El osito que saltó sobre un arcoíris
by Vanesa Salcedo
Suspiro. Al menos ya escribí el título. Estoy sentada sobre mi cama con papel y lápiz en mano y un cepillo de pelo enredado en mi rubio cabello. Daniel y Carolina me trajeron a mi edificio a tiempo para prepararme y llegar puntual a Grupo M. No obstante, decidí que no quiero ir. Me niego a ir. Llamé a Gloria para reportarme enferma y después cogí papel y lápiz para escribir.
¿Ahora qué mierda escribo sobre un osito saltarín?
Veamos...
Érase una vez
Un momento. ¿"Érase" lleva acento? No, creo que no.
Érase una vez
Corrigiendo...
Erase una vez en el valle de la alegría un osito lleno de fantasías
Suspiro otra vez. A ver... Analizando que he escrito: "en el valle de la alegría" va entre comas, ¿cierto?. Ajá. Debo corregir eso. Y "fantasías" se oye mal. Un poco porno. Es mejor "sueños". Eso es. Sueños.
Erase una vez, en el valle de la alegría, un osito lleno de sueños. Pero este no era cualquier osito. Era un osito aventurero.
Buen comienzo. ¡Muere de envidia Dr. Seuss!
—Hola, osito, ¿qué haces? —le preguntó una hormiguita al verlo recoger un poco de hierba.
—Hola, hormiguita —respondió amable el osito—. Estoy recolectado comidita para llevarla al viaje que emprenderé.
—¿Un viaje? —La hormiguita dio saltitos de alegría—. Me gustan las aventuras. ¿A dónde vas, osito? ¿Puedo acompañarte?
El osito miró más allá de la copa del árbol más alto del bosque:
—Voy hacia ése arcoíris —señaló, optimista...
¿Optimista?
Lo analizo todo otra vez.
¿Recogiendo un poco de hierba?
Tuvo que haber sido marihuana si de inmediato se puso a hablar con hormigas.
Qué mierda.
Me recuesto en mi cama. Soy pésima con esto. ¡Qué va! No sólo con esto. Soy pésima como escritora en general. Debería dejar lo de escribir historias a personas de verdad estén inspiradas: poetas, sobrevivientes de la segunda guerra mundial, críticos de la sociedad, filósofos... Yo no aporto nada a la humanidad.
"Alguien tiene que hacer reír o soñar mientras los demás sólo se quejan, Vanesa", me digo para no sentirme tan fuera de lugar. Aún así, deprimida, me compadezco de mi falta de creatividad hasta que al cabo de una hora escucho sonar el teléfono fijo de mi apartamento.
A todo esto, ¿anoche dónde diablos dejé mi teléfono móvil y bolso?
El teléfono suena y suena. No tengo ganas de atender llamadas. Pero el teléfono no para de sonar...
Tal vez sea para mamá.
Harta de escucharlo sonar, me levanto de mi cama y hago mi camino hacia la sala de estar para coger el teléfono.
—Diga —respondo.
—Vanesa, soy Gloria.
Rayos. Toso a propósito. —Hola, Gloria. Sigo mal.

YOU ARE READING
Vanesa entre líos ©
RomanceSecretos y Papeles #2 No tengo una vida más allá de mi cubículo de oficina. De lunes a viernes le sirvo café a Marco, un jefe que insulsamente es mi amor platónico, pero que la mayor parte del tiempo me ignora. Y por las noches escribo novelas en W...