Capítulo 51

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Sophie

La clase termina en cuanto el profesor deja de hablar, así que agarro mi bolso, lo cuelgo en mi hombro y salgo de clase. Al instante, el pasillo se llena de estudiantes que al igual que yo, acaban de salir de sus clases.
A mitad de camino por el pasillo, veo una cara muy familiar no muy lejos de mi: Alice. Quién en cuanto me ve, viene casi corriendo hacia mí con una sonrisa amplia, y me envuelve en un abrazo efusivo.



—¿Dónde te has metido? –digo, separándome de ella–. No has venido las dos primeras horas.


—Estuve con Tony, ya sabes... –me guiña un ojo y ríe–. Se me hizo tarde entre una cosa y otra, y bueno... al final he tenido que venir ahora.



Sé perfectamente a lo que se refiere, ni si quiera hace falta que me lo diga. Con solo ver su cara despejada y esa sonrisa amplia en su boca que ilumina su rostro y muestra felicidad, es más que evidente que lo pasó muy bien anoche, y esta mañana también.



—Ya veo...
–respondo.


—Creo que tienes muchas cosas que contar, ¿no?
–dice sonriendo, con una sonrisa traviesa en sus labios.


Me agarra del brazo y comenzamos a caminar en dirección hacia la cafetería;



—No sé a qué te refieres.
–respondo, haciéndome la tonta.


—Yo creo que sí. Sábado noche, tú, Grayson, su casa... ¡Ya puedes empezar a contarme!
–dice emocionada.



Una risa nerviosa y tonta escapa de mi labios.
Ay, dios... ¿cómo empiezo a contarle?
No sé ni cómo ni por dónde empezar, porque ni yo misma entiendo cómo pasó todo.



—No hay mucho que contar... –suspiro–, estaba borracha, no quería ir a casa y Grayson me llevó a la suya.


—¿Y...?
–dice emocionada, esperando que cuente más.


—Me dormí en su coche. Grayson me llevó en brazos hacia su casa, a una habitación de invitados y...



—¡Te lo tiraste!
–exclama interrumpiéndome, y llamando la atención de las demás personas que están sentadas cerca de nosotras.





Siento mi rostro ponerse rojo como un tomate. Miro hacia alrededor y veo alguna que otra persona mirando hacia nosotras, pero rápidamente se giran y vuelven a lo suyo como si no hubiera pasado nada.

Alice ríe, y veo que sus ojos están llenos de emoción y curiosidad, por saber más sobre lo que pasó entre Grayson y yo.



—Shhh. ¿Por qué tienes que gritarlo a los cuatro vientos? A nadie le importa mi vida sexual.


—Así que, sí, te lo follaste.
–habla ignorándome, y ahora, en un tono de voz normal y bajo.


—No, esa noche no. Fue al día siguiente por la mañana... no sé ni en qué momento pasó todo, pero simplemente pasó.


Alice ríe, emocionada y contenta. Está disfrutando del momento.



—¿Cómo fue? ¿Dónde fue? ¿Qué tal folla?


¿Un mafioso enamorado? •EDITANDO•Where stories live. Discover now