Dame un besito, Livi.

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Louis.

Invité a Livana para ver una película, aunque era una tonta excusa para pasar un rato con ella. Cuando los chicos me invitaron a los bolos y rechacé amablemente la invitación, cada uno de ellos hizo sus particulares burlas y todas tuvieron que ver con Livana. La cosa es, que ellos tenían razón, no iba a los bolos con ellos porque pasaría tiempo con la chica que me gusta y si todo sale bien tal vez me arme de valor y le pida que sea mi novia.

Livana llegó hace unas horas y ahora se encuentra recostada a mi lado en mi habitación, su cabeza está sobre mi pecho, desde esta altura puedo oler el exquisito perfume que está impregnado en su cabello. Es increíble como ese olor puede nublar mis sentidos.

—¿Estás dormida?—pregunto al no querer seguir en silencio. Quiero charlar con ella.

—No, pero estoy a punto de estarlo.

—No te duermas—advierto—, eres algo difícil para levantar.

Y no miento, esa chica no la puede despertar ni un terremoto.

—Entonces quita esa película, me muero del aburrimiento—se levanta y se sienta con las piernas flexionadas—. Tengo una idea. ¿Jugamos a las diez preguntas?

—¿Eso es un juego?—Podríamos jugar a aguantar la respiración mientras nos besábamos, eso es más divertido.

—Es un juego para las personas que quieren conocerse.

Besarse también es un juego divertido para conocerse, pero no quiero hacerla enojar por lo que asiento aburrido.

—Uhg, de acuerdo. Empieza tú.

—Uhm, ¿eres alérgico a otra cosa? Aparte de la canela.

—Solo la canela es mi Kryptonita. ¿Cuántos novios has tenido?—la miro con una sonrisita. Es una muy buena pregunta.

—Cero—No me sorprende, Livana no es muy sociable que digamos—. La misma pregunta para ti.

—¿Cuántos novios he tenido? Considerando que soy heterosexual, ningún novio—bromeo en vez de responder.

—¡Louis!

—No tengo novias—Pero quiero que tú seas la primera.

—Todos los intocables decían lo mismo y mira como están.

—Es cierto, tal vez hay una chica por ahí que me gusta mucho—menciono tomando su mano acercándome. Tal vez es el momento de ponerme los pantalones y hacerle la pregunta—. ¿Actualmente te gusta alguien?

—Sí.

—¿Quién?

—Es mi turno, lisitillo—hago una mueca, es el turno de ella para burlarse de mi—. ¿Cuál es tu mayor miedo?

—Wow, eso es una pregunta profunda—Beso su mejilla y coloco su palma derecha en la espalda para acariciarla—. Que mi padre logre salir de la cárcel, supongo. ¿Te gusto?

—Vaya que directo.

—Responde, Livana—nos observamos fijamente a los ojos.

—Creo que es obvio, ¿no?

—Si me das un besito creo que ahí sí puede ser obvio—coloco mis labios en forma de piquito haciéndola reír. Me encanta hacerla reír—. Dame un besito, Livi.

—¿Livi? Pensé que no te gustaba acortar mi nombre.

—Y no me gusta, solo quiero que te enternezcas y me des un besito.

Los Intocables | Los Intocables #0Where stories live. Discover now