|Prohibido| Tony Stark / Iron Man y tú

52. |El misterioso Edward|

|El misterioso Edward|

-Lo entiendo-. Se escuchó de su parte, cuando salí de ahí sentí que una parte de mí había quedado dentro de esa habitación y no había nada más que pudiera hacer al respecto...

No mentiré, por un momento pensé que iba a detenerme, que iba a decir algo, que iba a detenerme y una parte de mí quería que lo hiciera, pero no fue así y eso me dolió más aún. Cuando la puerta de esa oficina se cerró no pude evitar que un par de lágrimas cayeran por mis mejillas, no podía evitarlo, era demasiado doloroso.

-______________....-. Se escuchó la voz de Happy del otro lado del pasillo mientras que yo me alejaba de la oficina de Tony a buscar a Jess dondequiera que estuviera -¿Estás bien? ¿Qué pasó?-. Preguntó preocupado al verme llorar y me dió un abrazo sin hacer más preguntas -Se lo de esas personas apareciendo en tu departamento-. Comentó sintiendo que estaba triste por eso pero supongo que un mar de paparazzis se había tornado lo último de mis molestias.

-Renuncié-. Le dije un hilo de voz y él me miró incrédulo.

-Pero ¿qué pasó? pensé que todo estaba bien...-. Iba a comenzar a decir Happy pero yo negué con la cabeza, secando mis lágrimas.

-No quiero hablar de eso ahora, solo quiero encontrar a Jessie ¿si?-. Le dije al fin sin ánimos de querer revivir el tema.

-La vi en la sala de juegos con Peter-. Me informó señalando el camino, yo asentí y fui a buscarlos.

Mientras caminaba por los enormes e interminables pasillos del lugar, sentía que cada vez mis piernas se hacían más pesadas, cada vez la realidad se asentaba más en mi mente, la realidad de que Tony Stark ya no formaría parte de mi vida. Por un momento pensé en que no debí mentirle, porque pensé que decirle que estaba con Barnes le dolería, lo haría sentir mal, pero si en realidad yo no hubiera estado con Barnes él de igual manera hubiera rastreado mi teléfono, igual hubiera violado mi privacidad con la diferencia de que yo no hubiera sabido nada al respecto, era no solo la desconfianza sino el hecho de querer ejercer control sobre mi vida lo que me molestaba.

Tomé mi teléfono celular en las manos y lo próximo que supe es que casi sin pensarlo estaba arrojando mi tarjeta SIM en el bote de basura más cercano para que no pudiera rastrear mi número de nuevo, o llamarme...

No iba a disculparme porque Barnes me agradara, no iba dejar de verlo solo porque a Tony no le pareciera, aunque no miento una parte de mí entendía por qué lo odiaba pero no por ello significaba que yo también tendría que hacerlo.

Llegué a un salón lleno de máquinas y juegos, Jessie estaba en uno de ellos mientras que Peter estaba consternado al teléfono del otro lado de la habitación.

-Jess...-. Dije a la chica que apenas alzó la mirada vino corriendo en mi dirección.

-¿_______ qué pasó?-. Me preguntó de inmediato.

-Tony y yo...nosotros... -. No podía formular la oración sin que las lágrimas volvieran a salir de mis ojos pero por suerte no tuve que hacerlo porque ella entendió de inmediato y solo me abrazó.

-Todo va a estar bien...-. Me dijo mi amiga abrazándome fuertemente.

-Solo quiero ir a casa-. Le aseguré, no veía la hora de acostarme en mi cama y no tener que lidiar con el mundo exterior, ni con ningún otro problema, aunque había un obstáculo, las decenas de personas esperando a la entrada de nuestro hogar para hacerme mil preguntas del hombre del que no quería hablar ahora.

-Es un caos allá...-. Me recordó ella en lo que Peter finalizaba su llamada y se acercaba a nosotras.

-No pueden irse-. Dijo entonces escuchando lo último de nuestra conversación -Es peligroso allá, aquí estarán seguras y hay bastante espacio para todos...-. Anunció él señalando alrededor lo que era bastante obvio pero sabía que esas no eran exactamente palabras de Peter, sino de alguien más que lo había mandado a decirlo.