I like what is wrong {Camren}

Capítulo 19

Salí de bañarme y observé a Dinah sobre mi cama, estaba con su teléfono y solo me dio una mirada cuando entré a mi habitación.

—¿Vas a ir con Camila?—Preguntó.

—Sí, sus padres están en un viaje de negocios y ella está cada vez peor.

Mi chica había estado dos días algo enferma, pero ésta mañana había despertado hirviendo de fiebre, su cuerpo le dolía y su voz estaba comenzando a estar cada vez más débil. Había tomado un gran resfrío. Yo no quería que se quedara sola esta noche si estaba enferma de esa manera, ella necesitaba que la cuidaran, que la atendieran y yo lo haría. No me importaba no dormir otra noche si era por cuidarla.

Hace dos noche a seguidas que no dormía muy bien, pues creo que eran los nervios por la exposición, sólo faltaban tres días. Estaba tan emocionada por aquello que ya no podía esperar más. Pero al recordar a Camila enferma todo la emoción se venía abajo. Era probable que no fuera, pero bueno, prefería que se quedara en la cama a hacer reposo a que fuera conmigo y se sintiera mal.

—¿Sus padres han llamado o algo?—Asentí metiendo los brazos en mi remera.

—He hablado con su madre que llamó para saber como estaba, he hablado, ¿entiendes? Hasta detrás de una línea me da miedo esa mujer.—Dinah se rió.—Me dijo que la cuide y que le diera sopa.

—Es una buena madre.—Murmuró volviendo su vista al teléfono.

—Lo es, no hay duda de eso.—Estuve de acuerdo con mi mejor amiga.

—Y una buena suegra.—Rodé los ojos.

—No me ha tratado muy bien, pero tampoco tan mal. Lo que es seguro es que me odia.—Me reí comenzando a peinar mi cabello.

—Bueno… pues tienes que hacer cosas para que… no lo sé le caigas bien.—Me giré a ella.

—Pero si no hice nada para que me odie.—Suspiré.—Es sólo una mujer amargada que le falta sexo quizás.—Dinah soltó una carcajada.

—Te pasaste.—Siguió riéndose y asentí sonriendo un poco.

—Si, basta, dejemos a mi suegrita en paz. Ahora…—Comencé a ponerme mi chaqueta.—Debo irme. Mi bebé está esperándome.

—Tu bebé…—Murmuró Dinah saliendo de mi habitación. Sonreí porque sabía que le parecía extraño escucharme hablar de esa manera y sobre todo porque la ponía feliz, ella se ponía feliz cada vez que me veía a mi también. Era la mejor amiga el mundo, no había duda.—Llámame si necesitas algo y dale mis saludos a Camila.

—Claro, preciosa.—Le di un beso en la mejilla a la fuerza porque había intentado quitarme de encima de ella y se alejó riéndose.

—Eww, Lauren.—Me pegó en el hombro y solté una risa saliendo detrás de ella.—Adiós, idiota. Pórtate bien.

—Si, mamá.

**

La mujer que ayudaba con la limpieza en la casa de Camila me abrió la puerta y se hizo a un lado para que pasara, me dio una sonrisa antes de mirar escaleras arriba.

—Aquí están los medicamentos que ha dejado el doctor.—Me los dio y los recibí con una sonrisa.

—Gracias, Lily.—Le dije antes de casi correr escaleras arriba. La había extrañado. Bueno, había pasado a verla en la mañana, pero en la tarde estuve trabajando y no la vi. Que bueno que podría dormir con ella hoy y cuidarla.

Cuando entré en su habitación estaba mirando al techo y me imaginé lo aburrida que debía estar. Ella odiaba estar quieta tanto tiempo, pero debía hacer reposo. Sonrió cuando me vio y quejándose un poco se movió  a un lado de la cama y entendí que quería que me acostara con ella.—Hola, princesa.—Le di un pequeño beso y la abracé contra mi cubriéndola con las mantas.—¿Cómo te sientes?