El Final de Portia Avery

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Todo sucede rápido y al mismo tiempo. El presidente Snow ruge que corten la transmisión, mientras que yo pronuncio la palabra "bombardeo" segundos antes de que siete agentes de paz se apresuren en mi dirección derribando las cámaras a su paso. A pesar que las cámaras no deben haber capturado mis últimas palabras, deciden mantenerme en silencio, callándome con violencia. El primer puño me deja sin aire asestando en la boca del estomago, el segundo provoca que las blancas baldosas del piso se manchen con sangre, y el tercero, un codo haciendo contacto con mi nuca, hace que pierda el equilibrio y caiga al suelo. Es terrorífico pensar como puedes desarrollar ciertos reflejos después de semanas de abuso físico, me encojo y protejo mi cabeza con las manos, sabía que las patadas no tardarían en llegar. Los agentes de paz solo se detienen en cuanto Snow habla

-Solo tres personas tenían conocimiento de lo que ocurriría en las próximas horas y solo hay una que sería capaz de filtrar esa información. Agente Alexander Whitman ¿Tiene algo para decir en su defensa?- gruñe Snow, su frustración es palpable, puedo ver el odio en sus ojos, acabamos de arruinar sus planes.

-Nunca encontraras a mi familia para torturarme, se como trabajas, así que será mejor que me mates aquí y ahora- responde Whitman mirándolo a los ojos sin temor alguno

-¿Es eso cierto?- pregunta Snow mofándose intentando de hacerle ver que los encontrará a pesar de todo -Y si, no se preocupe, planeo terminar mis asuntos con usted ahora ¿Algo mas para agregar?- inquiere el presidente mientras dos agentes de Paz obligan al traidor entre sus filas a ponerse de rodillas

-Moriré por algo que creo justo, colaboré en la evacuación y preservación de vidas inocentes- anuncia Whitman doblegado en cuerpo pero muy fuerte y orgulloso en espíritu

-¡Que poético!- declara el presidente mofándose de su próxima victima y con solo una mirada le indica a un agente de paz que presione el gatillo.

El piso marfil se ve teñido de escarlata en cuestión de segundos, mi sangre es poca colaboración al lago creciente con la sangre del títere que logró zafarse de los hilos que tiraban de él. Estoy completamente entumecido, anestesiado, he visto tanta maldad, tanto odio infundado, que un hombre ejecutado de un balazo en el cráneo me parece uno de los actos mas piadosos del Capitolio.

-Llévenlo con Ridgers y preparen a Avery y Exon para una ejecución publica. Debo reprogramar un bombardeo ¿De verdad piensas que tu advertencia sirvió de algo? Morirán con el miedo encendido en sus corazones, y al amanecer no habrá mas Sinsajo, la rebelión morirá con ella.-

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Me escoltan a una nueva sección de este complejo, es tan solo un largo pasillo color arena, no hay sillas, no hay cuadros, solo un centenar de puertas con sus números grabados en color plateado. Mi nueva residencia es el diecisiete, las puertas se abren y detrás de ellas hay un gran salón dividido en compartimentos y con diferentes artefactos, colmado en tecnología. Sin embargo nos movemos hasta llegar al final de ese salón donde una puerta se abre, es solo una habitación blanca, con una camilla, una silla, y proyectores. Soy empujado al interior y veo como un bulto gris tiembla en una esquina, su cabello rubio platinado hace que la reconozca, hace pocas horas había estado con Portia pero parecía una persona completamente distinta en su celda.

-¿Portia?- la llamo con cautela

-¿Peeta? Eres realmente tu o...-dice ella con sus ojos vidriosos temiendo que lo que sea que sucedió con Cinna sucediera con mi imagen también

-Soy yo, soy yo, lo juro- me acerco y coloco mi mano a un costado de su rostro

-Si, eres tu. Cinna no puede tocarme, es así que sé que no es real- dice ella con una sonrisa en sus labios. Su sonrisa es de alivio, pero en ella se denota como ha perdido parte de sus facultades, no es la misma Portia de siempre

-Ya veo ¿Así que por eso ya no logramos convencerte Avery?- dice una voz muy familiar a mis espaldas, es la azul que detuvo que Thread y su látigo me mataran. Giro a verla en detalle por primera vez, es una mujer en sus treinta, su mirada es intensa y tiene una permanente mueca de satisfacción en los labios -Reconoces mi voz, eso es excepcional dado que la ultima vez que me escuchaste estabas casi inconsciente. Tus sentidos se mantienen despiertos a pesar de situaciones extremas...trabajaremos con eso, definitivamente lo haremos- balbucea mientras saca una tabletilla de su chaqueta azul. Los brazos de Portia hacen que pierda mi concentración en esa mujer

-No, déjenlo en paz. Puedes seguir jugando conmigo, colaboraré lo prometo- Ruega Portia mientras mantiene sus brazos alrededor de mi cuello protegiendome. No puedo entender nada, solo puedo captar que Portia ha estado aquí por un largo tiempo, y que han estado experimentando con ella, experimentando cosas que ahora quieren aplicar conmigo.

-Sabes como funcionan las cosas Avery, no es cuestión de lo que me ofrezcas a cambio. No es negociable. Tu tiempo se ha terminado, solo eras el sujeto de pruebas uno. Deberías irte feliz, ahora sabemos que es lo que no debemos hacer en Mellark, gracias a ti- anuncia la mujer prácticamente robótica, sin sentimientos y sin demostrar algún tipo de empatía -Bueno digan sus despedidas, esta será la ultima.-

-¿La ultima?- pregunto anonadado y es entonces cuando recuerdo que el presidente ordenó la ejecución publica de Avery y Exon, Portia y Apolline.

Portia me abraza aún más fuerte y siento como mi hombro se empapa con sus lágrimas y mi rostro iguala esa humedad, lloro la perdida de una figura materna que significó más que la mujer que me trajo al mundo.

-Esto no es tu culpa. No lo es. Nunca pienses eso, ni un solo segundo- llora mi estilista en mi oído

-No quiero, no te vayas. Puedo hablar con Snow. Traigan a Snow- balbuceo sin sentido a Ridgers y los dos agentes de paz que la acompañan. No hay manera de que pueda manufacturar un trato de la nada con Snow, en especial porque no tengo nada para negociar y él ya ha faltado a la única promesa pendiente entre nosotros.

-Esta bien, esta bien. Sabía que iba a pasar, y me reuniré con Cinna...el verdadero Cinna, mi amigo- aclara ella intentando de recomponerse, intentando de consolarme -Espero sepas que fuiste un amigo...Mas que eso, fuiste...eres lo que hubiera deseado en un hijo.- dice ella sosteniendo mi rostro con insistencia- No me arrepiento de nada, no me arrepiento de nada, lo haría todo de nuevo. Solo trata de resistir, solo trata de sobrevivir.- Las palabras de Portia se quiebran al salir de sus labios ya que el miedo se esta apoderando de ella, tiembla sin poder contenerse

-Te quiero Portia- digo entre sollozos mas allá del dolor que había sentido en días, el único parecido fue ver como mataban a Lavinia, pero este es aun peor. Mucho peor. El miedo, el dolor, me deja congelado, sin habla, hace que conozca un nuevo nivel de inutilidad tengo a Portia en mis brazos pero no puedo salvarla, no puedo ayudarla.

Ella me abraza nuevamente y su voz ha mutado en cuestión de segundos, ahora esta calmada, segura, sin rastros de dudas ni llantos

-Te inyectarán sus mierdas y van a intentar de hacer que la olvides, que olvides todo.- dice mientras se aleja y me mira a los ojos -No dejes que se metan en tu cabeza, no dejes que cambien lo que eres.- advierte y la arrancan de mi lado, un agente de paz tira de ella y otro me sostiene en mi lugar. Escucho un grito desgarrador a lo lejos, se encuentra aplacado por un zumbido en mis oídos. El ardor en mi garganta me impide continuar purgándome de mi indescriptible dolor, y es allí que me doy cuenta que el grito proviene de mi interior

Sinsajo perspectiva de Peeta MellarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora