Capitulo 30

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Capítulo 3O

No sabía quien era la chica detrás del nombre "Taylor". Quien fue ella en la vida de Josh, y de que manera lo hirió tanto para odiar mucho más a todo el mundo.

-¡Taylor! ¡Regresa! ¡No te vayas! ¡NO! -gritaba Josh aún con los ojos cerrados, las venas hinchadas y apretando mi muñeca, como si se aferrara a algo.

-Josh, Josh. Tranquilo, Josh, yo estoy aquí. Estoy aqui, contigo. -acaricie su cabello mientras le tomaba de la mano- todo está bien ¿me oyes? Todo esta bien.

Aunque nada lo estaba en verdad.

Abrió los ojos de golpe.

-¡___.! -me abrazó, aferrando sus manos a mi espalda. Podía sentir los latidos de su corazón agitados, su cuerpo temblando contra el mío, su cabeza recargada en mi hombro, sudado, su respiración entrecortada; todo el moribundo. Pero lo que me mantenía paralizada era su cuerpo contra el mío; mis manos en su ancha espalda, sus manos cálidas aferrandose a mi espalda, como si fuera la única cosa a la que se pudiera aferrar. Su pelo mojado de sudor junto a mi cuello, su aliento contra mi hombro. Tenía mi cuerpo en coma.

-Todo está bien, Josh, era un mal sueño. Yo estoy aquí, contigo. -dije tartamudeando, mientras lo calmaba con mis manos en su espalda.

-¿Lo estarás más tiempo?

-Todo el que quieras. Hasta qué me digas que me vaya, me iré.

-Gracias. -poco a poco se separó de mí, y deseaba que este momento jamás terminara, que se congelara y vivir en este momento toda mi vida. Pero esto solo pasaría hoy, mañana, todo volvería a ser normal. Josh rudo, yo, idiota. Así sería siempre en las adversidades. Por los siglos de los siglos.

-Hey, Uriah. -salude a Uriah que se encontraba preparando la comida con las otras maids.

-Hola, ___. No he visto a ti por acá ¿trabaja con Josh usted tu ahora?

-Sí. -dije tratando de entender lo que decía- vas mejorando. ¿Te esta ayudando a aprender la Sra. Roberts? -asintió- yo le di unas hojas de lo que debía enseñarte. Espero que te enseñe bien.

-Sí. ¿Por qué tu aquí en la cocina?

-Josh quería agua fría, ya no hay en la recámara. -dije tomando una jarra de agua del refrigerador.

-Y...¿Ustedes han besado ya? -dijo Uriah con una sonrisa tímida y picara.

-¿Qué? ¡No! ¡Dios Uriah! -pero me sonroje al recordar el abrazo de en la tarde- solo le ayudo.

-Pues ya pasan de las ocho, tu hora de salud ya paso. ¿Si se dice así? Ya...ya pa-ss-o.

-Sí, pero sólo nos quedan menos de veinte días para hacer la conferencia y no llevamos mucho. -suspiré agotada recargando me en la barra. Escuché el grito de Josh de que me apresurara y me marche.

-No me grites, idiota. -dije entrando con una jarra de agua y vasos.

-Pues tengo sed. Y eres mi sirvienta -dijo sirviéndose un vaso de agua- Oye, ya terminé la gráfica de porcentajes. Ahora te toca hacer una lineal, yo quiero bañarme.

-Cuida cuando te pongas la toalla, luego por arte de magia se caen. -dije sarcástica.

-No fue mi culpa que te hayas querido desnudar para mi. -dijo riendo y le aventé una almohada. Aún así, eso aumentó su risa- ya, ya, me voy a bañar.

Mientras el se bañaba me dirigí a la Mac de Josh.

"Como curar el trastorno de pánico y principios de bipolaridad" puse en Google.

Empece a investigar en varias páginas;

"Es una enfermedad crónica, que produce una alteración considerable en la calidad de vida del paciente. Un tratamiento adecuado para el trastorno de pánico puede prevenir ataques posteriores o hacer estos menos severos y frecuentes, lo que trae consigo un gran alivio al 70 o 90 por ciento de las personas que lo padecen. Las investigaciones científicas concuerdan que el tratamiento más indicado para el trastorno de pánico es la terapia cognitivo-conductual más la farmacoterapia.

Si el trastorno de pánico es leve o moderado, y el grado de incapacidad de la persona no es tan marcado, es aconsejable sólo un tratamiento psicológico con terapia cognitivo-conductual. En los casos más graves, es indispensable comenzar con medicación.

En lo que se refiere a la farmacoterapia se administran benzodiacepinas (alprazolam y clonazepan), los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (fluvoxamina y clomipramina) y otros antidepresivos (como la imipramina y la desipramina).

La terapia cognitivo-conductual, a diferencia de otras formas de psicoterapia, cuenta con una base científica, proveniente de la Psicología Experimental, de las teorías de Aprendizaje y del Procesamiento de la Información. Las técnicas utilizadas en esta terapia actúan a nivel fisiológico (cuerpo), emocional (sentimientos), cognitivo (pensamientos), y comportamental (comportamientos). La terapia tiene como objetivo enseñar a la persona a construir pensamientos, a emocionarse, a comprender y a controlar sus síntomas corporales; formando nuevas secuencias no patológicas, incompatibles con el trastorno que padece. El propósito es que estas nuevas formas sean asimiladas como un repertorio de recursos disponibles, dentro del conjunto de la personalidad.

El círculo vicioso del pánico se rompe aprendiendo las siguientes técnicas:

- Psicoeducación: explicaciones acerca de la naturaleza de la ansiedad y del pánico.

- Técnicas de respiración.

- Técnicas de relajación.

- Técnicas de reestructuración cognitiva (cambio de pensamientos).

- Técnicas de exposición en imaginación y en vivo de situaciones estresantes.

Estas técnicas son parte del tratamiento psicológico cognitivo-conductual, en el cual primero se evalúa al paciente a través de entrevistas, test y cuestionarios; luego se le entrega un diagnóstico a partir del cual se traza el plan de tratamiento. En el mismo se establece una jerarquía de temas a tratar, con un tiempo estimativo de duración. Luego del tratamiento se evalúa nuevamente con los mismos test y cuestionarios para dar el alta al paciente."

-___. Ya terminas...-salió y resbaló fuera de la puerta cayendo de espalda.

-¡Josh! ¿Estas bien? -fui hacia él.

-Sí, sólo...-quiso levantarse pero hizo un gesto de dolor- Mierda, me duele el hombro.

-Venga, te ayudo. -le ayude a levantarse y se sentó en la cama.

Movió el brazo pero volvió a hacer una mueca de dolor.

-Ah, mierda -apretó los dientes.

-¿Te duele acá? -toqué cerca de su omoplato.

-Sí, exactamente ahí.

-¡Ah, ya se que es! Es tu tendón. Te lo has lastimado al golpearte ahí. -mamá siempre me sobaba cuando me lastimaba al practicar fútbol, así que sabía como sobar- quítate la camisa.

-¿Eh? ¿Quieres tener sexo ahora? No tengo condones. Se me acabaron desde antier. -dijo sonriendo.

-No, idiota. Para ver como te has lastimado. Anda, quitatela. -le ayude a quitársela. En medio de su espalda tenía una gran mancha morada y azul- Oh, vaya.

-¿Qué? ¿Tengo muy feo?

-Mhm...no, un pequeño moretón. -mentí.

Tomé una crema y empece a untarle ahí.

-Due...le. -dijo Josh sonrojado. Sentía mi mano tocar su piel.

-Listo. -deje la crema en su lugar y me gire para verlo- oye...

Estaba tratando de ocultarse algo entre las piernas; su erección.

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