CAPITULO 38

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COMPRANDO RECUERDOS

Candy se sujetaba el cabello con un listo rojo se miró en el espejo, sus verdes ojos aún estaban hinchados de haber llorado tanto, dejo su peine sobre el mueble no pudo evitar mirar esa caja negra que había dejado Terry, la tomo entre sus manos, recordó como quiso abrirla noche anterior no pudo mirar lo que contenía, seguía curiosa por mirar cual era el regalo de Terry, en eso estaba cuando llamaron a la puerta.

– Señorita Candy – le hablo Emily, ella guardo la cajita en un cajón.

– Adelante – Candy intento disimular sus nervios.

– Esta servido el desayuno – le dijo Emily cuando entro.

– Gracias, en un momento bajo – Candy sonrío, Emily se retiró ella se miró nuevamente en el espejo, estaba pensando en que le diría a Isaac, como pudo tomo valor y bajo hasta el comedor – buenos días – le dijo a su madre que ya la esperaba en la mesa.

– Buenos días hija – saludo Laureen, Candy se acercó a darle un beso – como dormiste.

– Bien gracias, Isaac aun no baja – Candy no pudo evitar preguntar, Laureen la miro – seguramente se quedó dormido – esperaba que su madre no se hubiera percatado de su discusión.

– él no está – dijo Laureen, Candy la miro confundida.

– Pero hoy es nuestro día de descanso – Candy parecía hablarse a sí misma.

– Se levantó muy temprano y se fue – le explicaba Laureen, Candy bajo la cabeza mortificada su madre se dio cuenta – sucede algo – le pregunto.

– No – Candy evito mirarla a los ojos, Emily llego con dos platos de fruta, los coloco enfrente de cada una – gracias.

– Estuviste llorando – Laureen pareció afirmarlo, Candy la miro y apretó sus labios.

– Es que yo... - Candy tomo el tenedor y lo clavo en un pedazo se fruta.

– No me tienes confianza – dijo Laureen cariñosamente.

– Yo... - comenzó a jugar con la comida –

– Si no quieres decirlo no hay problema – Laureen no querías fastidiarla con tantas preguntas.

– Discutí con Isaac – dijo Candy, Laureen la miro – anoche nos peleamos le dije cosas que lo lastimaron mucho – se le llenaron sus ojos de lágrimas.

– Candy – le hablo su madre, la chica pensó que la retaría por eso – los hermanos siempre se pelean – tomo la mano de su hija – lo solucionaran.

– ¿A donde fue? – le pregunto curiosa.

– Dijo que iría al hospital – Laureen se llevó un pedazo de fruta a la boca.

– Lo voy a buscar – Candy dejo el tenedor clavado en la fruta

– Candy no vayas – la detuvo Laureen, Candy la miro confusa – no se veía muy bien, creo que ambos tienen el mismo semblante – se rio – deja que piense mejor las cosas.

– Pero... - Candy suspiro, Laureen parecía menos preocupada.

– Por qué mejor no me pláticas sobre ese chico – pidió Laureen, Candy puso cara de confusión – como conociste a Terry Grandchester – fue directa.

¿Qué? – Candy palideció ante la pregunta.

– Entenderé si no quieres contarme –Laureen intento sonreír, Candy la miro.

EL AMOR DE LA ROSA ETERNAWhere stories live. Discover now