*Lauren pov*
Llevé mi mano al rostro de Camila para darle un pequeña caricia y quitar algunos mechones de pelo que caían por su rostro. Le di un beso en los labios que la hizo suspirar en sus sueños y la vi sonriendo.
Amaba verla dormir porque sabía que estaba tranquila, que no estaba pensando cosas malas como sé que la mayor parte del tiempo lo hacía porque Camila seguía creyendo que era una carga en nuestras vidas y eso no era cierto. Me encantaba verla tan pacífica y con su rostro relajado al estar profundamente dormida.
A veces me preguntaba si era posible amar tanto a una persona como yo la amaba a ella. Era… simplemente inexplicable lo que me pasaba cuando estaba a su lado, cuando me sonreía o me veía a los ojos. Camila se había adueñado de mí apenas me miró a los ojos aquella noche. Algo dentro de mi me había dicho que ella era especial y lo fue. Lo es.
Quizás era muy pronto para sentir que no podía estar sin ella, pero no me importaba mucho porque yo sentía realmente. Sabía que era real porque mi corazón se aceleraba, ella ocupaba mis pensamientos todo el tiempo y me sentía bien cuando estaba con ella, era mi parte favorita del día cuando podía abrazarla y besarla.
Podía sentir desde allí como todavía Sofi se reía a carcajadas. Camila y yo nos habíamos quedado dormida por unos cuarenta minutos y me alegraba saber que aún no despertaba porque yo no quería interrumpir su sueño, quería que descanse, que estuviera bien y no se sintiera cansada ni un poco. Yo la cuidaba demasiado, sí. Es que simplemente me salía normalmente, no era algo que yo controlarla. Verla bien era mi prioridad siempre.
Detuve mis pequeñas caricias cuando sus ojos comenzaron a abrirse perezosamente y suspiró intentando esconder su rostro contra mi. La abracé cuidadosamente sintiéndola suspirar una vez más. Supongo que se dio cuenta de dónde estaba porque se alejó para mirar a su alrededor un poco confundida y sonreí divertida cuando se encontró con mis ojos.
Vi una pequeña sonrisa en sus labios y como volvió a acostarse a mi lado. Le di un beso en la frente mientras la abrazaba contra mi y sonreía al sentir su cuerpo contra el mío. Aquella sensación era maravillosa.
—¿Cuánto dormimos?—Murmuró con voz ronca y adormilada, tenía sus ojos cerrados.
—Tú unos cincuenta minutos ya.—Le dije viéndola con cariño sin dejar de acariciar su mejilla con mi pulgar.—¿Estás bien?
—Sí mi amor.—susurró abriendo los ojos para verme. Sonrió adorablemente mientras se abrazaba a mí.—Gracias por cuidarme tanto. Eres demasiado linda y perfecta.
—Y tú mucho más cuando duermes. Eres tan tierna.
—¿Por qué me estás viendo cuando duermo Lauren? Me da vergüenza.
—Pero si eres muy bonita. Además te sonríes cuando te doy besitos y te acaricio.—Camila me vio mientras soltaba una risita.—Seguro que sueñas conmigo.
—Uff sí.—Rodó los ojos.—Tenemos que levantarnos.—Dijo en un intento de salir de la cama pero mis brazos se cerraron alrededor de su cintura deteniéndola y haciéndola volver a mi.
—¿Dónde vas con tanta prisa? Tengo muchos besos que darte antes de que bajemos.—Soltó una risa sacando mis brazos de su alrededor.
Se levantó de la cama rápidamente y mi sonrisa se borró cuando la vi marearse un poco mientras se sostenía del colchón. Corrí rápidamente a su lado y la sujeté de la cintura para que se sentara otra vez en la cama.
—Hey. ¿Estás bien?—Asintió.—¿Segura?—volvió a asentir soltando un suspiro y abriendo sus ojos otra vez.—Tienes que dejar de moverte así, te puedes…
