Una Navidad con Los Intocables.

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Una Navidad con Los Intocables.

Segunda Parte.


Víspera de Navidad.

Connor.

Terminaba de vestirme para la cena navideña a la cual no asistiría, solo bajaría, aparentaría y luego saldría por la puerta trasera de mi casa, estaba totalmente nervioso, Louis aún no nos había explicado totalmente lo que íbamos a hacer, solo nos dijo que nos veríamos en el parque del condado a las doce y punto para hacerle una pequeña broma a los que estarían allí con sus familiares.

Me miro por última vez al espejo, papá me había comprado una corbata de un color horrible para colocármela, extrañaba mucho el buen gusto de mamá. Una lágrima escurridiza hace su camino por mi mejilla, la seco rápidamente y procedo a bajar encontrándome en el camino a mi melliza.

—No quiero bajar, Connor—me dice ella con una mueca en sus labios.

—Yo tampoco, pero no nos queda de otra que aparentar por unos minutos que somos una familia completa—Sophie se acerca y luego me abraza con fuerza.

— ¿A dónde vas?—susurra.

—¿De qué hablas?

—Sé que vas a ir a algún lugar, Connor, te conozco.

Lamentablemente, Sophie y yo al ser mellizos teníamos una especie de conexión que era irrompible. Le expliqué lo que iba a hacer, era tonto no decirle, de igual manera se iba a dar cuenta tarde o temprano. Luego bajamos y actuamos de la mejor manera, hasta que vi que mi reloj marcaba las once y cuarenta, debía partir. Me excuse con ir al baño, me levante del sofá y me dirigí a la puerta trasera.

Espero que todo salga bien.

Bart.

—¡Mamá, no dejes que papá cocine por favor!

Mi padre quería cocinar nuevamente, esta vez la cena navideña. Él en realidad quería asesinarnos a todos, no porque la comida sea mala, sino porque que mi padre tenía algún complejo de pirómano y cada vez que cocinaba una parte de la casa se terminaba quemando.

—Bart, hijo, tu papá lo hará bien esta vez.

Mi mamá aún tenía esperanza de que no muriéramos calcinados en casa a causa de papá, yo la había perdido hace un montón de tiempo.

—Sigue soñando—porfío poniendo los ojos en blanco.

—¡Bart, respétame!

—Sí, Bart, respeta tu madre.

Mama odiaba que volteara mis ojos, ella dice que si un pequeño viento sopla en mis ojos éstos podrían quedarse así para siempre, cosa que no le creo. Mi mamá adora meterme miedo.

—Bartolomeo, ¿podríamos pasar unas navidades tranquilas?—Papá se me acerca y coloca su mano en mi hombro—. Tienes que dejar de ser tan... Escucha hijo, debes dejar esa actitud, no es sano ni para ti ni para nosotros, inténtalo como yo lo voy a hacer para no quemar la casa.

—Está bien papá—contesto en un suspiro.

Y no haré nada malo aquí porque lo haré afuera de casa. Cuando veo que ambos están distraídos aprovecho y me escabullo por la ventada de la sala... ya falta poco para que la broma inicie.

Tristan.

—Abuela, ¿crees que mamá se moleste si no como de su pavo?

—¿Por qué no quieres comer de su pavo?—inquiere ella con su voz melodiosa.

Los Intocables | Los Intocables #0Where stories live. Discover now