Capítulo 36.

2.3K 135 27
                                    

Tris.

—¿Cuántos test te hiciste?

—Dos.

Christina se lanza en la cama, ignorando todas las cosas que están encima de ella; todas las cosas del viaje que ni Tobias ni yo hemos tenido el ánimo de ordenar.

Según él, fue a ver a Reachele, aunque yo creo que está en alguna otra parte intentando procesar todo. No lo culpo; yo también lo haría si no tuviera que hacerme cargo de mi embarazo en estos momentos.

—¿Y qué problema hay en que tengas un hijo ahora? Estás casada, sin ningún problema, tu esposo te ama...

La forma en la que lo dice, tan inocentemente, casi me convence de que es cierto. Que no hay nada malo. Pero no es así; nunca lo fue.

—Yo no puedo tener hijos.

Sí. Así de sencillo.

—¿Ah?

—Que no puedo concebir niños.

Christina se sienta, ahora atenta a mis palabras.

—Pero si ya estás...

—...Y si los llegase a concebir, no tardaría nada en abortalos.

—Oh.—Responde y noto cómo tensa los puños.—Tris..., lo siento mucho por ti... ¿Entonces no tendrás a ese bebé?

—No. Me lo dijeron cuando era pequeña: mi útero tiene una malformación y es imposible que un bebé logre desarrollarse ahí dentro. Está tan seco como..., no lo sé..., un cactus.

—Pero tú misma lo dijiste: fue hace años. Tal vez algo haya cambiado.

—No lo creo.

—Vamos a ver un doctor.

—Christina...

—Tris, por favor. Si no quieres que Cuatro sepa que fuiste, yo me encargo de conseguir que Zeke, o Uriah, o Will o cualquier persona lo distraiga, pero por favor.

—Ni siquiera debería importarte. —Me quejo, molesta.

—Mentira. Debería importarme. Soy tu mejor amiga. Además, se te nota en la cara.

—¿El qué?

—Quieres tener este bebé.

La palabra bebé se me hace tan rara. Hasta hace cinco días, era una posibilidad del futuro, cuando recordé mi condición, se volvió un miserable cuento de hadas y a la vez una ilusión que guardo en el niño que tengo en el vientre. O niña, no lo sé. Tal vez nunca llegue a saberlo.

Pero sí. Escondo la verdad, que es la ilusión de tener a este bebé, porque es un milagro.

Este niño o niña es una esperanza. Tal vez sea la única oportunidad que tenga de poder formar una familia.

De cumplir el sueño de Tobias.

—Detesto que seas de Verdad.

Era.—Me corrige ella con voz cantarina.—Ahora pertenezco a Osadía. Tengo hasta un tatuaje que lo prueba.

—¿Puedo verlo?

—Solo si aceptas ir al doctor conmigo.

—Olvídalo. Puedo vivir sin ver tu tatuaje.

—A ti te da miedo algo.

—No es cierto.

¿Para qué lo intento? Es realmente imposible mentirle a ella.

Amor Antes que Facción: Divergente.Where stories live. Discover now