- : ocho : -

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— luego de clases, iremos por los vestidos para la boda mañana. – habló Lucy, mientras me abrazaba por los hombros. yo suspiré.

— ¿tendré que usar vestido de todas formas, verdad? – pregunté y ella asintió con la cabeza, antes de que entráramos en la clase de literatura.

miré el reloj en la pared, faltaba solo una hora para que las clases terminaran.

suspiré nuevamente, mientras oía como la profesora comenzaba con sus clases.

— : : —

cerré la puerta de mi casillero, dirigiéndome al estacionamiento. Lucy me sonrió, dejando de apoyarse en su auto.

— ¿lista? – preguntó, mientras ambas nos adentrábamos en el vehículo.

— no, pero de todas formas me llevarás. – ella soltó una risa antes de encender el auto, comenzando a conducir hacia una tienda de ropa que se especializaba en vestidos.

¿por qué hay tanto rosa?

suspiré de alivio al notar que también había vestidos de otros colores. Lucy parecía bastante entusiasmada. noté que una de las chicas que trabajaba allí se acercaba, estaba mirándome de arriba hacia abajo con algo de disgusto.

¿qué tenían de malo mis jeans rasgados? estiradas.

— ¿puedo ayudarlas en alg-...? – antes de que la chica pudiera terminar, una pelirroja corrió hacia Lucy y la abrazó.

— ¡Lucy! – gritó de manera energética, antes de separarse y dedicarle una amplia sonrisa.

— hola, Riley. – saludó Lucy y yo fruncí mi ceño. la chica de antes simplemente se había esfumado.

— ¿quién es ella? – preguntó la pelirroja, quién se suponía que su nombre era Riley.

— es Ava. – respondió Lucy, mirándome con una pequeña sonrisa en sus labios. – hemos venido por vestidos.

— ¿tú tía Scarlett volverá a casarse? – preguntó la chica, noté que tenía ojos verdes. Lucy asintió con la cabeza.

ellas comenzaron a hablar y yo fruncí mi ceño, dirigiéndome a uno de los pequeños sillones rosados del lugar y sentándome allí, cruzando mis brazos y subiendo mis piernas al sofá. notaba que ambas estaban hablando de manera animada, ¿de dónde Lucy conocía a esa chica?

apoyé mi cabeza en el respaldo del pequeño sofá, esperando que Lucy volviera a acordarse de mi existencia.

— Ava, vamos por los vestidos. – oí a Lucy, Riley estaba sosteniendo su mano y yo fruncí aún más mi ceño, sintiendo un pequeño ardor en mi estómago.

— no quiero. – respondí, mientras me cruzaba de brazos, mirando hacia otro lado que no fuera Lucy. probablemente lucía como una niñita caprichosa, pero ella se había olvidado de mí para irse con Riley, seguramente ni la conocía.

— ¿qué sucede? – preguntó, acercándose a mí. Riley simplemente la ignoró y caminó hacia los vestidos, comenzando a elegir algunos de éstos.

— no sucede nada. – respondí y ella rodó los ojos.

— siempre vas a ser mi favorita, no tienes que estar celosa. – dijo y yo alcé las cejas.

— no tengo por qué estar celosa. no somos nada. – mis propias palabras me dolieron, al parecer a Lucy también.

— vamos por vestidos, anda. – tomó mi mano y me jaló hacia dónde estaba Riley. tenía una variedad de vestidos en sus brazos.

— ven. – me dijo y yo alcé una de mis cejas, señalándome. – sí, a la pasiva, ven. – fruncí mi ceño ante la manera en la que me había llamado.

ella me subió a una especie de pequeña plataforma, antes de mirar detalladamente mi cuerpo. miró los vestidos que tenía en sus manos y luego lo colocó en frente de mí, mostrándoselo a Lucy.

— ¿blanco o negro? – cuestionó Riley, mientras colocaba el vestido blanco sobre mi cuerpo, para luego proceder a hacer lo mismo con el otro. creí que estaba preguntándome a mí, pero Lucy contestó.

— ambos. – respondió la rubia, yo alcé una de mis cejas.

— pruébatelos. – habló Riley, antes de empujarme con suavidad hacia uno de los vestidores.

me coloqué primero el vestido blanco, era bonito y tenía un detalle de encaje negro en la cintura, no era ni demasiado corto ni demasiado largo, me llegaba tres dedos por encima de la rodilla y favorecía un poco mi estatura.

salí del vestidor y miré a Lucy, pasando totalmente de Riley. ella me dedicó una sonrisa, logré ver que sus mejillas estaban algo sonrojadas. volví al vestidor y me coloqué el vestido negro, el cuál era igual que el anterior pero simplemente cambiaba de monocromático.

— no termina de convencerme. – habló Riley, para luego entregarme otros dos vestidos, uno era celeste y el otro rosa.

miré ambos con algo de disgusto, antes de meterme a los vestidores y probarme ambos vestidos. teniendo como resultado un "parece un pastelito" por parte de Lucy, más una mueca de desaprobación por parte de Riley.

— ¿cuál te gustó a ti, lindura? – sonreí al escuchar ese apodo salir nuevamente de los labios de Lucy. – porque hemos dicho nuestras opiniones, pero no te hemos preguntado. – dijo y yo simplemente ignoré el "nuestras" y el "hemos". puesto que solo me importaba la opinión de Lucy.

— sinceramente, ninguno. – respondí, mientras volvía a colocarme la sudadera. Lucy soltó una pequeña risa, tomándome de la mano.

— podemos ver el resto de la tienda si quieres. – asentí con la cabeza y comenzamos a alejarnos de la pelirroja, por lo que una sonrisa se hizo presente en mis labios.

volteé para ver que me observaba con una sonrisa burlona.

ahora me cae aún peor.    

~*~

me duele hacerle esto a Riley porque la amo mucho. 

lindura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora