Se estiró en la cama, frotando sus ojos, mientras dejaba escapar un bostezo. Cuando se sentó, miro al rededor con cierta desorientación. Trato de evocar la imagen de lo ultimo que hizo la noche anterior. Por lo general, despertaba contorsionado, sentado en la incómoda silla y sobre su mesa de trabajo. No recordaba haberse ido a la cama, menos haberse quitado la bolsa, y eso último le alteró un poco.
El calor mañanero le comenzó a abochornar. Se encontraba abrigado sobre un saco blanco que al inspeccionarlo bien supo que no era su bata. Entonces recordó que fue lo ultimo que vio antes de quedar dormido.
«Valla a dormir doctor...»
Puso sus pies sobre el suelo, tomando del mueble que se encontraba a lado de su cama una nueva bolsa. Con sus manos peino sus cabellos hacia atrás para colocársela; se ajusto los visores y salió llevando la prenda ajena consigo.
Los pasillos estaban arreglados. Eso era un alivio, al parecer su jefe ya se había encargado de ese desastre. Era fácil si lo tenias al alcance de un chasquido, literal.—¡Doctor! — Su cuerpo se tenso inmediatamente. Lo siguiente que sintió fue un par de brazos abrazándose alrededor de su cuello. La tensión bajo cuando noto que nadie lo trataba de asfixiar. Era un abrazo. Trato de responder con sus manos temblorosas colocándose en su cintura en algo que ni se podía llamar abrazo, pero con toda la intención de serlo.
—Buenos días. — Se separó de él sólo para mirarlo. —¿Durmió bien?Lo primero que atino a hacer fue levantar la prenda que llevaba, entregándola a su dueño.
—Buenos días Sr. White Hat. Muy bien, gracias por llevarme anoche a mi cuarto.
—De nada, querido. — Respondió tomando su prenda de regreso. —¿No le molesta que lo llame así, verdad?
—No, para nada señor.
—Dime White. Eh... ¿Puedo hablarte de tú?
—Por su puesto que puede, es... sólo que yo no podría hablarle de esa manera.
—Por favor, ya tomarás la confianza. — Tomó su mano de momento, volviendo a sobresaltar a la bola de nervios que era ese doctor. Dejo escapar una risita. —Debe tener hambre, venga conmigo.
—Realmente quería hacerle una pregunta.
—¿De que se trata, doctor?
—Usted... em... Tú. —Se atoro un poco, era extraño aquella confianza recién asignada. Estiro el cuello de su playera como si esta le apretara u incomodara por lo que iba a preguntar a continuación. —¿Me quitaste la bolsa? — La señalo levemente con su dedo haciendo énfasis en esta, luego bajo la mirada, jugando con sus índices.
—Oh, sí... Le puedo dar mi palabra de que no vi nada. No me aprovecharía así. Sólo que creí que no dormiría muy cómodo con eso puesto.
—Esta bien. — No estaba muy convencido, pero no parecía que fuera un mentiroso. —Yo le creó.
—Gracias, querido. — Volvió a tomar su inquieta mano, interponiendola ente las dos suyas que, eran mayores en comparación a sus delgadas y finas manos. —Entonces, ¿Si vienes a desayunar conmigo?—C- con gusto. — Su constante tacto le ponía nervioso, aunque no porque desconfiara de él
—Maravilloso. — Acaricio su mano con cariño. Iba cortar con aquello, pero fue interrumpido antes de.
Era su igual, ahí parado y mirando con desdén. Con un carraspeo se hizo notar y con el segundo les hizo voltear hacia donde estaba él.
—Dr. Flug, quiero una explicación. ¿Quien dio autorización para reparar la casa y maldita ciudad?

YOU ARE READING
Dualidades.
Fanfiction"Después de todo, él también era el "Jefecito" ahora, ¿No? ..." Una falla en aquella pequeña maquina, causa la creación de un Black Hat benévolo. •Villanos©Alan Ituriel. •Los fanarts e ilustraciones son propiedad de sus respectivos autores. •@hakuri...