Capítulo 21: Turbulencias

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Él se fue dejándome más que confundida.
Pero tenía algo claro, evidentemente pasaba algo entre nosotros; y ese algo no sólo me pasaba a mí sino que a él también. Por eso hacía lo que hacía, de lo contrario no tenía explicación alguna. 

Tenía claro que él tenía novia y ese rollo, lo que me confundía era ¿Por qué me buscaba? ¿Por qué buscaba estar a solas conmigo?

Me mortificaba la situación.
Cuando la hora de la carrera llegó, Valentino estiró frente a la moto y la montó para ir a la grilla. Me dedicó una rápida mirada aunque yo sólo vi el plástico de su casco que únicamente me reflejaba a mí.
Unos minutos antes me había entregado su arete, sin decirme nada, aunque yo sabía que debía guardarlo. La pequeña pieza plateada brillaba en mi mano.

—¿En qué piensas? —dijo Uccio acomodándose para ver la carrera a mi lado.

—En Vale... —estaba por responder a la ligera pero me di cuenta de lo que estaba diciendo — Valentía, hay que tener valentía para subirse a una moto.

—Ah, seguro — dijo y bajé mi vista al suelo.

La carrera empezó y las vueltas comenzaron a disminuir. Vuelta tras vuelta el asunto comenzaba a tornarse más interesante. Valentino era tan veloz que permanecía entre la primeras posiciones. Uccio se movía en la silla, como si él estuviese en la pista.

—¡Quédate quieto! Me pones más nerviosa — puse la mano sobre su hombro para que frenara esos incesantes movimientos.

Mis nervios aumentaban a la misma velocidad que las motos.

Márquez y Dovizioso no le daban tregua a Valentino. El corazón se me detuvo cuando vi a Valentino cruzar la bandera a cuadros en primer lugar. Grité y automáticamente abracé a Uccio.
Estaba odiando a Valentino pero había hecho una gran carrera. Lo odiaba porque de cierta forma él tenía un poco de control sobre mí. Detestaba como me hacía lo que quería, y para mi suerte no me había dado un beso; pues eso me iba a confundir más de lo que ya estaba.

—¡Yo sabía que podía! —dijo Uccio.

Luego de abrazar a Uccio por segunda vez fuimos a pararnos frente al corralito, donde Valentino aún no había llegado.

—¡Es un genio! —apareció Sheila al lado de Uccio. Por fin escuchaba su voz.

Era más bonita de cerca, y ya veía porque Luca estaba perdido por ella.

Uccio sujetó la cabeza de la chica y le plantó un beso en la frente.

Cuando Valentino apareció con la moto en el corralito fui consiente de donde estaba. Le entregué el arito a Uccio.
Sin darles explicaciones a nadie me alejé de la multitud y fui hasta el box, que estaba casi vacío.

Luego de la celebración, las fotos, las entrevistas y la rueda de prensa se podía decir que el Gran Premio de Argentina había terminado.
Hacía mucho calor así que fui a tomar una ducha en el hotel antes de emprender el vuelo.
Me había colocado mis auriculares porque no quería escuchar a nadie.
Me senté en el fondo. Para que nadie pueda verme mientras intentaba dormir.
Y como por arte de magia mis párpados comenzaron a bajar.
Antes todos habían festejado pero ahora todos hacían teorías e hipótesis del por qué Valentino había sido tan veloz.

—Tengo algo más divertido que eso... —dijo Valentino, haciendo que olvide mis intenciones de dormir. Apenas lo había escuchado.

Miré como quitaba mi mochila que estaba en el asiento de al lado y la colocó en la butaca del frente, que estaba vacía; sí que estaba sola. Se sentó a mi lado sin pedir permiso.

Me quité los auriculares y noté la computadora que tenía bajo el brazo. Encendí mi celular para ponerle pausa a la música.

Abrió la laptop y le dio Play al video que estaba reproduciendo.

—¿Por qué? —dije pensativa mirando la pantalla, era la carrera de hoy. Aunque yo quería preguntarle por qué hacía lo que hacía conmigo.

—Es distinto verla ahí, que cuando estás en la moto —aclaró. Yo tenía la casi nula esperanza de que en realidad le viera el otro sentido a mi pregunta.

A medida que se reproducía el video él me explicaba cosas, algunas entendía, y otras, pues sólo asentía para que se quedara conforme. Pero no podía ignorar el hecho de que la última vez que lo había visto me había molestado.

Cuando la carrera finalizó en su laptop, Valentino la cerró y colocó sus codos sobre la mesa, sus dos dedos pulgares estaban en sus labios; esos labios que antes había casi besado. ¿Estaría pensando lo mismo que yo?

Me recosté en mi butaca.

—No debiste escuchar lo de Linda —lo miré sin decir nada —Esa llamada era...

—¿Entre novios? — lo miré un poco molesta —¿Entre novios? — volví a preguntar. Porque no me respondía nada.

—No era mi intención que la escuches —dijo y abandonó su posición anterior para mirarme —Es que me agarró desprevenido.

—Ah, claro, si hubieses estado listo tendrías un condón virtual —hablé sarcástica.

—Ese no es el caso, el caso es que no debiste escuchar... —volvió a hablarme.

—Te pedí que me dejaras ir mucho antes —los recordé.

—No esperaba que ella me llamara —justificó.

—Ella puede llamarte cuando quiera, es tu novia. —hablé.

Se quedó callado unos minutos, y se acomodó en su asiento. No tenía nada que decirme.
Incómoda por la situación me dispuse a pararme para buscar un lugar diferente en el avión pero su mano en mi pierna me detuvo.

—No vamos a comenzar de nuevo —lo miré enfadada. Pero su mano no se movió, obligándome a que volviera a sentarme.

Cruzada de brazos y con el ceño arrugado me quedé en mi lugar.

Una corriente de aire hizo que el avión se sacudiera.
El movimiento me molestó, abrí mis pesados párpados y tomé conciencia de que aún seguía en el avión.
Me había dormido. ¿En qué momento?

Intenté ponerme derecha en mi asiento pero tenía una mano encima de mí que me inclinaba.
Froté uno de mis ojos para ver que sucedía y vi a Valentino dormido a mi lado.
Su respiración era lenta, y yo tenía mi mentón apoyado en su pecho, así que subía y bajaba. Que perfume exquisito. Sentía el sereno palpitar de su corazón. Su brazo era tibio, como todo en él.
Me tenía abrazada a él.
Lo miré por última vez, tan tranquilo, sin preocupaciones y sobre todo sin discutir conmigo y me acomodé para dormir de nuevo. Lo abracé mejor, como si fuese el peluche con el que dormía en mi cama, y cerré los ojos.

N/A:

Pues aquí capitulazo...

Chicas! Me temo que pronto voy a comenzar la escuela y no sé si voy a poder subir con tanta periodicidad ♡...

UwUr

Las quieroooo bellas

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