Las puertas del gran palacio de Meduseld se abrieron dejando paso al guardia y a la joven Arian, que intentaba forcejear para que la dejasen libre.
Todos los allí presentes los observaron, susurrando cosas y sin quitabar ojo de sus movimientos.
— ¡Soltadme! ¡No soy una espía! ¡Vivo aquí desde que mi madre me sacó de su cuerpo! — chilló ella defendiéndose.
El rey Théoden y los forasteros se quedaron mirando aquella escena con curiosidad. El soldado se acercó ante ellos y al ver la expresión del Rey pidiendo una respuesta ante aquel número, habló.
— mi señor, esta muchacha ha querida salir de la ciudad con su caballo embrujado y creemos que puede ser una espía de Saruman. Creemos que es una bruja, ha podido controlar el caballo con un encantamiento...
Théoden miró confundido a su servidor y luego observó unos metros más allá a la muchacha, que estaba entre dos soldados que la sujetaban por los brazos.
— traerla ante mi — ordenó
Él asintió, y mandó a sus ayudantes que la llevasen ante el Rey.
Cuando ya hubo estado a escasos metros de Theoden, Arian quedó intimidada con su presencia y la de aquellos forasteros, asi que bajó ligeramente su cabeza, mientras hacía una graciosa pero elegante reverencia.
— ¿De qué se os acusa, mi señora...? — dejó la palabra en el aire para que ella pudiera contestar.
— Arian, mi señor. Arian Pemberton. — le contestó. Rápidamente Aragorn, que estaba un poco ausente, al oír su nombre giró su cabeza para observarla. Sus ojos azules analizaban a la joven cada rasgo, cada detalle... Todo.
— Y de que se te acusa, Arian Pemberton... — comentó el Rey sorprendido porque hayan traído a aquella chica que no debía superar los 25 años.
— En realidad, mi señor, solo quería pasear con mi caballo por las afueras de la ciudad, no estaba informada de que usted había prohibido la salida de Edoras, por lo que entienda que mis intenciones no son malas. Se me acusa de ser una espía, cuando ni siquiera he visto a ese mago blanco Saruman del que tanto se habla.
— También se le acusa de ser una bruja, joven Pemberton. — le explicó el Rey.
Ella soltó una carcajada sarcástica y añadió:
— Perdone, pero no creo que decirle dos palabras en élfico sea algún acto de brujería. Además, ese caballo lleva conmigo desde que cumplí 12 años, me tiene confianza y sabe que no le traicionaría. — habló ella, mientras Legolas le miraba atento.
— ¿Sabéis élfico? — preguntó Aragorn curioso.
— apenas unas palabras, mi señor, no se formar una oración entera. Mi padre me enseñó algo, pero muchas de las palabras se me han olvidado. — la observó con una pequeña sonrisa.
— Bueno, Arian, no niego de tu veridicdad, pero estamos en guerra y no podemos arriesgarnos a nada, así que me temo que tendrá que pasar unos días encerrada — le habló Théoden. Ella abrió los ojos sorprendida. No podía creerse lo que estaba oyendo. ¡No era una traidora! ¡Nunca traicionaría a su pueblo! ¡Lo daría todo por este!
— Pero mi señor ¡yo no soy una traidora! Además, no tenía conocimiento alguno de la prohibición de salir al exterior, ¿Acaso pretendéis que lo adivinemos? — preguntó con una insolencia que a los pocos segundos se arrepintió de dejar escapar de su boca.
— en ese caso mi señor, permita que me intrometa, pero la muchacha tiene toda la razón. — comentó Aragorn acercándose al lado del Rey. Arian, intentó ocultar una sonrisa al ver a aquel simpático forastero que le estaba dando la razón.

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Memorias de Rohan ━━ lotr ©
Fanfiction.:: ¡¡SIN EDITAR!! ::. Todo el mundo es libre de elegir su destino. Excepto Arian, una joven rohirrim obligada por su madre a hacer las tareas de mujeres. Sin embargo, ella sabe que lo suyo no es estar cocinando, tejiendo o bordando. Arian heredó...