Caleb.
Las palabras de Susan aún resuenan en mi cabeza. Han pasado dos días y ya debería olvidarlas, porque no tiene sentido que sigan revoloteando en mi cabeza.
Cierro el libro que intenté leer, porque ya es inútil siquiera pretender que lo hago.
Susan. Susan. Susan. ¿A quién engaño? Es ella en la que estoy pensando la mayor parte del día. Dejar Abnegación hace dos años me significó perderla.
En su momento pensé que daría igual; que mis sentimientos hacia ella eran algo pasajero y que finalmente lo que yo quería ser importaba. Pero meses después, saciado de todo tipo de conocimientos, reparé en que su ausencia me dolía más de lo que había planeado.
Y ahora ya no la tenía; ni a ella, ni a mi familia, ni a nadie.
"-Caleb: lo nuestro pudo haber funcionado, pero te consumió el egoísmo.
-No es cierto. ¿Que hay de malo en querer ser quien quería?
-Pensaste solo en ti. ¿Se te ocurrió cuánto sufrirían tus padres?, ¿tu hermana?-La voz le tiembla.-¿Y yo?
-Susan... Está bien, cometí un error enorme y no hay día en el que no me arrepienta de eso. Erudición fue la peor elección de mi vida, pero...
-Pero nada, Caleb. Nada. Ya no hay nada que podamos hacer.
-Susan, no puedo dar esto por concluido.
-¿Esto? Si esto hubiera existido, no habrías dudado en quedarte conmigo.
-Te necesito ahora. En serio. No pasa un día sin que piense en ti; no puedo sacarte de mi cabeza.
-Vas a tener que intentarlo con fuerzas, porque yo no soy tu destino. Dejé de serlo en cuanto elegiste Erudición."
No podía creer que Susan me dijera eso tan fría, como si yo nunca hubiese significado nada para ella. La vi alejarse de mi, con la cabeza baja y pretendiendo no existir con su sencillo vestido gris y zapatos bajos. Pero para mi, era hermosa.
Ahora todo es horrible. Me es imposible concentrarme en mi trabajo o en lo que sea que haga a diario. Intento pensar en otra cosa, pero no puedo.
Porque sencillamente, mi realidad es penosa. Lo perdí todo: a mi familia y a Susan. Y lo peor, es que yo mismo lo elegí.
Si tan solo pudiera volver el tiempo atrás y darme cuenta de lo que tenía, que era más importante que una facción.
Tenía a mi madre, a mi padre, a mi hermana y a Susan.
El Día de Visita es mañana y mi hermana—que es la única que me viene a ver—no está. Mañana volveré a sumirme en la soledad, probablemente.
Pero es mi culpa. Es mi culpa, porque conociendo a mi madre, al menos ella sí habría decidido venir a verme los Días de Visita, pero fui yo quien le dijo que prefería que no viniera. Fue hace dos años, cuando apenas llevaba unos meses acá y las disputas entre Abnegación y Erudición eran tantas que, cuando mi madre venía a verme, las miradas no dejaban de posarse sobre mí. Y luego, claro, venía la etapa de desconfianza.
Además, mi padre me guarda rencor. No creo que pase lo mismo con Tris, pero es porque ella no se unió a la facción que intentaba difamar a Abnegación. Por otro lado, Tris tampoco rechazó las visitas de mis padres, que yo sepa.
Solía pensar inconscientemente que Tris tenía mucho que aprender, que era una niña inmadura que no tenía idea de lo que realmente era correcto.
Pero resulta que era yo el que estaba en el papel de mi hermana, el que no sabía lo que era correcto.
Tantos años en Abnegación para nada más que aprender el egoísmo. Qué irónico.

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Amor Antes que Facción: Divergente.
FanfictionFinal alternativo del libro "Divergente". 《UNA ELECCIÓN FORMARÁ TU VIDA.》 En un mundo donde la guerra de facciones nunca existió: Tris Prior ahora es toda una miembro de Osadía, pasando con el primer puesto de su generación. Está lista para dejar a...