Extra

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Extra

Narra William:

La habitación no deja de darme vueltas y deseo con todas las ansias posibles que Zafrina deje en paz por una maldita vez en todo este tiempo la secadora en su lugar, que Anne y Cameron dejen de discutir por la comida, que Hyun y Nick dejen de hablar de tonterías y que las hermanas dejen el control de la televisión. Además Ethan comenzaba a vagar por la casa desde unos cuantos meses atrás, dejando más marcada la presencia de Cassie. Foxie me mira con atención y yo me centro con los nervios de punta en sus ojos tristes desde la partida de su verdadera dueña.

-No regresará, bestia- el perro deja caer su cabeza entre las patas y yo gruño. Mi temperamento va empeorando más y más conforme los días pasan y no la tengo de cerca. Oh Cassie, mi Cassie que está feliz y en calma. La Cassie que se encuentra en un calvario y ve la felicidad en ojos de una persona que desde luego no soy yo- ¡Por una jodida vez en este tiempo, dejen de hacer ruido!- todos me observan en silencio y preocupados, Foxie gimotea y se levanta para irse a los pies de Cameron. Anne, que estaba en la cocina con Myrna me observa con los ojos bien abiertos y con expresión triste, ella llega arrastrando los píes y me dirige una mueca tristona.

-Yo también la extraño Will, por lo menos ella si se despidió de ti antes de irse-

-Tú no entiendes, yo...-

-¿Te gustaba?-

-Maldición Anne, va más allá de eso. Cass y yo ya teníamos historia y yo la he amado desde hace años ¿Te das cuenta lo que significa perder a la persona que amas, volverla a encontrar y volver a perderla? Nadie entiende esto y yo cada día enloquezco más, su maldita ausencia me consume. La extraño tanto- mis manos se metieron entre mi cabello y Anne suspiró.

-Yo sé que ella te debe de extrañar Will, pero ella ahora debe estar tranquila y es algo que nunca iba a hacer aquí. Tal vez no lo entiendas ahora pero su felicidad era el costo de la tuya y tú elegiste dársela sin nada a cambio. Eres especial en su vida y ella siempre te guardará ese lugar que solo tú conservas en ella-

-No puedo, te juro que no puedo- el escucharla ahora era solo un sufrimiento incesante dentro de mí, era la voz de mi conciencia y era algo insoportable- Saldré a darle un paseo a Foxie, regreso en un rato- Anne sonrió sin decir nada, Cassie veía algo en ella que no podía observar en otra persona. La veía distinta a los demás al igual que a todos. Nos vio especiales como Anne había dicho- Vamos bestia- Foxie no se movió ni un centímetro de los pies de Cameron.

-Bro, tienes que moverte- me daba risa la forma en la que todos nos dirigíamos al perro, a la mascota. Como si fuese uno más de nosotros, aunque siendo sincero, ese perro ya formaba parte de la familia. Foxie se removió un poco y se levantó.

-¿Quieres pasear?- el perro se dejó caer nuevamente. Cameron sonrió y lo tomó por el collar.

-No te están pidiendo permiso viejo, te están diciendo que vayas- el perro se levantó de mala gana y lo até- Dale ordenes, no entiende por las buenas. Como las mujeres- lo último lo dijo en voz alta, pues Anne se encontraba en la sala.

-Jódete-

-Te quiero- dijo riendo Cameron.

-Pues yo no- ella se levantó del sillón y caminó hacía su nueva habitación.

-Que sensible eres con ella- el perro gruñó dándome la razón. Cameron negó sonriendo y continúo leyendo el libro que tenía en las manos. Jalé del collar a Foxie y éste siguió gruñendo- Vamos, ya- el perro se levantó y caminó a mi lado hasta llegar a la puerta. Nuevamente se quedó parado de golpe delante de la puerta- Maldición ¿Porqué nunca puedo salir a pasear contigo? ¡Eres un necio! Eres un mal perro- Foxie dio un gimoteo y se volvió a echar en mis pies.

-Insensible eres tu- Kendra negó- No es su culpa, con nadie se deja. No sé qué demonios espera- ella se acercó hasta él y lo acarició- Venga ¿Quieres dormir?- yo negué aún molesto y tomé las llaves del auto de Kendra y Myrna.

-¿Puedo Kendra?- ella asintió aún mimando a Foxie. Salí de la casa dando bufidos y metiéndome de golpe al auto. No estaba enojado con el perro o con todos los demás, ni mucho menos con Cassie. Estaba muy enojado conmigo mismo, me sentía inútil en todo este tiempo. Me sentía desganado y enfadado con todos. Puse el auto en marcha y como una simple opción decidí hacer una parada en el centro de Sidney. Dejé el auto en un estacionamiento cercano a todo y me puse a caminar sin rumbo fijo, tan solo con la mirada gacha en mis dedos de los píes y con una mueca en la cara.

 ¿Y a donde ir sin ti, Cass? Observé en mis pensamientos su sonrisa bien abierta y sus ojos resplandecientes pero al instante recordé su cara rota el día que nos despedimos. Di un gran suspiro y caminé aún con la mente vaga. Levanté la mirada y observé el coche de Elena Curie estacionarse delante del hospital general. Ella lucía resplandeciente y de inmediato traté de encontrar un recuerdo con algún familiar que pudo haber tenido hospitalizado, pero nada. Dejé a un lado la situación de Elena y seguí caminando sin rumbo fijo.

-¿Oíste que la paciente que trasladaron de Inglaterra despertó?- no era un tema en el que yo estuviera involucrado o no es que la paciente mencionada fuera de mi gran interés, pero aun así, presté atención a lo que ambas jóvenes decían.

-El hijo de Marla fue enfermero de ella, ese chico tiene un brillo muy lindo. Al parecer se conocían ya, la chica es muy bella-

-Marla dijo que su hijo estaba muy encariñado con la paciente y me contó que prácticamente la chica fue trasladada para evitar escándalos-

-¿Qué dices Cheryl?-

-La chica está muy enredada en asuntos legales- la verdad, lo que ambas mujeres ya decían me venía en gana. La cabeza me removía y sentía el estómago vacío desde minutos antes de salir de casa. Ya era una sensación que conocía de tiempo atrás.

EuphoriaWhere stories live. Discover now