Mairena.
Un sol brillante, radiante, da las buenas nuevas de que un nuevo día ha empezado.
Miro el reloj y me sorprendo al ver lo tarde que es, una de la tarde, ¿desde cuando duermo tanto? Sonrío. Ayer Raúl y yo nos acostamos tarde, ¿que hora era cuando regresamos al hotel? Casi la una de la madrugada, seguro.
Me siento y alargo la mano para tomar de la mesita de noche el caracol que Raúl me regaló, lo tomo y lo observo unos segundos, es muy hermoso. Lo llevo a mi oreja y sonrío al escuchar el sonido del océano. Una declaración de amor.
Lo dejo a un lado de la cama y me pongo en pie, sin más tiempo que perder entro en el cuarto de baño y me desvisto.
Me doy una larga ducha.
Una vez salgo me visto con un corto vestido de color hueso, me pongo unas sandalias y peino mi cabello. Me aplico un poco de loción, al igual que crema hidratante en el cuerpo y en la cara.
Lista.
Salgo de la habitación e inmediatamente me llega el sonido de voces. Mi madre y Anto han de estar despiertos desde hace tiempo. Camino por el corredor hasta llegar a la amplia sala. Me detengo.
Ahí están, sentados en el sofá, hablando animadamente como si fuesen amigos de toda la vida. ¿Desde cuando hay tanta confianza?
- May, hasta que por fín despiertas.
Anto se me acerca y me abraza por la cintura. Sonrío y le doy un beso en ambas mejillas.
- Me has dejado agotada, ¿que esperabas?
Él chasquea la lengua y se cruza de brazos. Mira hacia atrás, hacia mi madre y Raúl y se acerca un poco más a mi.
- Ya estamos al tanto de todo.
¿De todo? ¿Eso quiere decir que saben que Raúl y yo somos novios, o que me escabullí de la habitación en mitad de la noche, o ambas cosas?. Miro a Raúl, él me mira y sonríe.
- ¿Que quiere decir eso? ---inquiero en voz baja---
Él sonríe.
- ¿Que más, May? Pues que ya sabemos que vosotros dos estáis de novios.
- ¿Eso te agrada cierto?
- Si. Raúl me cae muy bien. Ya sabia yo que habías quedado prendada por él desde que lo viste en el hospital.
Sonrío y le golpeo suavemente en el brazo.
- Deja de decir chorradas.
No espero a que responda, retomo mi camino y me acerco a mi madre y a Raúl.
- Buenas tardes. ---saludo---
Mi madre me observa con una enorme sonrisa en su rostro, yo intento pasarla por alto. Raúl por otro lado me mira con esos dorados ojos y siento que se me va la respiración.
- Buenas tardes ---responde---
- Nunca te había visto dormir tanto. Anto ha tenido que dejarte exhausta.
Raúl y yo intercambiamos miradas y sonreimos
- No te imaginas, mamá.
Ella nos mira a ambos y se pone en pie.
- Iré a pedirte algo para comer.
- Vale, mamá. Gracias.
Ella se aleja y yo me siento junto a Raúl en el sofá. Se ve muy guapo, aunque el siempre lo está.

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Amor Real (Terminada)
RomanceHay amores que no se conocen, se reconocen. Hay amores que no nacen, simplemente crecen. Hay amores elegidos, y otros predestinados. Hay amores reales.