Capítulo 23: Un pajarito

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Hace media hora estaba despierta, con mi teléfono, en mi cama. Fingiendo estar dormida. Sabía que hoy mis "amigos" me habían organizado una pequeña fiesta para celebrar mi ingreso a la universidad.

—¿Se puede? — escuché tras la puerta la conocida voz de Aida.

— Adelante —le di permiso.

—¡Felicidades Universitaria!—corrió hacia mí y se tiró encima para abrazarme.

Había peleado con Aida la última vez que nos vimos, pero era mi amiga de la infancia. Y se comportaba como "tonta" cuando estaba su prima. Cuando estábamos a solas era dulce y cariñosa.
Después de todo era la única que se preocupaba por mí en Jerez, sin contar a mí Nana que sería como mi abuela.

— Gracias —sonreí y se sentó en la cama.

— Levanta, que hay que celebrar — levantó sus brazos. — Vamos, mujer, levanta.

— Ya voy...

Me duché y me cambié para ir a su casa. Todos habían quedado de encontrarse ahí, a mi padre nunca le habían gustado las fiestas aunque no estuviera.

— Adivina quien va estar ahí — mordió su labio mientras conducía su auto.

— No sé, dime —le bajé el volumen a la radio.

— Adivina, te va a encantar —se detuvo en un semáforo en rojo. — Es una sorpresa.

—¿Será Christian Grey? —coloqué mis dedos en mi mentón.

Ella rió.

— Mejor. Bueno, no tanto —volvió a poner el auto en movimiento.

—¿Peeta de "Los juegos del hambre"? — negó — ¿Thomas de "The maze runner"?

— Ya llegamos, ya verás —estacionó el auto frente a su casa.

Nos hicimos unas cinco selfies y luego entramos a su casa.
Como me lo esperaba, globos flotando en tonos pasteles. Alguna que otra guirnalda. Y una barra de cócteles y una de bocadillos. La puerta de cristal que daba a su patio estaba abierta y había algunos jugando en la piscina. Reconocí a Candace entre los que estaban en el living.

Era temprano, ni siquiera había desayunado pero Aida siempre había sido apurada.

-¡Felicidades! — gritaron todos los chicos que estaban en el living.

Reí y algunas chicas conocidas se acercaron a saludarme.

—¡Sorpresa! —apareció Max desde la cocina.

No esperaba verlo, después de como habíamos terminado.
Él exigiendo que le entregara mi virginidad y yo en completo desacuerdo.

— Max — murmuré.

Se veía diferente, se había cortado el cabello pero le quedaba bien.

—¿Cómo estás, princesa? — besó mi mejilla.

— Bien — lo miré nuevamente de pies a cabeza.

— Yo los dejo a solas —hizo una mueca Aida y desapareció.

— ¿Vamos afuera? — preguntó ofreciéndome una cerveza.

— No, no desayuné — lo miré.

— Entonces te busco un licuado de frutas — dijo y asentí.

Me sentía nerviosa, porque era una fiesta organizada para mí y también porque hace mucho que no veía a mis amigos de Jerez, aunque me hubiese gustado que Nuria y los chicas estuvieran aquí también.
Maxwell me trajo mi bebida frutal y fuimos a la parte de la piscina.

¿Un Doctor Enamorado? |Valentino Rossi|VR46Donde viven las historias. Descúbrelo ahora