Allen...
El supervisor Komui se encontraba llorando (como de costumbre) por su pobre hermana a quien extrañaba, además que...
—¡Mi pobre Lenalee! ¡Maldito Allen Walker! Si le haces algo te voy a cast...!
—¡Supervisor calmese!—entre varios científicos trataban de sujetar al loco jefe quien pensaba salir en medio de la tormenta a matarlo o por lo menos arrancarle alguna extremidad.
El no sabía que no sería necesario.
Mientras que la bola de científicos intentaba calmarlo el jefe de sección observaba la pantalla de las cámaras en los golems asegurándose de que todo estuviese en paz.
Cuando de pronto algo lo dejo en shock.
¿qué es eso...? No puede ser ¿Allen?
El sonido de una taza rompiéndose en añicos llamo la atención de todos logrando calmar al supervisor.
—¿Reever?—pregunto el supervisor sin embargo este seguía sin responder. Camino hasta el fue entonces que supo porque su estado.
—¡Todos al refugio!
Komui grito seguro de si mientras apretaba un botón rojo sin poder acreditar lo que sus ojos veian.
Allen se encontraba en el suelo, sangrando y en estado de shock junto a él estaba el conde y otros cuantos Noé. Uno de estos tenía a Lenalee inmovilizada.
Mientras la alarma de alerta retumbaba por los pasillos Komui no podía quitar la mirada de la pantalla aterrorizado no sabía que hacer, ¿debia alejar a los exorcistas? ¿poner en riesgo a la congregación?
Todos los exorcistas presentes llegaron, se centraron en la pantalla para ver la situación excepto Kanda quien buscaba como loco a su pelirroja.
—¡Allen-kun!—grito aterrorizada Miranda.
—¡Komui voy a salir!—Lavi intento salir pero el supervisor lo detuvo.
—No Lavi aún no, debemos planear algo.
Pero la risita del Conde lleno sus oídos.
—¡Buenas noches!
Todos volvieron a la pantalla esperando cualquier movimiento que les hiciese atacar.
—¿Como están mis queridos exorcistas? Hoy festejamos una gran noche ¡una hermosa noche! La noche en que hemos encontrado al corazón.
Todos y cada uno de los presentes quedaron estupefactos al pensar que este era el fin.
El conde tomo el brazo de Allen quien miraba al cielo sin poder creer que todo había acabado así, que todo era su culpa y no pudo traer paz a la humanidad y a los akumas. Un rayo negro comenzó a torturarlo, nunca sintió tanto dolor en su vida, ni siquiera con Tikky.
Y todo acabo cuando su brazo se destruyó y la inocencia quedó en manos del Conde.
Lo último que Allen vio antes de quedar inconsciente fue una mancha roja, recordando así a su familia.
Lo siento Naira, te falle.
Nadie podía reaccionar.
—Miren a esta hermosa jovencita, si esas zapatillas suyas se destruyen quiere decir que estábamos en lo cierto. Aunque creo que los exorcistas lo notarán primero ¿no?
El sombrero del Conde cayó mostrando sus grandes cuernos, al mismo tiempo que la inocencia trono en las manos del Conde la carcajada que el soltó lleno de horror a todos.
Presenciando la destrucción.
El primer grito que sonó fue el de Krory ya que su cuerpo estaba Unido a la inocencia fue el primero en reaccionar. Chorros de sangre caían por su boca al tiempo en que sus dientes se destrozaban.
Y el pequeño Timothy sujetaba su frente que sangraba le dolía demasiado pero no al punto de Krory quien tenía la conexión más desarrollada.
Los demás miraron como sus inocencias se destruían sintiendo algo de dolor pues de alguna forma aún estaban unidos a sus inocencias.
Komui no pudo más y corrió a jalar una palanca negra mostrando una gigantesca barrera blanca que atravesaba hasta donde el horizonte se alcanzaba a ver.
—Escuchenme tenemos que irnos al refugio oficial de la orden, el Vaticano. Vamos a planear que hacer ahora que no tienen inocencias alguien lleve a Krory y a Timothy. Siganme.
Todos siguieron las órdenes para salir. Pero Kanda no entendía porque Naira seguía sin aparecer, el asunto de morir no le era tan grave como no saber dónde se encontraba la muchacha.
Sentía una desesperación horrible, ira y frustración.
—¡Kanda vámonos!
—Maldita sea Marie ¿donde mierda esta Naira?
—la veremos aya no sirve de nada buscar aquí.
—¡eso es lo mismo que me dijeron antes! ¿y donde mierda esta?
Marie nunca vio ese rostro en su amigo, esa preocupación. Pero debían marcharse.
—¡este lugar va a quedar vacío! ¡vamonos!
Kanda golpeó un muro pensando en la joven y sin otra elección se marchó junto a Marie.
El transalado no duro mas de 10 minutos gracias a él arca, Kanda seguía buscando, encontraba a todos incluso a Allen y Lenalee en camillas junto a otros exorcistas. Pero Naira nunca apareció.
Al llegar al Vaticano sentía que iba a morir si no la encontraba.
Mandaron a reunión a todos los exorcistas, el nipones decidio que si no veía a la chica en la reunión nada ni nadie le detendrían hasta averiguar dónde estaba.
Se sentó impaciente esperando, llegaron todos, incluso los generales y el último en entrar fue el general Cross.
En cuanto le dejaran salir no se detendría.
Comenzaron a repasar el nombre de todos los exorcistas hasta llegar a Naira, fue cuando el puso atención.
—Naira Cross.—pero no fue ella quien levantó la mano, fue su padre—¿donde esta su hija Cross?
—esta muerta.—
Parecía que el aire había desaparecido, parecía que todo había desaparecido y el Apocalipsis interno de Kanda se desataba.
Todos, pero absolutamente todos asintieron tristeza, los sollozos de algunos fueron esperados pero lo que les sorprendió a todos fue ver a Kanda llorar.
Nadie, ni siquiera los más cercanos habían visto en ese estado a Kanda.
—Naira...todo...¡Todo fue su maldita culpa! ¡hijos de perra los maldigo! ¡malditos todos! ¡siendo tu propia hija no hiciste nada cerdo!
De un brusco movimiento el muchacho se lanzó contra Cross mientras algunos intentaban calmarlo.
—¡Maldito cerdo! Ella era lo único que me hacía vivir y pelear nunca te lo perdonaré ¡te mataré con mis propias manos!
—¡Calmate!
—¡Me quitaron a lo más preciado! Lo más...preciado.
De un momento a otro Kanda relajo su cuerpo y salió de la habitación. Busco entre los pasillos un lugar tranquilo hasta encontrar un pasillo con pinturas de ángeles y querubines.
Se arrodillo pensando en la pelirroja, abrazándose a si mismo intentando imaginar que la abrazaba. Todos aquellos momentos quemaban su pecho.
—Te amo Kanda. Eres mi territorio-kun y siempre lo serás.
—Eres una tonta.—
—Desearía poder decir te amo.

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ES UNA PROMESA (Yu Kanda-D gray man)
FanfictionDicen que el dolor es sólo una ilusión, que sólo estoy confundida pero sólo...yo sólo soy una humana. Tanto sufrimiento y odio me habían cansado quería dormir para nunca volver a despertar por aquel dios al que tanto odio, pero ahora, ahora se que m...