Vania me observó discretamente, estaba a un lado de la puerta como si de pronto pudiese saltarle encima. Me analizaba con detenimiento, cosa que por un instante me aterró pues había un brillo de calidez en ella, casí como el de una verdadera hermana sin embargo sabía como reaccionar con actos profesionales y alzaba fuertemente la mirada para analizar mi expresión y la forma en la que reaccionaba a ella.
-Ya lo veo- ella observó con una sonrisa comprensiva a Edward, el cual tenía el cabello alborotado y los labios en una gruesa linea- Ed ¿Quisieras dejarnos un momento? Tu más que nadie sabe que le digo a los familiares de mis pacientes lo mismo. Es incómodo tanto para el paciente como para el médico tener a terceras personas- vaya que mentía y lo hacía de una forma tan sutil que la Cassie de años atrás se tragaría la historia. Edward me observó durante un instante, sin embargo no chistó ni hizo preguntas.
-Estaré en la habitación de al lado- antes de irse encendió la luz y salió de la habitación, salió casi a hurtadillas y cerrando la puerta.
-Cass, no me tomes las cosas a mal, no quiero que te sientas amenazada de estar conmigo a solas-
-No quiero a nadie que me haga preguntas en este momento, ya sea usted sola o con Edward-
-Puedo ser buena persona si me das mi lugar, créeme que vengo por cuestiones de trabajo pero si me complicas las cosas también puedo ser lo más profesional que se pueda. No me importará si eres hermana de Edward, así que necesito que me hables, linda. Sé que tienes voz-
-No quiero hablar, no me siento bien para hacerlo ahora-
-¿Acaso en alguna ocasión escuchaste aquella frase médica que dice que las palabras son las mejores para solucionar un problema? De la falta de comunicación viene a su paso la soledad-
-Es una frase de psicología, nada funcional en mi vida. Gracias por el consejo, muy agradable-
-¿Es agradable?- ella bufó con sarcasmo y caminó rumbo a mi- ¿Sabes por qué esto es tan miserable, Cassie? ¡Tan solo te lamentas! Edward todo el tiempo hablaba maravillas de su hermanita. De que eras un remolino, de que eras tan vivaz, de que creías aún en la vida después de todo lo que pasó-
-No pedí una psicóloga, pedimos a un médico que me quite el maldito dolor-
-Eso es lo que intento- su voz se escuchó baja, muy poco audible pero notable. No comprendí, no entendí que estaba pasando, al menos hasta unos instantes. Maldición Edward, maldición.
-Eres una psicóloga- Vania sonrió.
-Con doctorado. Comencé con medicina general, medica durante mucho tiempo pero con una especialidad en psicología-
-Nada que venga de parte de una psicóloga, nada, es bien percibido. Una pésima experiencia con las personas como tú, gente que no hizo nada más que meterse en mi mente para destruirla. Para destruirme- poco a poco mi espalda fue encorvándose hacía delante, cosa que trajo un dolor inminente y chillé. Vania solamente me observó sin decir una sola palabra.
-No tiene nada que ver la forma en la que te trataron en ese psiquiátrico a un verdadero trato. Es totalmente distinto un psiquiatra a un psicólogo. Tu miedo a la psiquiatría no es medible-
-Y tú que vas a saber del trato que me dieron en ese lugar-
-Lo suficente para saber que ese psiquiátrico fue utilizado por mucho tiempo para internar a personas totalmente sanas para deshacerse de ellas. Lo suficiente para saber que tú no tenías ni una razón mínima para haber sido ingresada-
-Disculpa, ¿Vania?- ella asintió- Disculpa Vania, pero ¿Qué demonios vas a saber de eso? ¿Cómo lo sabes?- poco a poco había subido el tono de voz, tan solo poniéndonos más alertas a ambas y seguramente como desquiciado a Edward.

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Euphoria
Romance*Segunda parte de Parallel* ¿Qué sucede cuando no existe nadie en quien confiar? ¿Qué pasa cuando hasta el amor resulta ser un engaño? ¿En quien confiar en un mundo falso? Todos los sueños se han roto, todo el abismo a regresado. Ya no existe una...