Adiós - Aiteda

·Primeros Reencuentros·

En cuanto Roi escuchó el agua caer desde el baño salió de la habitación intentando hacer el menor ruido posible.Sacó su móvil del bolsillo para volver a mirar el número de habitación de Ana.Caminaba deprisa por el pasillo debido a que como mucho tendría 15 o 20 minutos,el tiempo que tardaría Cepeda en arreglarse,aunque también era porque quería ver a Ana.

La canaria le había mandado un mensaje unos diez minutos antes avisándole de que la catalana ya había abandonado el hotel.Una vez que llegó a la planta indicada caminó por el primer pasillo intentando mirar el número de la habitación.Cuando se encontró junto a ella no supo que hacer.No tardó en bloquearse.

Ana.

Esa persona que lo había apoyado,esa que se había tirado largas noches ayudándole con la coreografía de alguna canción,esa que había soportado largas conversaciones a la hora que fuera sobre diversos temas.Ana era esa persona que se enfadaba de verdad,a la que le molestaban las cosas y que después el tenía que currárselo para que ella le perdonara.Ana no era su amiga,Ana era su hermana.

Pegó con los nudillos en la puerta.Esperó unos segundos hasta que escuchó los pasos de Ana caminando hacia la puerta.Roi se había echado esa colonia que tanto le gustaba y que había bautizado como "olor a Roi" debido a que nunca se acordaba de el verdadero nombre.

La puerta se abrió.Roi la miró y la abrazó.La canaria se aferró a el con todas sus fuerzas mientras el la levantaba del suelo y comenzaba a dar vueltas con ella.Ana rió al darse cuenta de que Roi olía a Roi,rió al darse cuenta de que lo estaba abrazando de nuevo y lloró al percatarse de lo mucho que lo había echado de menos.

—Hueles a Roi—dijo al separarse de el entre lágrimas.Roi sonrió con los ojos también anegados de estas.

—Sí—exclamó antes de darle la mano a Ana.La canaria le apremió para que ambos entraran en la habitación.

—No me puedo creer que estemos haciendo esto,que estemos aquí,no me lo creo—dijo mientras Roi la agarraba con suavidad de las manos.

—Pues aquí estamos Ana,tenemos que arreglar esto—ambos se habían visto rápidamente obligados a volver a unir al grupo.

—¿Cuanto tiempo tienes?—preguntó Ana,tenían que arreglar algunos aspectos de el plan Aiteda.Tendrían tiempo para seguir poniéndose al día,aunque no tardarían en hacerlo y eso era algo de lo que ambos estaban seguros.

—¿Con lo que tarda Cepeda en ducharse? 10 minutos,si es un puerco.—ambos rieron.Ana secó las lágrimas con las manos y miró a Roi.Ambos se sentaron sin saber muy bien como actuar,como hablar con el otro.Pero comenzaron ha hablar,comenzaron con las bromas y todo volvió a sentirse como si estuvieran en casa.Eran otra vez Roi y Ana solos,era hermanos,eran amigos,eran un apoyo mutuo.

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Amaia y Alfred cruzaron las puertas del hall del hotel.Esperaban no haber sido reconocidos,porque eso solo haría que los planes que Ana y Roi habían ideado se complicasen aún mas,y eso que ya eran complicados de por sí.Se registraron y ambos subieron a su habitación.Amaia se había pasado todo el viaje mirando hacía el paisaje mientras pensaba.No pudo evitar culparse,culparse de muchas cosas.

¿Era su culpa la separación de los concursantes de OT?¿Era su culpa que Aitana estuviera así? No lo era.Pero la de Pamplona no había podido parar de pensar en ello.Sabía que la fama no la había cambiado,seguía siendo la misma chica natural que hablaba sin pensar y que la cagaba,la misma chica que se disculpaba cuarenta veces por algo sin importancia.Pero Amaia tenía claro que algo había cambiado.En la academia había madurado,había crecido como artista y al salir se tuvo que enfrentar a momentos que hicieron que su manera de pensar y de vivir las cosas cambiara,pero nunca creyó que lo que ella hiciera cambiaría a la gente de su alrededor.

Aitana no era solo su compañera de edición,como iba a ser solo eso... Aitana era mas que todo eso.Su relación con la pequeña de la edición era mas que palabrería barata.Era su otra mitad,no como Alfred claro está.Ella y Aitana se comprendían con una mirada,con un gesto,con una palabra,con una sonrisa.Eran compañeras de juegos y de confidencias. Aitana y Amaia eran de esos tipos de personas que se cruzan en tu camino gracias al destino y son tu otra mitad,no de una manera romántica,si no de una simbólica,de esa manera en la que vuestras almas se fusionan al ser tan parecidas que se convierten en una.Se habían cruzado en el camino de la otra justo cuando se necesitaban,cuando más iban a necesitar a alguien que la abrazara sin pedir explicaciones,alguien que se pasase largas horas escuchándola hablar sobre cualquier cosa.

Amaia nunca había necesitado tanto a una amiga.Alfred agarró su mano cuando entraron en la habitación intentado devolverla al mundo real.Amaia lo miró.A el si lo había necesitado a un nivel superior al que nunca había necesitado a alguien.Cuando su música comenzó a salir tuvo que viajar y el decidió quedarse en Barcelona para trabajar en 1016,estaba acostumbrada a dormir con el,a despertar con el,a no separarse de el.Amaia admitió que tenían un alto nivel de dependencia del otro.Cuando las semanas pasaron y no lograron buscar un día para verse y estar juntos eso la desquició, no le gustaba esa vida si no la podía disfrutar con Alfred.Empezó a necesitar sus besos,sus caricias,sus palabras,sus canciones,empezó a necesitarlo,a desearlo.

Hasta que lograron un hueco en sus apretadas agendas de grabaciones,entrevistas y presentaciones.Se encerraron en una habitación al mismo tiempo que sus ganas de tocarse colisionaron formando una guerra,de palabras de amor,de gritos ahogados y de besos que no se habían dado.

—Titi—Alfred apretó su mano llamando su atención.—Ana y Roi están juntos.El tiene que volver con Cepeda pero Ana vendrá a nuestra habitación.

Amaia asintió sentándose en la cama.Se le ocurrió agarrar su móvil y revisar las redes.¿Porque se le tenía que ocurrir mira twitter justamente ese día cuando no lo hacía nunca? Era tonta, tontísima se dijo a sí misma mientras salía de la aplicación.Todo el mundo se preguntaba porque el ayuntamiento de Pamplona había salido dando un comunicado diciendo que Amaia no daría chupinazo a una escasa hora de el lanzamiento de este.Justo en ese momento el sonido de los nudillos de alguien aporreando la puerta hizo que soltase el móvil.

Ya esta.

Ya no había paso atrás.