Capítulo extra.

2.2K 111 21
                                    

Charlotte.

Habíamos estado trabajando arduamente por semanas. Me prometí a mi misma hacer de esto algo útil, algo con lo que pudiera despejar toda duda que haya crecido sobre mi. Aunque, claro, me las he estado jugando entre la vida y la muerte.

Sigo con la impresión de que estoy convenciendo, al menos un veinte contra ochenta, a Caleb Prior de que los divergentes no son los que nos hicieron creer por años, durante el poderío de Jeanine sobre todo.

—¿Quieres un café, Prior?—Pregunto, terminando de prepararme el mío.

Casi había olvidado nuestro trato.

—No, gracias.

—¿Seguro? Tienes unas bolsas enormes bajo los ojos.

—Estoy bien. —Responde el chico sin despegar la vista de su computadora y sobre todo, sin dejar de mover sus dedos sobre las teclas.

Hecho un vistazo a la pantalla. Está metiéndose en información privada de Erudición. O mejor dicho, en lo que solía ser privado. Dije claramente que en mi liderazgo se evitarían a toda costa los secretos corruptos.

Supongo que por eso esperan el más mínimo error para sacarme de mi puesto y poner a alguien más manipulable.

Luego le doy un vistazo a su cara. Los primeros días era un chico guapo, de mirada calmada, algo que aún no lo diferenciaba de un miembro de Abnegación. Ahora llega a mi oficina temprano por la mañana y se va muy en la noche. Sin embargo, evita hablarme más de lo que requiere y me mira muy poco.

—Te estás entrometiendo demasiado en esto, ¿no?

—Te estás entrometiendo demasiado en esto, ¿no?

Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou mettre en ligne une autre image.

Sí. Ahora tenía ojeras y su mirada estaba siempre ausente, excepto cuando se trataba del trabajo.

—Creo haberte escuchado a ti misma decir que demasiado es un concepto de la gama indefinida de palabras, que su interpretación global queda a la personal y provoca confusión.

—Antes que líder, soy persona.

—Algo que los demás líderes no han logrado entender.—Murmura él, aunque lo hace más para sí mismo que para que yo le escuche. Aún así, me sigue interesando saber algunas cosas.

Me quito los anteojos negros un momento, para dejarlos sobre la mesa de arrimo.

Siempre me ha gustado el sonido de los tacones mezclado con el eco de una sala. Es una de las razones por las que sigo soportando esta fría e iluminada oficina.

—¿Tu me quieres como líder?

Mi pregunta le toma por sorpresa, aunque evita demostrarlo a toda costa.

—Um... supongo que...

Ningún miembro de Erudición titubea o no es digno miembro. — Le digo, citando lo que mi madre me decía de pequeña.

Amor Antes que Facción: Divergente.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant