Despierto con el distintivo sabor de sangre en mi boca, anoche por poco perdimos la cordura los dos, mi vecina prisionera y yo. Si, una mujer es la recipiente de tortura todas las noches, por primera vez la escuche suplicar con claridad.
“¡Basta! No más, por favor. Por favor, por favor…por favor te lo ruego. Mátame, te lo ruego. No más. No más” Lloraba desesperada
Sus gritos de súplica se hicieron eco en mis labios, repetí lo que ella pedía con aullido sonoros, la acompañe en sus suplicas mientras ella volvía a pelear por captar aire y se escuchaban el ruido de agua siendo arrojada. Si, lo que sea que estuviese sufriendo era peor que la muerte, deseaba ayudarle a que se libere ¿Que tan desquiciada es la idea, desearle la muerte a alguien para evitarle mas dolor? Supliqué junto a ella hasta que deje de diferenciar su voz de la mia, hasta que ambas voces se convirtieron en una. Cuando la garganta empezó a arder, cuando mis gritos carraspeaban y vibraban con mas fuerza en mi interior fue cuando los agentes de paz llegaron a sacudir mi locura. Con sus tan familiares varillas metálicas acallaron mis suplicas adoptadas en poco tiempo, pero mi cuerpo se resistió a sentir el dolor, cada célula de mi cuerpo se concentraba en los sonidos de la mujer en la habitación contigua.
El metal corta la piel en mi espalda.
El sonido del agua
Un puñetazo golpea mi rostro
El sonido de desesperadas bocanadas de aire siendo inhaladas
Un agudo dolor, como un pinchazo en la nuca y la habitación se vio envuelta en negro, eso es todo lo que recuerdo de anoche.
Me doy vuelta sobre mi costado y noto que la pared plateada ha sido reemplazada por un espejo, ya que veo lo que podría ser el reflejo de mi prisión, incluso el bulto sobre el suelo que podría ser mi cuerpo abatido por los golpes, tan solo que yo no estoy cubierto por una manta negra… No es un espejo, el panel metálico de la pared ha sido removido, permitiéndome ver a mi compañera en cautiverio. Esta dormida no da ninguna señal de vida mas que el ligero movimiento creado por su respiración. Muy cerca de ella hay una bandeja con la grisácea avena con las cual nos alimentan… ¡Lavinia!
¡Que estúpido!
Tuve la posibilidad de saber quien era la persona al otro lado de la habitación todo este tiempo, Lavinia es la encargada de los prisioneros. En ese instante las puertas se abren, y la avox entra con mi bandeja de alimentos
—Lavinia ¿Quién es la persona en la habitación junto a la mia?— pregunto apresuradamente y emocionado por la idea de que finalmente podré hacer algo mas en lugar de gritar como desquiciado junto a ella. Lavinia saca su delgada tabletilla y escribe lentamente
—Buenos días a ti también— dice y levanta una ceja al mirarme
—Perdón yo…— me interrumpe levantando su mano para que me detenga
—Mason. Johanna.—
Y de repente siento como si despertara, como si recordara por primera vez en años que la ultima persona realmente aliada a mi fue Johanna, y que ella también fue capturada. Ella era la respuesta mas probable y sin embargo nunca lo pensé. Quizás fue porque siempre asumí que la persona al otro lado del muro era un hombre, tan solo anoche descubrí que se trataba de una mujer, pero jamás hubiera dicho que la dueña de esa voz era Johanna ¿Qué es lo que hacen para quebrar a la vencedora del distrito siete?
—Ha estado aquí desde que los trajeron de la arena.— escribe Lavinia —No ha salido de esa habitación ni una sola vez
—¿Desde ese tiempo le hacen lo que sea que le están haciendo?— pregunto alarmado y ella mira al suelo y asiente. —¿Tienen a alguien mas?—

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Sinsajo perspectiva de Peeta Mellark
FanfictionEste fanfic de Sinsajo es narrado desde el punto de vista de Peeta Mellark. Es una versión realista de lo que él vivió (al menos lo que yo imagino)en el Capitolio y el distrito 13, por lo tanto contiene escenas de violencia y torturas poco detallada...