Capitulo 28

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Capítulo 28

No tenía tiempo para reflexionar lo que Josh me había revelado, el necesitaba la medicina.

-¿Cómo se llama la medicina? -pregunte mientras buscaba dinero en mi bolso.

-Lorazepam.

-Bien, espérame aquí. ¡Resiste, Josh! -corrí a la farmacia del hospital, no llegaría a tiempo con la Sra. Roberts.

-Deme el medicamento "Lo...Lora...Lorazepam"

-Son $80 dólares. -me dio el farmacéutico la medicina.

Saque todos los pocos billetes que traía, y le di uno de cien, el único de cien que traía.

No había tiempo para que me diera mi cambio.

-Tómatelo, Josh. Rápido. -saque mi agua para que se tomase las pastillas.

Le di una pastilla e inmediatamente la tomó.

Josh hacia un tipo de ejercicio respiratorio, mientras cerraba los ojos.

-¿Te sientes mejor? -pregunte preocupada, arrodillada a un lado de el.

-Creo, que sí. -dijo entre respiros agitados tratando de controlarlos.

-Oh, Dios. -dije destentando los músculos y encorvándome. Suspiré- sentía la adrenalina en mi sangre. Pensé que te iba a pasar algo. -dije quitándome el sudor de la frente.

Le ayudé a levantarse, mientras la gente se dispersaba de nuevo por sus rumbos.

-No digas nada de esto. ¿Entendiste, perra? -me susurró mientras se dirigía a la salida.

Vaya manera de agradecerme. Me he acostumbrado.

Mientras nos dirigíamos a casa, le pedí que me llevase a la mía.

-¿No piensas seguir ayudándome con el trabajo? No pienses que lo haré yo solo. -dijo frunciendo el ceño.

-¿Estás loco? Pasan más de las diez de la noche, seguro mi madre estará preocupadísima. -dije agotada.

-Pues llámale y dile que llegarás más tarde. -dijo con cierta ironía.

-No tengo celular.

-¿Es en serio? ¿Ni siquiera un Nokia? ¿Algún otro celular de pobre? ¿No? Qué basofia eres, ___. Llámale a tu mama de mi celular.

-Tampoco tiene celular, no tenemos ni teléfono de casa. No podemos darnos ese lujo.

-Te compraré un celular para que te comuniques conmigo cuando yo necesite algo.

-¿Es una orden o petición?

-¿Tú qué crees?

-Orden.

-Acertaste.

Josh se desvió hacia mi casa.

-Por cierto ¿Cómo conseguiste el medicamento tan rápido? ¿Y la Sra. Roberts? -dijo volteándose a verme.

-La compré en la farmacia del hospital.

-¿Y la pudiste comprar? Porqué es algo cara, para la gente de tu clase social.

-Demasiada cara. Ochenta dólares por unas simples pastillas. Me debes una, idiota. ¿Eh? Más te vale.

-Sí, sí. -dijo desinteresado.

-¡Fue de mi paga! ¡Gaste mi poco dinero en ti! Agh, dios. Esto es una mierda.

-Te lo pago después, tranquila. No me quita el sueño unos ochenta dólares. ¿Lo olvidas? Soy un Hutcherson.

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