— ¿cómo le fue con la señorita Morgan? – preguntó el señor Henderson apenas entré en el salón, simplemente me encogí de hombros.
— bastante bien. – él sonrió con levedad y yo alcé una de mis cejas.
— debes tener mucha suerte, no ha prestado demasiada atención desde que se ha cambiado de escuela. — ¿cómo sabía que ella había cambiado de escuela? tal vez era alguien bastante cercano. – no pienses nada extraño, por favor.
— ¿cómo quiere que no haga eso? – pregunté, mientras cruzaba mis brazos.
— soy su tío, Ava. – formé una O en mis labios, entendiendo. – Lucy es más unida a mí que a sus propios padres y decidí ayudarla, ¿qué mejor que el mejor promedio de la clase para ello?
— ¿me está usando? – pregunté y el señor Henderson negó rápidamente con la cabeza.
— sólo quiero que mi sobrina tenga una mejor educación y deje de preocuparse tanto por sus padres. – escuché el timbre de inicio de su clase, por lo que me dirigí con rapidez a mi pupitre.
coloqué mis cosas sobre éste y esperé que la clase comenzara. a la mitad de ésta, la puerta se abrió con fuerza y todos voltearon rápidamente.
— buenos días, señorita Morgan. – habló el señor Henderson. Lucy soltó unas nerviosas risas.
— buenos días, querido profesor. – saludó con su mano, antes de dirigirse rápidamente al pupitre a mi lado.
— faltaste a la clase de biología de ayer y hoy llegas tarde. – susurré, mientras la miraba de reojo. – así no aprenderás nada, Lucy.
— no necesito explicar nada, tengo una tutora que me hace entender mejor las cosas que mi propio tío. – me devolvió el susurro. – y además, es una lindura.
rodé mis ojos con diversión, volviendo a tomar mi bolígrafo y volviendo a tomar notas de todo de lo que el señor Henderson estaba hablando.
— : : —
— tutora, ¿qué tema estudiaremos hoy? – escuché la pregunta de Lucy y suspiré, mientras dejaba mis libros dentro de mi casillero.
— debemos repasar el tema de ayer hasta que lo entiendas por completo. – respondí, mientras cerraba la puerta de mi casillero.
— ¿cuándo vamos a estudiar anatomía humana? – alcé una de mis cejas, sin entender su interés por ese tema, no era algo que me pareciera incómodo, pero seguía sin entender.
— ¿por qué estás entusiasmada por estudiar anatomía? – pregunté y ella simplemente suspiró, rodeando mi cuello con uno de sus brazos mientras caminábamos hacia la cafetería.
— eres demasiado inocente. – habló y yo alcé una de mis cejas. – lo eres y lo sabes.
solté un pequeño bufido ante sus palabras, sí era cierto que era algo inexperta en "ciertos" temas, pero no creía que era para tanto.
hasta que conocí a Lucy.
— no tienes por qué avergonzarte de tu inocencia, lindura. – volteé a ver a Lucy, ella me observaba con una sonrisa en sus rosados labios.
— deja de burlarte de mí. – murmuré, mientras fruncía mi ceño.
— no estoy haciendo eso, solo me pareces aún más tierna al notar tu inocencia. – bufé.
— no soy inocente. – hablé pero ella simplemente le quité importancia.
— ¿me dejas hablar?
apreté los labios, cruzando mis brazos pero aún continuando con mi caminata hacia la cafetería de la escuela.
— quería decirte, Ava... — detuvo sus pasos rápidamente, llevó uno de sus brazos a mi cintura y me atrajo a su cuerpo.
— ¿q-qué estás h-haciendo? – hablé, notando mis propios nervios en mis palabras, coloqué mis manos en los hombros de Lucy, pero ni siquiera intenté apartarla, sabía que probablemente ella tenía más fuerza que yo.
— Ava, yo voy a quitarte la inocencia, ¿lo sabes, no? – pasé saliva ante las palabras de Lucy, las había dicho en tono demasiado...
provocador.
— v-vamos a la cafetería. – volví a decir, sintiendo como ella se separa de mí, teniendo una sonrisa divertida plantada en sus labios a lo que fruncí nuevamente el ceño.
— no me estoy burlando de ti, hablo en serio. – suspiré y comencé a caminar por mí misma hacia la cafetería de la escuela. — ¡espérame!
la ignoré, continuando con mis rápidos pasos, tratando de llegar lo más antes posible a la cafetería de la escuela.
ni siquiera entendía por qué estaba sonrojada.
estúpida Lucy.

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lindura.
RomanceAva nunca había dudado de su sexualidad en toda su corta vida, siempre encontraba que ambos sexos eran atractivos, pero aquel día que tuvo que ser la tutora de Lucy, todo eso se desvaneció y la única que ocupó su mente de ahí en más era ella.