Amor Antes que Facción: Divergente.

Capítulo 62.

🔊Leer esta parte escuchando "Sacrifice" de Zella Day, "Warriors" de Imagine Dragons o "Run Boy Run" de Woodkid. Recomiendo mucho la primera. 🔊

Tris.

—¡Tris, Charlotte! — nos llamó una voz femenina entre disparos estruendosos.

—¡Tris! ¡Charlotte! ¡¿Están aquí?!

Tobias. Tobias y Christina nos estaban llamando.

Ambas nos miramos al mismo tiempo, como si nos comunicáramos así.

Recargué mi pistola y con toda la velocidad que pude, salí de mi pequeño escondite. Charlotte hizo lo mismo.

Nuestra ventaja era que los Faccionarios estaban de espaldas a nosotras, así que nuestros disparos les tomaron por sorpresa.

Y, aunque teníamos miedo de que íbamos a enfrentar a nada más que enemigos por nuestra cuenta, ahí estaban ellos: Christina, Uriah, Marlene, Will, Shauna, Peter y Tobias.

Habían venido por nosotras.

Y estábamos ahí, en medio de una balacera en una sala que parecía ser una biblioteca. Pero yo seguía un poco conmocionada, porque un día me sentía sola en este mundo y al siguiente..., tenía amigos capaces de arriesgarlo todo con tal de salvarme.

Mis manos estaban enrojecidas de mantener la pistola en alto, disparando a todo aquel que se atreviera a amenazarme.

En el fondo, estaba destruida. No quería tener tanta sangre en mis manos. Jamás pensé que tendría que ser así.

Los gritos de amigos perdiendo a amigos eran tantos, que ya me estaba acostumbrando. Y por la misma puerta de la que habían aparecido nuestros salvadores, comenzaron a brotar más y más Divergentes.

Pero de pronto, su nombre llegó a mis oídos e hicieron temblar mis piernas.

Uriah.

La voz chillona de Marlene junto a la de Christina, quebrantaron mi espíritu guerrero y toda su escencia, porque ahora, cada bala que salía de mi recámara, era un motivo más por el cual odiarme, un motivo más que me hacía asesina.

Quería ir, quería ir a ayudarlo, a ver si estaba bien, a apretar su mano si así lo quería, pero primero tenía que deshacerme de las escorias de los Faccionarios, de los que habían iniciado esta guerra.

Me rehusaba a perder a un amigo y cuando mis ojos cruzaron la sala y se toparon con los de Tobias, supe que estábamos en el mismo estado.

Y así, una vez más, habíamos terminado de matar a cientos de personas.

La gente estaba reunida alrededor de Uriah y sin fijarme en nada, me hice un espacio entre el  grupo de gente. Fue de esas pocas veces en que agradecí mi baja estatura.

Mi estómago se encogió al ver a Marlene encima de su cuerpo, llorando.

—Denle espacio, denle espacio. — pidió Christina moviendo a la gente de alrededor, pero yo fui incapaz de moverme.

Estaba quieta, estática, incapaz de asimilar que Uriah estaba muerto.

Uriah estaba muerto.

—¿Qué... — fue lo único que pude articular cuando vi a Marlene salir de encima de Uriah con una risa nerviosa. Ambos tenían la misma expresión.

—Tris, ¿estás bien? — preguntó Christina tocándome la cara como hace una madre cuando su hija tiene fiebre. — ¿Tris?

Will, Marlene y Shauna estaban ayudando a Uriah a levantarse.