Zaek
Y como había sucedido horas atrás, me he quedado todo este rato, pero ahora recostado en una silla en el balcón de mi habitación viendo la ciudad.
No es como si tuviera este panorama todos los días en el castillo. Supongo que es algo tonto solo quedarse allí, pero...
¿Qué más podría hacer?
He vivido por siglos y son contadas con mi mano las veces que he visto los amaneceres aquí en la tierra. Justo ahora ya ha pasado la salida del sol y los autos en la carretera me hacen saber que un nuevo día ha empezado para la ciudad.
—Ya no hay más nada que ver —digo poniéndome de pie y entrando a mi habitación. Cierro la puerta del balcón y bajo las cortinas.
Ciertamente la luz y yo aun trabajamos en nuestra amistad, así que por el momento la evitaré.
—¡Jehiel! ¿¡Es en serio!? —escucho la voz de mi hermana gritar con emoción y luego siento una pequeña corriente de adrenalina en mi pecho y sé que no soy yo el que está agitado.
—No —niego con la cabeza—. No debe ser algo malo... —intento convencerme sin éxito—. Carajo.
Salgo de la habitación y los veo besándose en la sala. Hago mi habitual mueca de desagrado y veo varias bolsas de papel color blanca a un costado de ellos en el piso, tomo rápidamente una y la abro.
—¿Qué...? —digo sacando el contenido.
—¡Celulares! —grita Ariadne y yo me giro a verla—. Y no solo eso, también hay tabletas, laptops y cámaras digitales —añade emocionada—. ¡No tengo ni la menor idea de que sean o para que sirvan, pero Jehiel nos trajo a los tres! ¿No es genial?
—Hermano —dice tomando una bolsa del suelo y me la da—, todo lo tuyo es de color gris.
—Que considerado —me pongo una mano en el pecho y finjo limpiar una lágrima—. Te amo, Jehiel Adams —imito la voz de Ariadne y ella me rueda los ojos.
—Las mías son las doradas y las de Ariadne las rosas —dice aguantándose una carcajada.
Saco de mi bolsa una caja pequeña y la abro.
—Así que esto es un celular, ¿y porque tiene esta manzana? —pregunto viéndola.
—Es la marca que los fabrica, así mismo con la tablet y la laptop y todo lo demás que compré, excepto la cámara digital —explica y yo finjo interés solo asintiendo. Me siento en el sofá y empiezo a revisar el contenido de mi bolsa.
¿Acaso estas vanas cosas materiales son dignas de emoción?
—Zaek, hermano, ¿no me digas que creías que eso era todo? —cuestiona Jehiel con una pizca de diversión yo lo miro arqueando una ceja.
—¿No lo es?
—¡No lo es! —grita Ariadne todavía emocionada—. Es algo que hace que lo perdone por comprarme todo rosado y que lo ame solo un poco más —sonríe y yo la imito.
—Piensa rápido —Jehiel mete una mano en el bolsillo de su pantalón y me arroja unas llaves, las tomo en el aire y las miro algo sorprendido.
De esto si soy consciente y de esto sí puedo emocionarme solo un poco, aunque por dentro siento aquella emoción que Ariadne tenía segundos atrás.
—Nos compró autos, a los tres —dice mi hermana mostrando sus llaves y luego Jehiel saca las de él.
—Wow, hermano esto es... —digo sonriendo.
—Eres una perra maldita y amargada, pero no podría jamás no tenerte en mis planes, Zaek —Jehiel me mira—. Eres mi hermano, si caemos, caemos los dos, si vencemos lo haremos los dos —ríe—. Y si tengo un suegro super lleno de dinero, lo menos que puedo hacer es invertir muy bien en sus hijos ya que es lo mejor que pudo darme en confianza.

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Elegida por la muerte #2 [✔️]
ParanormalSegunda parte de Adoptada Por La Muerte. Una promesa que debe ser cumplida. Un desafío que sobrepasa las barreras de lo sobrenatural. Una nueva identidad. El mismo enemigo y nuevos aliados. "Él volverá por ella..." Recomendación: No leer si no se...