Un lápiz, un libro y unas rimas.

Un libro

Unas páginas me mostraron
el destino de mi corazón.
Todo iba bien y en un poema
de ese libro que ahora amo,
pasó con sus letras como un socavón
se llevó mi calma a ese universo
donde tanto duele aquel recuerdo...

Cambie los versos por lazos
mismos con los que até tus brazos,
tal vez intentarás otras escapadas,
cambie las rimas por medicinas
mismas que curan tus heridas
causadas por esos nudos
de esos viejos lazos
y de esas baratas cuerdas.

Olvidemos juzgar la portada
esta en juego una vida
una enamorada por la letras,
letras que esperan que las lean
que sin pensar las consuman
y por placer vuelvan.

Maldito libro sin fin.

Fue la causa de tu muerte,
fue cada sentimiento inútil,
fue cada fragmento inerte,
fue tu amor por un ser vil.

No debiste enamorarte de mí.
Sobre todo no debiste leer poesía

pues nada se compara con la magia
de este bendito y endemoniado
poemario tan desagradable
cuyo contenido maligno de sus hojas amarillentas y sedientas de sangre
buscan que el fin lo logré
que de tú cadáver haga arte.