*Camila pov*
Apagué la luz de la habitación de los niños cuando terminé de ordenar el desastre de ropa que habían hecho.
Es sábado cerca del medio día, la hora del almuerzo se acercaba y ellos ahora mismo estaban jugando en el enorme patio.
Debía mirarlos un momento, siempre alguien debía estar con ellos, por si acaso, son niños, viven para hacer desastres prácticamente. Así que me quedé sentada sobre una banca cruzada de brazos mientras los veía ir y venir, correr, gritar y reírse.
—¡No! ¡No quiero jugar contigo!—Otra vez Sofi estaba peleando con Justin. Y como cada vez, iba hacia a mi.
La niña corrió hasta estar a mi lado, solté una risa ayudándola a treparse en mi regazo hasta que estuvo sentada a horcajadas sobre mi regazo. Se abrazó a mi cuello y miró a Justin que se rió porque le gustaba hacerla enojar.
—¿Y ahora que pasó?—Pasé mis brazos a su alrededor, así abrazándola, y le besé la mejilla.
—Me dijo que las niñas no juegan al fútbol.—Frunció las cejas. Era adorable haciendo eso, me daban ganas de abrazarla todo el tiempo, en realidad si fuera por mi la tendría entre mis brazos todo el día.
—Claro que si. Solo ignóralo. Quiere molestarte.—Miró hacia los niños que corrían por todo el patio y luego escondió su rostro en mi cuello.—¿Estás cansada?—Asintió y con su pequeño dedo acarició la venda de mano.
Me había cortado cuando intenté recoger el desastre de vidrio que se hizo cuando Lauren chocó contra mi.
Mike se había disculpado muchas veces conmigo por eso, estaba tan apenado y sin embargo él no debía estarlo. Su hija había sido la grosera desde que llegó a la empresa.—Oh, no. Ya vino.—Apreté los labios para no reírme cuando Kevin se acercaba a mi y Sofi murmuró aquello. La niña se abrazó fuerte a mi cuando pasó sus brazos debajo de los míos que también la envolvían protectoramente.
A Sofi no le agradaba mucho Kevin. Quizás porque él siempre quería estar a solas conmigo y la mayor parte del tiempo la niña estaba junto a mi, entonces debía dejarme con él. Pero hoy parecía no querer soltarme.
—¿Qué hacen?—Kevin me besó en la mejilla, cerca de mis labios y a Sofi en la cabeza.
La niña tenía el rostro escondido en mi pecho ahora y sus brazos cayendo a sus lados. Kevin me miró y me encogí de hombros diciéndole que no sabía que le pasaba, pero si sabía, no le agradaba él.
Pasó un brazo por mis hombros y volvió a besarme la mejilla. Pero solté un suspiro que lo obligó a dejarme en paz. Ya ni siquiera se quedaba hasta que me dormía. Me sentía mal, porque cada vez me demostraba que le importaba menos. Le daba igual verme, estar conmigo o mandarme al menos un mensaje.
—¿Qué te pasa?—Se mordió el labio.
Él era guapo. Era lindo, pero eso no valía nada para mi, el ser lindo no significaba nada. Lo último que me importaba de una persona era el físico. Antes lo dije, no es mala persona, pero las cosas cambiaron y yo me sentía más afectada que él, eso es seguro.
—No quiero hablar.—Dije desviando la mirada de él.
—Bueno. Lo siento… Ni siquiera sé por qué lo siento.—Dijo molesto y se levantó de la banca.
No le respondí nada, dejé que se fuera y entonces Sofi levantó su mirada a mi. Le sonreí y luego miró a Kevin que salía del jardín bastante enojado.
—Tu novio es feo y malo.—Tenía las cejas bajas, en una expresión de “enojo”.—No lo quiero.—Negó.
Solté una risa abrazándome a ella fuertemente, hasta que la escuché reír.
