿ Porqué ? Me dirás... - Porque esa amistad conquistó no solo mi corazón, sino que se ganó mi confianza, y también mi mas preciado sentimiento, el sentimiento de saber que ocurra lo que ocurra, esa amistad siempre estará allí, junto a mi lado, sin preguntar, sin pedir nada a cambio, con su eterna sonrisa... - Esa es para mi la amistad, concluyó ella con su dulce y cálida sonrisa...
- ¡ Es hermoso ! Exclamé suspirando de amor por ella... - Me alegra saber que sientes eso por la amistad, y que yo sea tu amigo, le dije con una dulce lágrima de felicidad... - ¿ Querrías... Querrías compartir conmigo esa amistad ? Le dije mientras me inclinaba ante ella, mostrando un hermoso anillo de compromiso...
Ella, se sonrojó dulcemente, y acariciando mis mejillas, se inclinó ante mi, y un dulce y prolongado beso me dio...
- ¡ Tonto ! Exclamó ella con su eterna dulzura.... - Si ya estamos casados, me respondió con dulces lágrimas de felicidad... - Si, le contesté yo... - Pero mi amor por ti es tan grande, que en cada aniversario te declararé mi amor eterno por ti... - Porque tú... Tu mi amada y querida esposa, fuiste y serás siempre la mejor amiga que tuve...
Ambos entrelazamos nuestras manos, y vimos felices un nuevo y hermoso atardecer, donde dos hermosas y pequeñas criaturas, jugaban inocentes y felices, compartiendo su inocente amistad, aquella que solo anida en los corazones de aquellos que viven no solo por ellos, sino por los que les rodean, ya sean familia, o simples compañeros en un camino llamado " Vida "
- ¿ Vamos hijas ? - ¡ Si papá !
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