Terror y Miedo

Arthur

Steven era un chico cuya familia lo había internado en un hospital mental por sufrir de esquizofrenia. Le gustaba hablar acerca de sí mismo, sin importarle lo que los demás pensaran. A causa de esto, ningún otro niño quería hablarle, y los doctores se sentían mal por él.

Un día, al hospital llegó un niño muy callado llamado Arthur, quien sólo asentía con la cabeza a todo lo que le decían. Lo colocaron en la misma habitación que Steven. Éste estaba muy feliz, pues por fin tenía a alguien con quien hablar, alguien que lo escuchaba. En sus pláticas Steven se quejaba de su familia, diciendo que no los toleraba.

Pasó el tiempo, y pasó un año, para entonces los doctores se dieron cuenta de que Steven y Arthur ya habían llegado al final de su internación. Les prepararon una fiesta de despedida y, justo antes de que Arthur se fuera, Steven le regalo un papel en dónde había anotado su nombre, su número telefónico, su correo electrónico e incluso su dirección, diciéndole que de menos lo visitara o le escribiera.

Pasaron dos años y Steven ya no tenía noticias de Arthur. Una noche en que se había ido a una fiesta a un club nocturno, llegó algo ebrio a su hogar. Abrió la puerta principal y, al entrar, vio a toda su familia muerta. Todos estaban mutilados y tirados en el suelo, a excepción de su hermanita, que estaba sobre la mesa. Se tiró al suelo y quedó de rodillas hasta que, de repente, divisó una silueta en la oscuridad, era Arthur.

Arthur, sosteniendo un cuchillo, se acercó a Steven. Aún tenía moretones de la pelea que se desató con el padre de Steven. Al estar enfrente de él, le entregó el papel que le había dado y se fue.

Al ver dicho papel, Steven notó que tenía un mensaje en la parte de atrás:

"Las personas de las que siempre te quejaste"