*Capítulo 46: Precauciones

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/Severus Snape/

Desperté algo tarde pues me había desvelado más de lo que debí, no podía dejar de pensar en ella y no podía olvidar esa última mirada que me había dedicado. Temía que estuviera molesta y no quisiera volver a hablarme por el resto de los días o peor aún, no quisiera besarme nunca más.

Debía disculparme de inmediato.

Bajé deprisa a tomar el desayuno pero ella ya no se encontraba ahí. Comí rápidamente lo primero que encontré y luego fui afuera a buscarla.

Cuando di la vuelta por el tercer pasillo pude verla ahí, caminado tranquilamente sola.

Me detuve un segundo sintiéndome nervioso, quité las migajas que aún seguían sobre mi camisa, alisé mi cabello y finalmente avancé hasta ella con pasos torpes.

-Laury- saludé temeroso de recibir un insulto golpe o mala mirada, pero en vez de eso sólo sonrió dejándome un tanto desconcertado.

-Hola Sevy, veo que se te pegaron las sábanas- se burló.

-Escucha, quería disculparme por lo de anoche, no debí decir esa clase de cosas o siquiera insultarte, es que a veces no logro controlarlo y tú me vuelves loco constantemente.

-Lo tomaré como un cumplido, estas perdonado- asintió y continuó caminando pero esta vez me puse al frente para impedirlo

-¿Por qué estás tan tranquila? Eso me asusta más que si estuvieras enojada- confesé mirándola confundido.

-Oh, por nada- sonrió.

-¿No estás molesta por no querer hacer.....eso?

-No lo estoy Sevy, porque sé que un día de estos vas a caer y ceder fácilmente. Ya veremos hasta dónde llega tu "cerebro y sentido común"- finalizó haciendo comillas con los dedos, me esquivó y siguió su camino dejándome atónito.

No iba a ceder tan fácil a sus encantos.

Pero conforme la semana avanzó ya no estaba tan seguro. Ella comenzó a comportarse diferente: avanzaba hacia mí con mayor seducción, me abrazaba constantemente restregando sus pechos en mi espalda, los botones de su camisa comenzaban a abrocharse más abajo, dejando un pequeño escote a mi vista e incluso usaba la falda ligeramente más corta, apuesto a que eso todos lo notaron hasta el punto de hacerme enfadar. Claramente le reclamé y logré hacer que volviera a la normalidad, pero aún así no perdía oportunidad para intentar seducirme.

¡Lo que daría cualquiera por estar en mi lugar! Y yo sólo me hacia el fuerte para conservar mi dignidad intacta.

Un día vino a mi con la excusa de que debía ayudarle a atar su corbata, me acerqué tanto que noté que no llevaba puesto un sostén. Me tensé al instante y la llevé a mi habitación donde la encerré por el resto del día como castigo por su insolencia mientras yo continuaba con mis clases normales.

Mi mente sólo pensaba en ella constantemente y llegué a la conclusión de que alguien debía inventar una poción anti-erecciones o algo así porque últimamente con esta chica era casi imposible no tener una al mirarla.

Así que tuve que tomar mis precauciones para no cometer una tontería como lanzarme sobre ella a la mitad de clase de Transfiguraciones o cada que quedábamos a solas en un pasillo.

No debía caer en sus encantos a pesar de lo mucho que realmente quería hacerlo.

Maldita Obsesión {Severus Snape}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora