Hércules

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Hércules siempre había intentado ser el primero en todo, desde deportes hasta en la clase de matemáticas. Intentaba hacer bien todo lo que proponía, pero para su padre, un importarte empresario, nunca era suficiente. Aunque a una parte del joven no le importaba realmente lo que él dijera, siempre y cuando él mismo supiera que había dado todo lo que tenía y había podido ayudar a alguien en el proceso.

Bueno, hacía las cosas bien excepto en lo que respectaba con Meg. Hércules la había visto en unas pocas de sus peleas clandestinas con algunas amigas, pero ella no lo miraba como si fuera oro puro, sino como algún cacharro viejo que estuviera intentando descubrir para que sirviera.

Las peleas clandestinas eran el único lugar donde Hércules podía ser él mismo, sin tantas presiones por parte del mundo. Amaba como el público lo alentaba y apostaba a su favor, como contenían el aliento cuando un puño pasaba cerca de su rostro y él se movía en el último momento y como silbaban cuando asentaba el golpe final. Adoraba el sudor por el esfuerzo que corría por su cuerpo y la adrenalina que fluía en sus venas al enfrentarse a algún contrincante poderoso. Las peleas eran la única actividad que no estaban reguladas por su padre, puesto que él no conocía su existencia. Si Zeus supiera la verdad... bueno, Hércules no quería ni imaginarse las consecuencias que eso podría tener.

Desde aquella vez que Meg fue a una de sus peleas, la curiosidad por aquella menuda chica le picó y la empezó a seguir a donde quiera que fuera. Ella había sido la primera que había conocido que no había caído desfallecida a sus pies. Él intentaba que los encuentros fueran casuales, como un saludo en los pasillos del colegio o una charla antes de que las clases comenzaran, pero Meg siempre intentaba evitarlo -no siempre de forma muy amable- y Hércules no podía entender por qué si él intentaba ser amable con ella para poder comprenderla.

Entonces Hércules empezó a ir a los ensayos de teatro de Meg, sentándose en los últimos asientos del teatro para que ella ni nadie se percataran de él. Solía observarla con la boca abierta por la impresión al ver como se desenvolvía en su papel, como dejaba de ser esa chica que lo miraba con desprecio cada vez que él intentaba acercarse. Amaba verla reír como una tonta adolescente o pretender fumar un cigarrillo como una madre soltera. Eso sólo hacía que la curiosidad de Hércules creciera y quisiera conocerla más profundamente.

No quería admitirlo tan pronto, pero anhelaba pedirle una cita y, si se daba, poder besarla. Estaba obsesionado con los carnosos labios de Meg, no podía apartar su vista de ellos cada vez que la chica recitaba alguna línea. Hércules jamás le había pedido una cita a nadie. A decir verdad, nunca había salido con una chica formalmente, ninguna había captado su atención. Pero había algo en Meg... no sabía que era, pero quería descubrirlo. 

Lo que Hércules desconocía era que, en lo más profundo de Meg, ella también sentía la misma curiosidad por él. Pero las advertencias que su padre le había dado desde pequeña resonaban en su cabeza como un molesto zumbido, y no podía hacer nada para no pensar que aquel chico le rompería el corazón en miles de pedazos.

Aquel sería el primer amor y ambos y, como todas las cosas que suceden por primera vez, ninguno saldría intacto.

N/a: ¡No me maten! 😖 que tardé milenios en actualizar pero es que estoy concentrada editando mi novela, coescribiendo otra, terminando otra historia y hasta hace poco volqué toda mi atención en una historia corta para un concurso (el primero en el que participo asdfghjklñ) (el que la quiera leer, la historia se encuentra en "sobre enamorarse [y otras formas de caer]" con el titulo de "relato de una obsesión". Esa es la versión extendida que no presenté en el concurso porque me había pasado del limite de palabras 😤)
Y, para rematar la cosa, tenía cero inspiración para escribir acá. Pero vi esos 50k en leídos y me dije "No. No podes ser tan hija de puta, no hacer un esfuerzo y no escribir esto" así que me obligué a escribir y ¡voilà!
Espero que les haya gustado y sepan perdonarme 💕

Princesas que no son princesasWhere stories live. Discover now