Capítulo 18. El Retorno del Viajero del Alba

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A la atención de la Reina Ethel, soberana de Veronix y Emperatriz de la Isla de las hadas.

Querida Ethel:

Os escribo porque Narnia se encuentra en estos momentos inmersa en un conflicto de carácter bélico como nunca antes había conocido. Tal es así que me resulta imposible hablaros de los detalles en esta misiva que, espero, recibáis y respondáis cuanto antes.

La situación aquí es crítica, mi señora. Los ataques que estamos sufriendo están acabando con nuestra amada tierra y nuestras gentes. Por eso, en calidad de aliado y viejo amigo, os ruego que aceptéis ayudar a nuestra querida nación aportando al conflicto vuestra ayuda, del modo en que vos creáis más adecuado.

Me despido esperando una respuesta y deseando que todo os vaya bien.

Rey Caspian X, Rey de Narnia y viejo amigo.

Ethel dobló la carta siguiendo las marcas de dobleces anteriores y se la guardó en el bolsillo de la ligera túnica que se había puesto. No recordaba cuantas veces la había abierto y cerrado desde su llegada, pero algo le seguía pareciendo extraño en ella.

Era la primera hora de la mañana de un soleado nuevo día y se encontraba en el puerto principal de Veronix. El olor a salado flotaba a su alrededor y el romper de las olas le resultaba relajante y seguro, a pesar de que estaba a punto de emprender una aventura que podía considerarse peligrosa.

Ethel sabía que debería estar más nerviosa; al menos debería albergar un mínimo de ansiedad que la mantuviera alerta por lo que pudiera pasar. Si había algo que tenía claro (porque Lord Efestian y los demás se lo habían repetido sin cesar) era que no solo debía preocuparse por su propia seguridad, sino por la seguridad de todo su reino, que básicamente, residía en ella.

Pronto descubrirás gracias a este relato que los reyes se pasan la vida preocupados por algo.

Pero había algo que estaba por encima de la ansiedad y era la expectación, la emoción por volver a pisar Narnia. Contra eso, Ethel no podía hacer nada, ¡ni siquiera podía dejar de sonreír! Sabía que ya faltaba poco para que apareciera en el horizonte el navío que Caspian había prometido enviar para recogerla.

Y mientras esperaba seguía dándole vueltas a esa extraña carta.

Lo que más le inquietaba era que Caspian no la hubiese avisado antes de que tenía problemas, ¿por qué había esperado a que la situación fuese desesperada? Al menos parecía desesperada, aunque no le hubiese dado casi ningún detalle de lo que pasaba. Y para terminar... estaba ese tono tan ¿sereno? El mensaje era claramente urgente, mas el tono de Caspian resultaba tranquilo, casi despreocupado en alguna frase.

Muy extraño.

Necesitaba llegar a Narnia cuanto antes y aclararlo. Si a su viejo amigo le ocurría algo más, ella le ayudaría. También podía ser que fuera solo una impresión de su imaginación; aunque Ethel tenía su instinto de hada más afilado que nunca gracias a que la maldición que pesaba sobre ella se había roto hacía ya un año y por eso, le costaba creer que estuviera equivocada.

La historia de la maldición de Ethel y de cómo se libró de ella es uno de los capítulos más bonitos e interesantes (¿Y por qué no decirlo? ¡Románticos!) de todos y me encantaría detener el relato para contártelo ahora mismo pero... no sería lo correcto. De todos modos ¡Tranquilo! Ya llegaremos a eso. Cada cosa debe ser contada en el momento preciso.

Entonces, el sonido del mar cambió. Las olas llegaron con más violencia al puerto y levantaron una pared de agua al chocar contra él. Cuando se deshizo y el viento se llevó las últimas gotas, la reina levantó la mirada y vio algo que la dejó totalmente impresionada.

Las Crónicas de Narnia: Cair Paravel Vs Hogwarts ¿Quién vencerá?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora