Maldita Obsesión {Severus Snape}

*Capítulo 34: Muerte

/Laurine Selwyn/

Oía voces a mi alrededor, sin embargo no escuchaba nada de lo que decían pues sólo podía enfocar mi vista en alguien: Severus Snape.

Y es que me rompía el corazón verlo de esa manera. Su semblante estaba totalmente tranquilo, nada comparado a la última vez que lo había visto.

Miré a mi alrededor haciendo mi frustración aumentar y es que detestaba tanto aquel lugar sin importar que era la primera vez que me encontraba en San Mungo.

Lo único que me mantenía de ánimo en todo eso era saber que Claire estaba a salvo y el mirar la lenta respiración de Severus a pesar de estar aún inconciente sobre la estúpida camilla.

Pasaron algunas horas antes de decidir salir de aquella deprimente habitación. Pedí a Lucius que lo cuidara por mi y caminé hasta la cafetería donde me sirvieron un exquisito café, justo después bajé hasta la recepción para ver como se encontraban los chicos.

Al llegar a donde se supone estarían me encontré con todo un alboroto pues Draco y Claire peleaban.

-Chicos, deberían arreglar sus problemas- propuse con la esperanza de que así fuera.

-Yo no tengo nada que arreglar con él- escupió Claire muy enfadada.

-¿Hola?, ¡te recuerdo que acabo de salvarte la vida!- comentó Draco irritado.

-¡Ibas a matarme!, de tus labios salió la mitad del maleficio eso SÍ lo recuerdo.

El rubio sólo rodó los ojos y se fue molesto de ahí, ella simplemente se cruzó de brazos y me miró confundida.

-¿Por qué sonríes?- preguntó desde su lugar.

-Recordé algo- bajé la mirada inevitablemente. Aquella sonrisa no era de satisfacción, mucho menos de burla. Era nada más y nada menos que de tristeza. -Tu padre y yo también estuvimos peleando estos días- confesé tomando asiendo en uno de los sillones. -Jamás creí que terminaría a punto de perderlo, es lo que menos quiero- sentí la tristeza acumulada, podría jurar que incluso lloraría pero debía ser fuerte para Claire.

-Papá estará bien, además lo conozco y es tan testarudo que no te dejaría sola en el mundo con Sirius Black- hizo una mueca al decir aquel nombre.

-¿Sirius Black?, ¿qué tiene que ver él con todo esto?- la miré de manera acusadora. ¿Qué sabía esa chiquilla?

-Oh, es una historia graciosa pues el otro día descubrí que mi padre es bastante celoso- soltó una risita. -Hace unos meses alguien tocó a la puerta y era ese tal Black que queria verte y lo único que escuché fue a tu querido esposo amenazandolo para que se alejara de ti- sonrió contagiandome aquel gesto por un segundo pero pronto volví a mi anterior estado de ánimo y suspiré.

-Lo único que te pido Claire es que no sigas peleando con Draco pues de ahora en adelante las cosas se pondrán más difíciles y sé con certeza que no te gustaría perder a quien alguna vez amaste. No les digo que vuelvan, sólo hagan las paces- finalicé acariciando su cabello y a juzgar por su rostro pensaría seriamente en ello.

No pasaron ni cinco minutos cuando ella se puso de pie dispuesta a buscar al rubio y hablar. Sonreí al saber que había logrado algo bueno.

-Laurine....- dijo una conocida voz a lo lejos.

-Hola Lily, James- saludé a ambos con un simple gesto.

-¿Co...cómo está Sev?- preguntó con suma delicadeza.

-Bien, estable pero aún no despierta- dije tratando de sonar agradable.

-¿Podemos verlo?- se acercó dulcemente.