Capítulo 29: El Plan de Yassir

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Todos miramos a Yassir, esperando a que nos cuente su plan. Es timido, y sé que tiene verguenza de comentarnos su idea, por lo cual decido apoyarlo un poco.

— Vamos, ¿Qué puedes perder?

El pequeño me mira y yo le sonrío un poco. Sé que todos me están mirando ahora mismo, porque saben que soy capaz de matarlos para que Yassir se salve, exceptuando a Haymitch, obviamente.

Nos cuenta su plan y, la verdad, es bastamte ingenioso, y estaríamos aprovechando al máximo todo lo que tenemos. Aún no puedo creer que el plan haya salido de la cabeza de un chico de catorce años.

El plan consiste en esperar a que caiga la noche para poder atacar. Se supone que los Profesionales tienen que estar en la Cornucopia para entonces. Lo que Yassir propone es separarnos en tres grupos de dos, y que uno se encargue de alertar a los demás con una señal visible para todos. Los dos grupos rodearían la Cornucopia, uno por la derecha, y el otro por la izquierda, siempre desde el interior de la selva para evitar ser vistos. Se supone que en unos veinte minutos tenemos que estar listos. En ese momento, la persona que se queda sola, tiene que encender una bengala para llamar la atención de los Profesionales. Cuando ellos comiencen a moverse, ambos grupos deberían quedarse en la Cornucopia, escondidos si es posible. Entonces, cuando los Profesionales vuelvan, podremos atacarlos sin que ellos lo hayan pensado. El objetivo principal son los tributos del Distrito 2, ya que son más fuertes y más inteligentes. Se supone que si todo sale como lo esperamos, no se tiene que escuchar ningún cañón hasta que los profesionales lleguen a la Cornucopia.

— Muy bien, entonces..., ¿Quién se quedará para llamar la atención de los profesionales? —pregunta Finnick, mientras toma su tridente.

— Tiene que ser alguien que no sepa pelear muy bien... —sugiere Yassir—, ¿Beetee?

— Él está lastimado, casi no puede caminar, si se queda no tendrá tiempo de volver.

— Entonces me quedaré yo —sentencia Blight, a lo que yo niego con la cabeza.

— Haremos lo siguiente —impero yo—: Haymitch, Beetee, y Neille irán por un grupo. Finnick, Yassir y Blight irán por el otro, y yo me quedaré para dar la señal.

— Ni lo sueñes, Yassir no sabe defenderse, y no podemos arriesgarlo a luchar contra los profesionales.

— Muy bien Finnick, entonces yo me quedo —comenta mi pequeño compañero, completamente seguro de sus palabras—. Soy rápido, y pequeño, entonces podría esconderme en cualquier parte.

— Muy bien, entonces, mejor nos preparamos —dice Finnick.

— No estoy de acuerdo con esto, Haymitch —susurro yo, con intenciones de que nadie me escuche.

— Oye, es tu compañero, deberías confiar en él, no subestimes lo que es capaz de hacer, ¿Si?

— Está bien, pero no estoy de acuerdo.

— Todo saldrá bien, no tienes que preocuparte. El plan va a funcionar.

Neille sugiere que es conveniente dormir ahora, ya que luego no vamos a poder si algo llega a salir mal. Al parecer todos están de acuerdo, incluyéndome. Finnick comenta que alguno tiene que quedarse para hacer guardia, y se ofrece, a lo que yo interrumpo y me ofrezco para ocupar su lugar. Él me agradece y luego se acuesta a dormir.

La noche no tarda mucho en caer, el Sol baja más rápido de lo normal, pero todavía es temprano como para iniciar con el plan, por lo cual los dejo dormir tranquilos a todos. Por lo que se puede ver, los Vigilantes no pueden esperar para ver nuestro plan en marcha. En este momento pienso que todos en el Capitolio quieren que los Profesionales mueran esta noche, porque sería mucho más interesante ver quienes de nuestro grupo quedan al final. Es obvio que si quedamos vivos nosotros, los juegos se harán más interesantes.

Los Juegos del Hambre: El Vasallaje MasculinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora