Capítulo 48
Íbamos en el coche con un silencio que inundaba todo el coche. Sergio apartó su mano del volante para poner la radio y, para variar, puso flamenco.
— Ya veo que sigues con tu afición al flamenco. — me reí con nostalgia al escuchar la canción.
— Eso nunca va a cambiar, igual que mi pasión hacia el fútbol, mi familia... — se quedó callado y me dio una rápida mirada. Estaba deseando que añadiese: mi pasión hacia ti.
— Cosas que nunca cambian. — sonreí subiendo el volumen de la música, lo que provocó que Sergio sonriera de oreja a oreja.
Todo el camino fuimos cantando y riendo, como en los viejos tiempos.
Parece que no había pasado nada entre nosotros, como si el tiempo no hubiese hecho mella en nuestra relación.Llegamos al restaurante italiano y nos dieron una mesa en la zona privada – privilegios de ser famoso, digo yo. – Nos sentamos en la mesa y después de pedir nos quedamos en silencio.
— Y bueno... ¿qué tal por Alemania? — preguntó para romper el hielo, aunque con una pregunta algo incómoda para los dos.
— Bien, me encanta Alemania y estar en Dortmund ha sido un sueño. — dije risueña mientras cogía la copa de vino para beber.
— ¿Y por qué has terminado con Marco? — me atraganté con el vino y empecé a toser. — ¿Estás bien? — se alarmó Sergio.
— Sí, sí. Estoy bien. — carraspeé. — Es que me ha pillado por sorpresa la pregunta.
— Perdón, si no quieres responder no...
— No no, no pasa nada. — le corté. — Rompí con Marco porque... bueno... quería volver a España y una relación a distancia... no iba a funcionar. — no mentía, pero me había ahorrado una parte.
— Lo entiendo. — me miró con empatía, pero con algo de duda. — Pues lo siento.
— Ya... — hice una mueca con la boca. — Me he enterado de que tienes un hijo...
— Sí, Sergio Junior. — sonrió con alegría. — Es lo mejor que tengo ahora mismo. — admitió.
— Me lo tienes que presentar, quiero conocerle. Tiene que ser un niño muy simpático y divertido, como su padre. — me miró a los ojos y puedo jurar que mi corazón casi estalla.
— Sof... — el sonido del teléfono móvil le cortó. Miró la pantalla y su cara cambió completamente. — Disculpame, tengo que cogerlo. — se levantó con el móvil en la oreja y caminó unos cuantos metros hasta estar lo suficientemente lejos.
Pasaron unos cinco minutos en los que Sergio parecía estar discutiendo y yo sólo quería saber con quién hablaba por la forma en la que había reaccionado.
Al cabo de dos minutos más colgó y volvió a sentarse, dejando el móvil con frustración.
— ¿Pasa algo malo? — pregunté preocupada.
— Estaba hablando con Pilar... sobre la custodia de Sergio. — suspiró pasando sus manos por su cara con signos de frustración.
— ¿No te llevas bien con ella? — pregunté extrañada, pues cuando Pilar vino a verme a Dortmund me contó que no tenían mala relación.
— Nos llevamos normal pero tenemos que aclarar con quién se queda Junior los días de diario, las fiestas, los fines de semana... es muy agotador, sigue siendo muy cabezota. — cogió la copa de vino y se la terminó.
— No te preocupes, llegareis a un acuerdo. Pilar es una mujer sensata y buena.
— ¿Y tú cómo sabes eso? — me interrogó el camero.
— Eh... pues... no sé, lo supongo. — intenté improvisar nerviosa.
— Ya... bueno, ¿de qué estábamos hablando? — preguntó volviendo a poner su peculiar sonrisa.
— De que Sergio es igual de divertido y simpático que tú. — me reí.
— Lo es, aprende de su padre. — rió. — Todavía no comprende que su madre y su padre no vivan juntos, pero se acostumbrará.
— ¿Y cómo lleva que su padre esté con otra mujer que no es su madre? — pregunté, quería saber qué relación tenía Savanna con su familia.
— Bueno... digamos que Junior y Savanna no se llevan muy bien. — arrascó su nuca. — Sergio no quiere estar con ella nunca y Savanna no hace esfuerzos para estarlo.
— Ya... a lo mejor no le gustan los niños. ¿Y cómo se lleva Savanna con tu familia? ¿Ya la has presentado?
— Sí, ya la conocen. — habló con un tono de pesadez.
— ¿Y qué opinan de ella?
— A mi madre no le gusta, mi padre y mi hermano dicen que es una busca fama y mi hermana no la puede ni ver. — sonrió irónico. — Y eso que todavía no conoce al resto.
— Pero si Savanna es una chica encantadora, no lo entiendo. — mi cabeza intentaba dar una explicación pero no la encontraba.
— Yo tampoco lo entiendo, me dicen que no es tan buena como creo, que es una antipática e hipócrita. — Sergio habló con enfado, pues su familia no aceptaba a su novia. — Me dicen que preferían a Pilar.
— ¿Cómo es posible que digan eso? Savanna es la persona más amable, simpática y buena que conozco. — Sergio tenía cara de enfado e iba a peor.
— Lo sé, mi familia va en mi contra. No aceptan que sea feliz con alguien a quien no conocen, empiezo a no soportarlos.
Que Sergio diga eso es lo más raro que he podido escuchar, lo que me hace pensar que Savanna puede que no sea quien dice ser.
Pero lo averiguaré, descubriré lo que Savanna esté haciendo porque le perjudica a él.
— A lo mejor tu familia tiene razón, Sergio. — dije eso en voz alta, cuando era un pensamiento.
— ¿Tú también la odias? Pero si es tu amiga. — su cara era el vivo reflejo del enfado.
— No la odio, y no es mi amiga. Sólo digo que posiblemente tu familia diga la verdad, ¿para qué iban a hacerte daño? Ellos te quieren. — intenté coger su mano pero la apartó rápidamente.
— Pues lo están haciendo al no aceptar mi relación con Savanna. — se levantó del asiento. — Y tenía la esperanza de que tú serías la única que me apoyaría, pero ya veo que me he equivocado. Sigues siendo la misma egoísta de hace 6 meses. — tiró la servilleta y salió del restaurante de mala gana.

BINABASA MO ANG
Mejores Amigos. Sergio Ramos
FanfictionSergio y Sofía han sido mejores amigos toda su vida, pero a los 19 años Sergio es fichado por el Real Madrid CF y se tiene que ir de Sevilla. No han vuelto a saber nada el uno del otro, pero por circunstancias se volverán a encontrar en la capital e...