Cuando abro los ojos, una luz blanca me deja cegado por unos segundos, y los cierro por acto-reflejo. Cuando me acostumbro, dejo los ojos abiertos. Intento moverme, pero no puedo porque al instante siento un dolor inmenso en el estómago. Como me es imposible no largar quejas de dolor, el doctor se da cuenta que desperté, y al instante se acerca a mí.
― Espera, no te muevas, no te muevas ―me advierte mientras apoya su mano en mis hombros y me hace bajar nuevamente hasta quedar acostado.
No lucho para levantarme, porque sé que no voy a poder y, si lo hago, tal vez empeore y me obliguen a quedarme más tiempo aquí. Es por eso que dejo que el doctor me recueste nuevamente en la camilla.
― Tienes suerte, has sobrevivido una bala al corazón. Al parecer pensaron en todo...
― ¿Por qué lo dice? ―pregunto y, asombrosamente, no me duele nada al hablar, aunque mi voz sale un poco ronca.
― Tu atuendo tenía un refuerzo especial en la parte del corazón ―me explica mientras me muestra un pedazo de material que estaba en el atuendo que Cinna me diseñó. Supongo que el de Katniss debe tener lo mismo―. Sin embargo, una bala logró impactar en tu brazo, y otra en tu estómago.
Cuando me dice esto, le echo un vistazo a mis dos brazos, y en el izquierdo veo que tengo una venda, la cual tiene un punto rojo que, supongo yo, debe ser la sangre que escapó mientras me la ponían. Al verlo, una ligera punzada recorre la zona donde la bala impactó, es como si recién ahora que vi la herida llegara el dolor.
― ¿Sabe cómo salió todo en el Distrito 2?
― La verdad es que no tengo idea, pero estamos en el 2 ahora mismo. Si quieres puedo llamar a alguien para que te diga...
― ¿Estamos en el Distrito 2? ―pregunto, y es en ese momento que me doy cuenta que no estamos en el 13―. ¿Puede llamar al comandante Boggs?
― Enseguida.
El doctor sale de la habitación, y luego de unos minutos llega Boggs, quien tiene una herida de bala en el brazo derecho. Su rostro está un poco lastimado, tiene varios raspones, sobre todo en la mejilla derecha.
― Que bueno que despertaste ―me dice mientras toma una silla y se sienta a mi lado.
― La verdad es que ya no sé si prefiero estar despierto o dormido ―le digo y ambos nos quedamos callados unos segundos―. ¿Lo logramos?
― Sí, lo lograste Peeta. Katniss y tú han logrado unificar los trece Distritos. Plutarch no se equivocaba al decir que podían hacer esto.
― ¿Sabes cómo está ella? Katniss, ¿sabes cómo está?
― Yo no sé nada al respecto, pero Haymitch llamó porque quería hablar contigo, creo que sería apropiado que lo llames cuando puedas levantarte ―me dice, haciendo énfasis en las últimas palabras.
― Está bien, lo haré...
― Sí, cuando puedas levantarte, no antes. No queremos que te pongas peor.
― Te prometo que lo haré sólo si estoy apto para levantarme ―le digo, y él asiente seriamente―. ¿Qué pasó luego de que me dispararon?
― Tú caíste y te desmayaste al instante. Al parecer está un poco sensible desde que el tipo que se inmoló provocó ese golpe en tu cabeza, desde entonces eres muy propenso a desmayarte.
― No me interesa lo que me pasó a mí, quiero saber que pasó luego de eso.
― Bueno, se armó un tiroteo no muy largo, puesto que la mayoría de las personas que estaban apoyando al Capitolio se pasaron a nuestro lado en ese mismo momento y nos ayudaron. Murieron setenta y cinco personas, y quedan más de cien heridos que se rindieron y están siendo atendidos ahora mismo.

YOU ARE READING
Los Juegos del Hambre: El Vasallaje Masculino
FanfictionKatniss y Peeta sobrevivieron a los 74° Juegos del Hambre contra todo pronostico. El Capitolio cree que su historia de amor no es real. Peeta está enamorado de Katniss, pero al parecer ella no siente lo mismo... ¿Qué pasaría si en la celebración de...